capitulo 24

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Capitulo 24

Camino con un par de papeles en mano e implorando que todo salga bien le entrego mis documentos al gerente, este me sonríe e invita a sentarme. Lee un poco mi curriculum y hace un par de lo que parecen anotaciones, finalmente me mira.

-¿Cómo supo de nosotros?-rebusco un poco entre mis papeles y saco un periódico algo viejo y arrugado, lo cual para ser de hace una semana está mal.

-periódico.-ríe. ¿Habré dicho algo malo?

-creía que nadie leía el periódico.-nerviosa escondo un poco el que llevo en manos.-señorita Tamara no debe usted avergonzarse. -incrédula le miro.

-no es vergüenza señor, aun hay personas a quienes nos gusta la lectura. Déjeme decirle que el olor a un libro o en este caso periódico nuevo nunca va a sustituir a alguno electrónico.

-veo que defiende lo que le gusta.

-así es, no soy quien sigue la corriente solo porque es lo correcto o lo que todos hacen, prefiero ir en contra y ser feliz a mi manera.

Revisa algo en su computador y comparando con las anotaciones me mira.

-nosotros le llamaremos en cuanto tengamos una resolución.

-gracias.-le doy la mano y salgo de ahí.

Cojo mi móvil y con un par de llamadas perdidas de Eliot opto por ser yo quien le llame. Sin dejar que suene por una tercera vez este me contesta.

-te estaba llamando.

-ya lo sé.-camino en dirección al estacionamiento. -¿Qué quieres?

-el día de la fiesta no pude entregarte tu regalo.

-no hace falta.-quito la alarma al coche y me adentro en este para pronto encenderle.

-Tamara te veo a las cinco en tu departamento, no aceptare no por respuesta.

-¿tengo otra opción?

-prepárate que esta noche la pasaremos bien.

-contigo siempre la paso bien.-admito entre dientes, esperando que no me escuche.sin mas le cuelgo.

***

-quiero que seas feliz Tamara.-besa mi frente. Podía ser el hombre más cabrón de todos, pero estos pequeños actos eran los cuales me hacían sentir protegida a su lado.

-lo intentare.

-no lo intentes, solo hazlo. Perdóname por todo lo que hice mal en nuestra relación.

-Ant.... -con su índice me calla.

-nunca te pedí disculpas y sé que nunca es tarde para ello, te ame Tamara, te ame con locura y aunque aun lo hago nuestros caminos no están destinados. -una leve sonrisa se me escapa ante sus cursis palabras. -Todos tenemos nuestro lado cursi.-me despeina.

-cuídate. -me envuelve entre sus brazos haciéndome sentir tan pequeña. Besa mi coronilla y sin darme tiempo a nada se va con su boleto en mano.

Un par de lágrimas se me escapan y aun así logro sonreír. Esta era una despedida que siempre supe pasaría, Antonio solo estaba de paso en la ciudad, terminar su carrera era lo único que él buscaba aquí. Aunque juntos alguna vez hicimos planes, al romper supe que esto pasaría.

La gente del aeropuerto pasa a mí alrededor y su vuelo es anunciado una última vez.

-gracias.-susurro en mi lugar.

***

Tarareo una canción mientras sacudo los muebles, la música suena en alto y me siento extraña. No siento el paso del tiempo, solo el paso de una canción a otra, miro el reloj del microondas las cinco con treinta minutos.

Dejo caer el sacudidor y corro a la puerta, Eliot me mira furioso, hasta toparse con mi cabello, el cual seguramente esta hecho un desastre. Lleva su mano hasta este y me quita un poco de pelusa. Besa mis labios castamente y entra, dejando sobre el sillón un maletín. Desanuda un poco su corbata y merodea por la cocina volviendo hasta mí.

-¿has preparado comida?-pregunta, extrañada le miro.

-¿estamos jugando al matrimonio feliz y no me he enterado?-ríe.

-Tamara.-se coloca a mis espaldas. -si fueras mi esposa no andarías con look de cenicienta por la casa.

-¿a no? Anda dime cual look me iría mejor, ¿el de Eva?

-yo sería tu Adán.-me azota. -por más que quiera follarte ahora mismo, tu y yo tenemos una cita, a la cual...-mira su reloj.-vamos tarde.

***

Camino frente a Eliot, la puerta del restaurante es abierta por uno de los meseros y más adelante una chica nos invita a pasar hasta nuestra mesa.

-¿es nuevo?-pregunto y Eliot asiente.

-¿te agrada?-miro a mí alrededor y con burla contesto.

-no llevo ni cinco minutos aquí y quieres que me agrade el lugar. Es lindo, aunque cambiaría un par de cosas.

-¿Cómo cuales?-pregunta dejándose recargar en la silla. Vuelvo a inspeccionar el lugar.

-mira aquella pared.- inclino mi cabeza un poco hacia la izquierda.-se nota que el lugar es nuevo, pero para ello debieron haber quitado todas esas lonas que dejan saber que algo aun esta sin terminar tras de ellas. -Miro nuevamente a Eliot. -El segundo punto seria el servicio.-ríe.- no nos han ofrecido ni un vaso de agua.

-vamos llegando.-contesta.

-por lo mismo no puedes pedirme una opinión respecto al lugar.

Un mesero se acerca hasta nosotros y nos hace entrega del menú.

-Dejare hoy la elección a tu cargo. -Eliot asiente y mirando el menú hace el pedido al mesero. Una vez que el mesero se va miro a Eliot. -y bien, ¿Cómo es que estamos aquí en este restaurante?

-Olivia.-responde bebiendo un poco de agua.

-¿Cómo es que yo no sabía de ella?

-nunca preguntaste. Aparte ¿esto es solo sexo, No? No tendría por que haberte contado de ella.

Me quedo callada y disimuladamente bebo agua, me había pillado sin palabras.

-¿Por qué estamos aquí?

-el sexo abre el apetito, supuse que debía invitarte a cenar.

-¿el orden debía ser distinto no?

-Tamara, contigo todo es distinto.

El mesero llega con nuestra comida y una botella de vino, la cual no recuerdo Eliot pidiera, pero omito ese hecho. Bebo un poco del vino y me percato de algo, es de la cosecha de Eliot, miro de reojo la botella confirmando el nombre.

Pienso en cierto detalle y la parlanchina que hay en mi rompe con el silencio. -¿Cómo se llama el restaurante?

Eliot termina de comer y me mira. -todo en su momento.

Con un par de señas llama al mesero y este llega rápidamente.

-la carta de postres por favor.- el mesero asiente y se va.-espero y dejaras lugar para el postre.

Cuando el mesero vuelve le entrega la carta a Eliot, sin entregarme una a mí. Eliot le mira curioso y agradece al mesero, este se va.

-esta vez te toca escoger a ti.

Cojo la carta que Eliot me entrega y me admiro de lo que veo, esto no podía ser cierto, no simplemente no podía estar pasando.

-¿y bien Tamara, aceptas?

***Gracias por leer.

Embriagame (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora