Mi locura, tu salvación|✔

4-Misión imposible

-¡Ya voy, Brendi!- respondió mi hermano, desde algún lugar de la planta alta.

Nuestros padres tenían un ascenso en la empresa y querían que lo celebremos todos juntos, pero Thomas estaba atrasando todo.

Él era un año más grande que yo, tenía los ojos azules al igual que mamá y al contrario de mí, que los tenias iguales a papá. Además mantenía un cuerpo atlético y el cabello castaño. Todo un galán para las chicas.

Pero para mí, era mi hermano y un insoportable sin descanso.

Después de casi más de quince minutos de espera, al fin lo vi bajar las escaleras.

-Hasta que al fin bajas, ya empezaba a creer nos quedaríamos toda la noche acá- dije con fastidio.

Él llego al último escalón y con una sonrisa malévola, me revolvió el cabello.

-¿Qué decías?- pregunto con tono burlon

-Hey, por si no te diste cuenta, acabo de peinarme- le dije con furia, pero él solo se encogió de hombros y luego al ver mi enojo, me abrazo.

-Perdón Brendi, pero sabes que como hermano mayor, es mi deber molestarte- dijo sobre mi hombro, mientras que yo intentaba ocultar mi sonrisa.

Si hubiese sabido lo que ocurriría después, habría disfrutado mas el momento.

Nos separamos y mientras intentaba acomodar mi cabello, nos subimos al auto, que nos llevaría a uno de los restaurantes más prestigiosos de la ciudad.

Como el viaje era largo y Thomas se había dormido, con la cabeza apoyada en el cristal, decidí colocarme los auriculares para hacer lo mismo.

Al despertar todo había cambiado:

Me encontraba en una habitación completamente blanca, y con algo pinchándome el brazo, además de que la mayoría de mi cuerpo dolía terriblemente.

-Hasta que al fin despertó, señorita Valverde- dijo una voz masculina. Al dirigir la mirada hacia la puerta, me encontré con un hombre de mediana edad y con una bata blanca que parecía ser de un doctor.

Estaba en un hospital, pero ¿Cómo había terminado acá?

La garganta me ardía de un modo impresionante, pero igual me obligue a hablar

-¿Qué fue lo que paso?- pregunte con voz grasnoza.

El hombre me miro con ¿Tristeza?.

-Usted y su familia han sufrido un accidente- sentí una punzada en el pecho. ¡Mi familia!

-¿Cómo... como están todos?- la garganta me estaba matando

-Por favor necesito que descanse- dijo mientras miraba unos papeles en la mesa -Ya se le informara más adelante- y luego sin más, se fue, dejándome completamente sola.

Caí profundamente dormida.

Al despertar nuevamente, ya me sentía mucho mejor, tanto que no dude ni un segundo en sentarme.

-Veo que se recupera rápido- era el mismo doctor -Sus lesiones ya fueron chequeadas y se comprobó que todo está bien- dijo mientras me entregaba una caja de medicamentos - Debe tomar esto, cada doce horas, para los dolores que puedan surgir- lo mire confundida -Ya puede irse señorita-

-¿Ya tengo el alta? - pregunte esperanzada y él asintió -Gracias-

Si había algo que odiaba demasiado, eran los hospitales, aunque siendo realistas ¿Quién no lo hacía?

Ya estaba cruzando la puerta, cuando recordé algo.

-¿Me podría decir dónde está el resto de mi familia?- pregunte con cierta timidez.

El doctor asintió y me indico, que mi padre, se encontraba en la sala de espera.

Al llegar al lugar señalado, lo encontré con el rostro cansado, ojeras enormes y ojos rojos de llorar.

Al verme corrió hasta mí y me envolvió en un fuerte abrazo, mientras rompía el llanto.

Estuvimos así por un rato hasta que decidí hablar.

-¿Dónde están mamá y Tomi?- le pregunte y él volvió a romper llorar.

¿De qué me había perdido?

-El camión que nos choco, lo hizo del lado de Tom y mamá- dijo una vez más calmado, pero sin separarse de mi hombro -Mamá esta grave y Tom no pudo resistir la...- no pudo seguir hablando, pero tampoco fue necesario, dolorosamente ya había entendido.

Thomas, mi hermano y mejor amigo, había muerto.

Fin de flashback.