El pelirrojo se marchó, cerrando la puerta, y Yoongi miró todo gracias a la luz de luna que entraba por la ventana. 

La familia de Jimin tenía dinero, mucho dinero. ¿Cama king zen? ¿Televisor pantalla plana? ¿Equipo de música con parlantes? Igualito que su casa, pensó, y le entró la risa. Pero tenía mucho sueño, así que se limitó a quedarse sentado con ojos entrecerrados a la espera de que volviera Jimin.

La puerta se abrió y él miró rápidamente hacia allí, temiendo que fueran sus padres. Sin embargo, fue el pelirrojo quien entró sin hacer ruido con un plato lleno de sándwiches.

-No había mucho en la heladera; ésto es lo más sencillo que...

-Está bien -se apresuró a decirle Yoongi, admirando aquella belleza de pan de miga-. De verdad no tenías que hacerlo.

-¿De qué hablas? Un favor por un favor, ¿no? -le tendió el plato y éste tomó un sándwich, sintiéndose un poco cohibido. Jimin sonrió comprensivamente y también tomó uno, aunque parecía que comía más para acompañarlo que porque de verdad tuviera hambre-. Si no te lo comes todo, me sentiré ofendido.

Yoongi no pudo menos que sonreír a modo de agradecimiento y comenzó a comerse el sándwich que sabía como el cielo. De verdad, Jimin tenía buena mano para eso. Comió y comió en silencio hasta que ya no tuvo nada en el plato, y de repente se sintió mejor. No sólo físicamente, sino emocionalmente. ¿Hacía cuánto tiempo que alguien no le preparaba un sándwich? Casi se sentía como cuando era pequeño y su madre le repetía que si no comía, no crecería. Aunque, claro, la comida no era tan deliciosa como el sándwich que Jimin acababa de darle. 

-Oye... ¿te molesta si paso la noche aquí? -inquirió sorpresivamente, pues el dueño de la casa abrió los ojos lleno de sorpresa. Yoongi temió sonar demasiado confianzudo, y se apresuró a revolverse el pelo con nerviosismo y agregar-. No quiero que pienses que me aprovecho de ti. De hecho... no. ¿Sabes? Ya me he aprovechado suficiente. Mejor me voy ahora y... -hizo amago de pararse, pero Jimin se lo impidió.

-¡Claro que no! ¡Puedes quedarte! De cualquier manera, y si te sientes mal, recuerda que yo me he quedado en tu casa una vez...

-Bueno, si, pero yo vivo sólo y a ti tu madre te va a echar la bronca si te ve con un desconocido aquí.

Jimin se sonrojó violentamente y eso le pareció muy tierno. Era como un niño pequeño, aunque muy maduro para su edad. Le gustaba que fuera así. Se le hacía simpático.

-Mi madre no va a enterarse.

-¿Estás seguro?

-Que sí, Yoongi -Jimin se mordisqueó el labio inferior, pensativo, y se puso en pie dejando el plato a un lado-. Te buscaré ropa para dormir, ¿sí?

-Puedo dormir con mi ropa, yo...

-¡No, no! Déjame buscar algo para ti. Aunque... -ladeó la cabeza-. Probablemente te quede grande.

Yoongi lo miró con ojos desorbitados, incapaz de responder a eso. ¿¡Por qué se tomaba tantas molestias!? Es decir, demasiado que quisiera prestarle ropa de dormir, ¿además se preocupaba por si era o no de su talla? ¡Aigoo! ¡Lo sacaba de sus casillas!

Vió como el pelirrojo se alejaba y comenzaba a rebuscar ropa en su armario, y se preguntó si haría ejercicio o algo para tener el trasero tan grande.

-¡Aquí! -se giró, con unos pantalones y una blusa-. Tae se ha olvidado ésto aquí, probablemente te quede mejor. Aunque algo grande... -se quedó mirando la ropa, como si realmente tuviera un complicado debate interno.

-Está bien -Yoongi se puso en pie y se quitó la chaqueta, arrojándola a un lado-. Cualquier cosa está bien.

-Pero... ¿qué haces?

My Sweet Prince [Namjin// Yoonmin// Vhope]©Where stories live. Discover now