El abogado turbio (R#5)

3. Psicología a la inversa

Carter

¿Qué tiene que ver el hijo de la zorra en todo esto? ¿Acaso Andrew no tiene otra cosa que hacer más que molestarme? ¿Por qué enviar una simple chica hasta mí? Aquí hay algo que no concuerda. Ella está mintiendo o me falta información, la cual no puedo perder de vista.

Pongo la mano en el escritorio y me acerco a su cara, sonriendo.

―Aún no sé tu nombre.

―Amelia Odonnell ―No puede retroceder más y su rostro se tensa ―. Si sigues ocupando mi espacio personal, voy a tener que tomar medidas agresivas.

Me río.

―Huy que miedo. No a la violencia ―Continúo alegre ―no estoy a favor ―Toco el mechón castaño que se le escapa de su coleta bien formada, aunque con la lluvia se le ha empapado ―. Amy... ―susurro y noto el rubor en sus mejillas ―no a la agresión.

Frunce el ceño.

―Te estás tomando demasiada confianza y además ―Me empuja logrando alejarme ―si no quieres el trabajo, buscaré a otro.

―¿Psicología a la inversa? ―me burlo pero le atiné ―Si no vas con la verdad, no podrás convencerme.

―Mira quién habla.

―Yo no te he mentido ―Me río ―aún.

Veo como abre su bolso, saca una tarjeta y la apoya sobre mi escritorio.

―Ya es tarde, me iré ―aclara ―. Está mi número allí ―Señala el papel y luego me pasa de largo hasta la puerta ―. Si no me llamas en tres días, buscaré a otro, adiós ―Cierra y se escucha con fuerza el portazo.

Camino hasta el escritorio y levanto la tarjeta, luego sonrío.

―Una psicóloga, ya me parecía.

¿Qué con esta Amy? ¿Debería ignorarla? Es un buen trabajo y también una muy buena trampa. Psicología a la inversa. Si no la llamo, ¿volverá?

Veamos quién es más inteligente.