8.

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24 de diciembre.

A la mañana siguiente baje a desayunar, no sabía si pedirle disculpas a mi mamá sería lo adecuado.

-Buenos días –nadie me contestó, supuse que mamá le había comentado a George lo que había pasado. – ¿Cuándo se van a Egipto?

-¿Se van? –Contestó George –nos vamos a ir todos, imbécil.

-No George, solo iremos nosotros. Ronald se queda –dijo mi padre viéndome fijamente –no quiero amargarle las vacaciones a tu madre, y Ronald se queda.

-Perfecto –escupí con desprecio y me levante de la silla, salí en dirección a la cochera, en donde solía esconderme cuando era niño.

Estaba ahí con un propósito, obviamente no era irme con ellos a Egipto de nuevo, yo lo que quería era buscar un retrato de Fred, necesitaba verlo, hablar con él nuevamente.

La actitud de mis padres no me importaba ni me lastimaba en lo más mínimo, ellos estarían mejor sin mí en Egipto y yo estaría mejor sin ellos en mi vida. Por más fuerte que sonara, entre más lejos estuvieran de mí, mejor estaría yo.

En la cochera se encontraban mis viejos juguetes de la infancia, todos y cada uno de ellos me recordaba a un momento especifico de mi vida, un día un movimiento, algo.

Tomé entre mis manos una de las escobas de juguete que teníamos cuando éramos niños, con la yema de mi dedo índice la recorrí toda como si esta fuese a hablar y a narrarme alguno de aquellos juegos de Quidditch improvisado que tuve con mis hermanos.

Seguí avanzando y me topé con la primera foto que nos tomamos Harry, Hermione y yo, íbamos en primer año, en ese año el cabello de Hermione era un completo desastre, parecía que no se pasaba ni un solo peine por el cabello, "ella debería de ordenar sus prioridades" repetí al tocar cuidadosamente la imagen de Hermione...

El pensar en Hermione me ponía tan mal.

Me dolía la cabeza.

Me dolía el alma de solo pensar en cuanto la amaba.

Pero ese sentimiento solo permanecía unos minutos, después todo volvía a la normalidad y mis sentimientos se ajustaban...la decepción, la rabia, el odio.

Me quedé ahí un buen rato admirando el resto los juguetes y artefactos que mi padre tenía en la cochera, todas, en su mayoría, artefactos Muggles.

Siempre le habían fascinado tanto las cosas del mundo Muggle que no me extrañó cuando a mí mi corazón me indicó que Hermione era lo mejor de mi vida.

Y de nuevo ahí estaba su recuerdo.

Su rostro

Sus manos.

Su piel.

Su nariz.

Toda ella.

De nuevo volvió el vacío que me venía al pensar en ella, de nuevo sentía como si me hubiera lanzado a un precipicio.

Regresé a la casa después de unas 6 horas en las que me perdí entre recuerdos y melancolía. Mis padres ya no estaban en la casa, y tampoco sus maletas, al parecer ya se habían ido.

Mi madre había dejado una nota junto con una caja de regalo, esta decía:

No sé si lo que dijiste lo dijiste porque realmente te sientas así o porque te reprendí por el mal comentario que hiciste hacia Hermione, pero de todas formas, haya sido como haya sido, te dejo este pequeño obsequio. Tardé las últimas dos semanas haciéndolo, espero te guste.

Feliz navidad Ron,

Con cariño; Molly Weasley.

Abrí la caja lentamente, sabía que aquel regalo era un suéter, típico de mi madre.

Y eso era, un suéter, pero no era como los otros con una letra enorme o con un diseño raro, este tenía un "8" bordado en la parte de enfrente, tardé unos minutos en entenderlo, pero el significado del número era la posición que ocupaba yo en la familia.

Había sido su hijo número 6 pero el 8 Weasley contando a mamá y a papá.

No sabía que decir, ni cómo reaccionar. Una pequeña parte de mí quería llorar y mandar una lechuza a mamá pidiéndole disculpas por lo mal que me había portado hace apenas unas 23 horas. Pero otra parte, que era la que iba ganando, me decía que no perdiera el tiempo en boberías, que tenía toda la casa para mí solo, para buscar el retrato de Fred, para poder estar con él y platicar sobre todo lo que había pasado desde que nos dejó, o más bien desde que lo perdí por culpa de Potter.

Esperaba que lo que Karsey me había dicho fuera cierto, que realmente funcionara.

Comencé a buscar en la sala, tenía la esperanza de que mamá lo tuviera colocado en su memoria cerca de la chimenea, pero no había nada. Continué en la cocina, pensé que talvez mamá lo tenía ahí para platicar todos los días con él mientras intentaba hacer la comida, pero tampoco había nada.

Así estuve, buscando hasta debajo de las piedras y nada, el último lugar en el que se me ocurrió buscar fue en el cuarto de George, no estaba seguro del todo, de haberlo tenido ahí mamá se lo habría quitado para que siguiera con su vida.

Pero justo ahí estaba, escondido detrás del armario que tenía en su habitación.

Lo tomé con ambas manos y me senté en la cama de George apreciando aquella imagen de mi hermano, sin esperarme siquiera unos segundos las lágrimas se apoderaron de mí.

-¿Por qué lloras? Extrañas al más guapo de todos tus hermanos ¿verdad?

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HIHIHI!!!! Viernes de mudblood y el cuerpo lo sabeee.

¿Cómo están? Espero les guste este cap, los amoooo.

Dejenme en los comentarios todoooooooo, no me comprometo pero si puedo mañana subo cap!

Mudblood. [DRAMIONE]Where stories live. Discover now