El abogado turbio (R#5)

13. Pasión fatal

Carter

Juego con la libreta entre mis dedos y le hago un gesto obvio a Amelia sobre mis labios. El cual entiende a la perfección, ya que sus mejillas se tornan en ese rojo deleitante que tanto me apasiona. Ignorando mi provocación, ella se acerca a mí e intenta quitarme su pequeño anotador, pero no la dejo ni acercársele.

―Dame lo que quiero y yo te daré lo que quieres. Un intercambio muy provechoso ―Me río.

―¡Devuélvemelo! ―exige y nuevamente intenta quitarme el anotador sin conseguirlo.

Me choco contra mi escritorio y aprovecho su movimiento, para girarla a ella, acorralándola.

―¿Lo quieres? ―Lo poso nuevamente en mis labios.

―Sí ―dice cayendo en mi trampa y tiro la libreta para atrás, hacia el suelo ―¡No! ―grita y luego me mira furiosa ―Eres un... ―No termina de insultarme que uno su boca con la mía.

En un principio se resiste, pero rápidamente me corresponde, su lengua se conecta con la mía y degusto cada zona de su paladar, hasta casi llegar a su garganta, no la dejo ni respirar.

Sus manos se aferran a mi chaqueta, elevo su pierna a la altura de mi cintura, dejando apoyar sus buenas caderas sobre el escritorio, pero...

¡¿Pero?!

Me empuja, baja de la mesa estando agitada y el rubor que tiene sigue intacto.

¡Maldición, ya la tenía!

Frunce el ceño, camina hasta mí y me pega un cachetazo.

―Si contara todas las veces que me han golpeado en la mejilla ―Me río ―sería más rico de lo que ya soy ―Hago una sonrisa maliciosa ―. Bueno, al menos es por una buena causa, divertirme ―Vuelvo a reír.

―¿Es que acaso no tienes corazón? ―Presiona sus dientes.

―Chocolate por la noticia. Soy Carter, Amy eso no es novedad.

Si uno mira artículos sobre mí en los diarios o internet, es obvio lo que encontrarás.

"El abogado turbio es un rompe corazones".

Ni más, ni menos. Esa misma frase, ni siquiera yo la cambiaría. En el buen sentido, está fatal y me agrada.