Capitulo 32

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Capítulo 32

Trató de mantener mis ojos abiertos por el mayor tiempo posible, pero me pesan de cansancio. Siento como si miles de luces de colores parpadearan frente a mis ojos. El sonido de patrullas ataca mis oídos, que alguien le baje al ruido por favor.

Miro como un uniformado golpetea mi ventana y me veo obligada a bajar dicho cristal.

-soy inocente.

-su licencia señorita.-buscó en mi bolsa hasta dar con ella, el uniformado la mira y luego lo hace pero conmigo. -¿sabe que es un delito conducir con exceso de velocidad?

-Estoy embarazada.- el uniformado me mira extrañado y lentamente se acerca a mi, me olfatea como si de un animal se tratase.

-y borracha también.-dice un par de cosas en su radiesillo y posteriormente me abre la puerta del coche.-Queda usted detenida, tiene derecho a un abogado, todo lo que...

-soy inocente-termina de colocarme las esposas y me lleva camino a la patrulla.

Esto es tal y como la vez que fingí ser una delincuente y Antonio mi sexy uniformado, cogimos por horas en aquella patrulla. Fue delicioso darle su propina con tal de evitar cualquier infracción.

Me quedó pensativa y un tanto ida, solo siento como de apoco la patrulla emprende su camino, lentamente me quedo dormida.

Siento sus manos en mis piernas, como las golpetea lentamente, como ascienden un poco, pero está vez no son sus manos las que me tocan, abro mis ojos ansiosa de ver dicho objeto, me topo con la estúpida realidad. No es más que el oficial.

Me bajo sin decir nada, pasamos por un par de andadores y guardias, a los cuales les dice claves y a uno que otro hasta mi nombre.

Abre una de las celdas y la gente que está ahí dentro solo me mira, me siento acosada, me giro de frente al oficial suplicándole con la mirada. Este me ignora y se va. Un minuto más tarde regresa.

-Támara Duarte.

-soy yo.-gritó levantándome del piso.

-tiene dos minutos.-me señala un teléfono al fondo del pasillo.

No lo pienso y corro marcando los únicos dígitos que me se de memoria.

-Bueno

-tienes que salvarme, estoy...-miro a mi alrededor.-estoy detenida.

-¡¿QUE?!-agacho la mirada, el oficial parece haber escuchado dicho grito.-Támara esto debe ser una de tus bromas ¿cierto?-niego-joder Támara ¿cuando es que aprenderás?

Sin quererlo me siento cada vez más pequeña en ese lugar, como si sus palabras me atacaran, quiero llorar.

-te necesito como abogado no como consejero, pagaré por tus servicios-pienso-sabes que, mejor pediré uno de oficio, para reproches sin sentido tengo a mi familia.-miro al oficial, se que este ha escuchado todo, no se me ha separado ni un segundo.-¿donde firmo?

Me hace acompañarle hasta el final del pasillo justo donde se encuentra una secretaria, la cual de una manera no muy amable me pide mis datos, me devuelven a la celda y yo solo quiero dormir.

Al cabo de un par de horas y un par de papeleos por aquí y otros por allá me veo al fin pisando la civilización, no sin antes haberme topado con Diana, si, pues el auto le pertenece y yo al haberme pasado un alto al conducir en exceso de velocidad y si a eso le sumo mi estado de ebriedad era evidente le llamarían.

Ambas nos subimos al coche de papá, el de ella, bueno tendrá que esperar un poco para sacarlo de la comisaría.

-¿estás bien?-miro detenidamente hacia todos lados por último deteniéndome en mis piernas.

-no lo se.

-¿que es lo que ha pasado?

-Luis me ha llevado al laboratorio, pero en un arranque de nervios por la espera de los resultados pase a la farmacia, no pude, no pude hacerme la prueba,-comienzo a llorar y a gritar.-me fui a beber, pero de pronto me vi haciéndome la prueba en el bar, Diana, estoy embarazada.

Me mira a tiempo que mira mi vientre.

-¿estás segura? No siempre son muy efectivas las pruebas de caja.

-estoy segura.

-Támara, no quiero sonar indiscreta pero..

-No se como lo tomara Eliot, esto no estaba en mis planes, no por el momento, y menos ahora que el espera un hijo con otra y esta por casarse.

***

Me mira detenidamente, ¿que ha caso el maldito no se da cuenta que tengo frío?, camina por la pequeña habitación en busca de algo, recargo mis manos sobre mi vientre y cierro los ojos, está era una espera eterna.

-¿has venido sola?-pregunta a tiempo que se coloca un par de guantes.

-así es.

Acaricia mi abdomen, se acerca un poco a el y me mira con duda. Cierro mis ojos y me dedico a pensar en otras cosas, todo en este momento es más importante que lo que estoy haciendo.

Todo parece irse de un momento a otro y caigo en un estado perfecto de relajación, mi cuerpo ni se siente.

De un momento a otro comienzo a sentir cosquilleo, y uno muy rico que yo sabía muy bien su significado, mi cuerpo estaba caliente y listo para ser penetrado. Vagos gemidos logran escapar de mi boca, mis manos empuñan lo que parece ser una sabana y mi cuerpo se arquea de apoco. La sensación placentera frena de un momento a otro y mis ojos se abren de repente, encontrándome nuevamente en el consultorio.

-¿te sientes bien? De pronto empezaste a gritar y a sudar.

Tocó mi frente la cual en efecto se encuentra un tanto sudada.

-¿me quede dormida? -ríe un poco.

-han sido solo cinco minutos, cerraste los ojos y en cuanto he puesto la gel te has dormido, nunca en mis años de trabajo me había tocado una reacción igual, te he hablado para que disfrutaras de tu ultrasonido pero el sueño te venció. Por cierto, ya puedes bajar tu blusa.

-gracias.-me incorporo de nuevo en mi lugar frente al escritorio.-¿y bien, que ha visto?

-tienes apenas 5 semanas y medio de embarazo, debes comenzar a tomar vitaminas, ácido fólico, comer un poco más, te encuentras delicadamente por debajo de tu rango ideal de peso, y ahora más que nunca debes cuidar lo que ingieres.

La secretaria me entrega en un Cd el ultrasonido y rápidamente lo guardo al igual que los folletos.

***

Dejo mi bolso caer sobre la cama y segundos después yo también me dejo caer, tenía tanto sueño como nunca antes en mi vida. Cierro mis ojos y caigo profundamente en brazos de Morfeo.

***

Un ligero sonido constante interrumpe mi sueño, cubro mis oídos con la almohada y siento que se vuelve más fuerte cada vez.

-es hermoso- habla Diana a mi lado en cuanto abro mis ojos.

-no sabía que te gustaba ver vídeos de plastilinas en movimiento.

Se ríe, yo más que intento encontrarle forma a lo que veo no la hay, es solo una deforme bola de plastilina que se mueve. En la esquina superior de la pantalla algo llama mi atención, es mi nombre.

-¿que es eso?

-es tu bebé Tamara.

Cojo el control y apago rápidamente la tv.

-¿por que revisas mis cosas sin permiso?

-lo siento, estaba sobre tu cama, me gano la emoción, lo siento tanto.

Respiro profundamente.

-solo no lo vuelvas a hacer.

-Támara, ¿que es lo que esperas para decirle? Él debe saberlo.

-sera mejor que no lo sepa, después de todo esta ya con un pie en el altar.

***Gracias por leer.

Embriagame (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora