Capítulo 61

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un año después...

Hoy es un día decisivo para nosotros. Hace exactamente un año que Izan me pidió tiempo y ha llegado el momento de que hablemos. Está bastante nervioso, al igual que yo, ya que por las conversaciones que hemos mantenido en las últimas semanas intuye cuál será mi decisión.

Como me prometió, tengo la última palabra sobre nuestro futuro y no tendrá más remedio que aceptarlo por mucho que nos duela a ambos. Soy incapaz de seguir con él. La angustia de no poder darle la parte más importante de mí está superándome y me impide avanzar. Cuanto más pienso en ello, más presión me genero a mí misma y más difícil se me hace relajarme cuando estoy a su lado. Me obligo mentalmente a intentarlo, me agobio al ver que no puedo y finalmente acabo entre lágrimas haciéndole sentir mal. Querer y no poder es muy duro. He entrado en un círculo vicioso del que no puedo salir y no tengo más remedio que cortarlo.

Pongo la mano sobre mi tatuaje y me armo de valor. Finalmente decidí dejarlo en mi cuerpo. La flor de loto se ha convertido en algo parecido a un talismán para mí. Desde entonces sigo su ejemplo y me esfuerzo por florecer en medio de mi fango. Siempre que tengo que enfrentarme a algo o decaigo, recuerdo las palabras del comisario y soy capaz de continuar. Aunque me lo hicieron con otra idea, he conseguido cambiarle el significado y adaptarlo a mi vida. Me recuerda a la fortaleza de la madre de Izan y a la mía propia. Es una herida de guerra de la que estoy segura que acabaré sintiéndome orgullosa, porque aunque todavía es pronto, me seguiré esforzando por superar mis traumas, y tarde lo que tarde acabaré ganando mi batalla. Con Izan a mi lado hubiera sido todo más fácil, pero no puedo hacerle eso. Su ritmo de vida es distinto al mío y no puedo frenarle.

Durante todo este tiempo he estado acudiendo a terapia junto a Ana. Hemos conseguido algunos progresos, pero todo va mucho más lento de lo que creíamos. Sobre todo, con ella. Mi amiga se viene abajo constantemente por esa razón y he tenido que convertirme en su bastón de apoyo. Es un camino difícil pero no imposible, y no pienso apartarme de su lado hasta que lo supere, o al menos hasta que su trauma le deje hacer una vida normal. Desde el principio vamos de la mano en esto y así continuaremos. Ha intentado irse a vivir sola en un par de ocasiones, pero no lo ha conseguido y ha tenido que volver a casa. Todavía no está preparada y le cuesta mucho admitirlo.

Lucas se ha enamorado perdidamente de ella, pero como es normal en estos casos, Ana es incapaz de corresponderle. Aunque últimamente he visto un brillo especial en sus ojos que me indica lo contrario, todavía es pronto para mi amiga. Espero que Luc sea más paciente de lo que fue conmigo y sepa mantenerse al margen. Realmente me gustaría que acabaran juntos, pero si se acelera, podría perder su oportunidad. Estoy convencida de que harían buena pareja y no conozco a nadie mejor para ella.

Camino hacia el salón donde está Izan e inspiro profundamente antes de abrir la puerta. Ayer mismo, en un momento de bajón, le dije que sentía que le estaba haciendo perder el tiempo y su mirada fue de auténtica preocupación. Durante todos estos meses no ha habido demasiados cambios. Seguimos sin conseguir pasar de los besos y abrazos, y cada vez que nuestros cuerpos nos llevaban a algo más íntimo me altero y tiene que apartarse. No consigo superar esa barrera por más que lo intento. Siempre vuelven mis fantasmas y acabo relacionando el momento con aquello.

Esta última semana, debido a la presión de la fecha, se ha convertido sin duda en la peor de todas. Estamos demasiado tensos los dos y discutimos por cualquier cosa. Me ha resultado muy difícil tomar esta decisión, pero tengo que hacerlo. Si le quiero, debo dejarle marchar para que consiga rehacer su vida con alguien más acorde a sus necesidades. No puede estar toda la vida preocupándose por mí y midiendo sus caricias para no hacerme sentir mal. Es antinatural.

—Hola —digo seria y mis manos comienzan a sudar.

—Hola —dice él aún más serio, y no aparta los ojos de mí hasta que me siento frente a él. Exhala sonoramente y no sé por dónde empezar.

La Marca de Sara - (GRATIS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora