Acabaron las clases y rápidamente salí a los recorridos sin esperar a ninguno de mis compañeros de clases, no tenía que hablar con nadie más que con mi mejor amiga porque sabía que ella me ayudaría a resolver este pequeño misterio.

- Vaya... tú siempre terminas ilusionándote de imposibles. - dijo ella al concluir mi historia.

- No es una ilusión, mensa, es algo real. Él estudia aquí, está en el club de natación y...

- Y nada más, mujer - rió. - ¿Cómo sabremos algo de él?

- Tengo un plan - decidí.

- Cuando sales con esas cosas... - Mi mejor amiga viró los ojos - Bueno, espero no sea una locura.

- Claro que no. Esta vez lo conoceré normalmente.

Entonces llegué a mi casa y desempolvé todos los anuarios del colegio hasta el momento. Sabía que no lo había visto antes en ninguno de mis círculos sociales, por tanto, no podía acudir a Facebook a la interminable búsqueda, así que supuse que sería mejor idea limitar la cantidad de gente por investigar. Al cabo de un rato había revisado casi todos ellos y no encontraba ninguna coincidencia, hasta que finalmente abrí el de último año y lo encontré.

- Es de último año... - susurré.

De ahí vi debajo de la foto y estaban treinta y cinco nombres dentro de los cuales, veinte eran de hombres. Lamentablemente, estaban en orden alfabético así que podría ser cualquiera, no había caso por el momento. Me sentí agotada de la adrenalina por haberle encontrado por lo que dejé el anuario a un lado y me fui a dormir. Ahora sabía en que curso podía estar.

Al día siguiente cogí a mi mejor amiga de la mano ni menos salimos del recorrido y la hice correr a esa aula.

- Esto no hará que lo encontremos ¿sabes? Además viste su foto del año anterior así que, quién sabe si vuelve a estar en el mismo curso.

- Bien, pero solo hay dos cursos de Físico Matemático. Estará en uno de esos y lo sabremos cuando atraviese una de las puertas.

- Debes admitir que es una suerte que ambos cursos estén cerca. Pero habrá que disimular... Ven.

De repente mi amiga se encontró con otra chica y la convenció de que queríamos ayudarla a vender dulces en los cursos superiores, así que nos brindó algunas cajas y nos acompañó. En realidad me di cuenta, muy tarde, que esta chica también era de un curso superior y que podía conocer al chico, pero así no hubiera sido tan divertido.

Entramos a ambos cursos pero no había mucha gente, los pocos que estuvieron ahí nos colaboraron y sin embargo, no estaba él. Tal vez llegaría con las justas porque solo faltaban cinco minutos y eso nos ponía en aprietos considerando que debíamos cruzar el lugar para llegar a nuestras clases.

- Gracias por todo - dijo la chica al cabo de un rato - En realidad necesitaba ayuda así que se los debo. Me avisan cualquier cosa.

- Si - dijimos sonrientes.

Ella se despidió y se fue caminando rápido con casi todas las cajas, aún quedaba una.

- Oye - dijo mi amiga - Ya debemos irnos. ¿Cuál es?

Y de repente lo vi llegar, estaba caminando apuradamente hacia nosotras.

- ¿Les queda algún dulce? Oh... - me vio - Hola, eres de la piscina ¿no?

- Pues si... Emm... Yo...

- Aún quedan barriletes, ¿quieres uno? - le ofreció mi amiga.

- Si, gracias - sonrió comprándolo- Bueno, nos vemos por ahí chicas.

Seguido eso, entró a clases y escuché el timbre de inicio por todo el lugar.

- ¡Miércoles mujer! - mi mejor amiga echó a correr - ¡Vámonos! Llegaremos tarde.

- Si...Perdón. - me costó un poco reaccionar y luego me sentí volando a través de los pasillos hasta clases. Podía encontrar a este chico una y otra vez, y eso de repente me hizo sonreír como nunca. Quería saber quien era, cómo era y luego entendí que día tras día él sería mi chispa adecuada.

Esa misma noche lo encontré en Facebook y le mandé la solicitud. No podía creer que el tiempo sea tan lento cuando esperas algo tan ansiosamente hasta que finalmente llegó la notificación. Mis nervios recorrieron todo mi cuerpo y sentí como se sonrojaban mis mejillas, no podía dejar de moverme pero debía saber lo que pasaría.

"... ha aceptado tu solicitud de amistad" Definitivamente, ese podría ser uno de los momentos más felices de mi existencia.

- Hola :) Chica de la piscina. - escribió.

- Hola... ¿Qué tal? - respondí después de un rato de borrar muchas respuestas. No sabía que decir que no sonara ni desesperado ni desinteresado. Que complicado...

- Todo bien, espero verte mañana. Quiero chocolates ¿Venden kinders? También barriletes.

- Pues si. - ¿Solo eso? ¡Rayos!

- Ya gracias, nos vemos entonces :)

Y se desconectó. Le escribí rápidamente a mi amiga lo acontecido y ella me respondió que no habría problema, que la chica quería ayuda de igual forma pero sin beneficio alguno. Sin embargo, había mucho más beneficio en eso de lo que pensaría alguna vez porque a partir de ello pude verlo todos los días. En realidad, esperaba su saludo para poder iniciar bien mi día porque sin ello me sentía incompleta, a veces solo llegaba tarde y lo veía cruzando a toda velocidad el pasillo, e incluso eso me hacía sonreír.

Quería verle cada receso así solo sea para encontrarlo jugando fútbol o simplemente caminando con sus amigos y luego, por las tardes, él siempre estaba en la piscina, me dedicaba a esperarlo algunas veces para coger juntos el ecovía que nos separaba sur-norte, o quién sabe, solo verlo a lo lejos.

Dejó de importarme el tiempo con tal de saber de él y me di cuenta que no podía ser su amiga, más aún después de ese día...

- En realidad, gracias por escucharme siempre - escribió casi la última noche - Sé que ella puede ser lo que sea, pero estoy profundamente enamorado, ya es casi dos años. No puedo olvidarla... En todo caso, dejemos de hablar de mi ¿Tú estás bien? ¿Qué tal te va con el chico que te gusta?

- Si te entiendo, ilusionarte de imposibles pff! Tampoco puedo olvidarlo, me gusta bastante ese chico y no sé cómo decirle porque es un gran amigo ¿entiendes? ¿Tú que harías?

- Creo que se lo diría. - respondió él.

- ¿Y si se arruina la amistad?

Si él supiera...

- Eres grandiosa oye - me escribió al final - De seguro será muy afortunado. No lo dudes tanto.

Sin embargo supe que no debía haberle dicho, después cuando él se alejó no dije nada, ni más después cuando le rompieron el corazón tampoco lo consolé. ¿Fuimos amigos alguna vez?

Comprendí con el tiempo que sí fuimos buenos amigos, que él me gustaba tanto que siempre creí que era ese imposible, mi chispa adecuada, y aun así quería que él fuera feliz ante todo. Me alejé sabiendo que se lo dije, que ella sería así y lo que realmente me dolió fue que él no lo hubiera creído.

Ahora, después de unos años, nos saludamos a la distancia y cuando él se acercó hoy, supe que podíamos ser amigos de nuevo, que posiblemente me moje con sus churos cuando salga de la piscina apresurado y finja enojarme de nuevo, que a la final entre nosotros siempre hubieron sonrisas cómplices y que ahora podemos reír en lo que ninguno supo ser realmente para el otro.

"Alguna vez lo arruiné por querer no arruinarlo y a pesar de que eso pudo ser un error, en realidad fuiste mi mas bonita coincidencia."

La Presunta Posibilidad de ConocernosWhere stories live. Discover now