Capitulo 29

2K 154 21
                                    

Capítulo 29

El auto pierde poco a poco velocidad hasta quedar cuidadosamente estacionado frente a la casa. Aún sonrojada y acalorada me bajo ignorando el gesto de Eliot.

-fue un gusto regresarte sana y salva.

-fue un disgusto coincidir contigo en esta vida.

-no támara, no creo que para ti yo sea un disgusto, o al menos mientras gemías mi nombre no parecía tal cosa.

Retrocedo un poco hasta quedar frente a la ventana del copiloto.

-placer, ese lo causa cualquiera, no te emociones.-señaló la hora.-anda ya, es tarde y tu mujer te está esperando.

-yo no tengo mujer, o al menos ella no ha venido.

-bueno, como sea, pero lárgate. -apaga el auto y baja de este.-dije vete, no ven vamos a tomar te.

-yo quiero tomarte a ti.

-buena suerte.

Camino hasta la puerta de la casa y con llaves en mano entro, pero justo cuando estoy por cerrar Eliot se atraviesa.

-vete.

Sin previo aviso me besa y tomándome en brazos camina conmigo.

-suéltame.-gritó tras morder su labio y lograr un poco que deje de besarme.

-por más que patalees no te dejaré, no sabes cuánto he tratado de contenerme desde que estabas en ese escenario. Verte bailando, ver cómo los demás fantaseaban contigo.-comienza a subir las escaleras conmigo en brazos.-cuando empezaste a tocarte justo en la parte trasera del coche, como tu olor invadía mis fosas nasales, no sabes cómo ansiaba tenerte así, en mis brazos, callada para mi.-trató de hablar, pero este me gana. -tú más que nadie sabe lo que desea y sabes que en estos momentos me quieres penetrandote.

-te equivocas.-abre la puerta de mi habitación entrando aún conmigo en brazos.

-has podido gritar desde que llegamos y no lo has hecho.

Analizó su punto y eso es en verdad cierto, por más pequeño que hubiese sido el grito alguien me hubiese escuchado.

-y ni te esfuerces en hacerlo, no ahorita, ya no tendría sentido, ahora te quiero ver calladita conteniendo las ganas de gemir tan fuerte como la zorra que eres.

-por fav...

-has hecho hasta el último intento por provocarme, ahora es cuando debes asumir tus consecuencias.

-yo no te quiero.

-no estamos aquí para hablar de sentimientos.

Me lanza a la cama halándome a la orilla, acaricia mi sexo, lo frota frenéticamente, mis gemidos son contenidos, mis caderas se mueven un poco.

-el sexo es tu debilidad. Falta más que solo un par de dedos en tu clitoris y sedes a cualquiera.

-Eliot-me quedo un tanto perpleja ante sus palabras.

Aparta las medias sin piedad y el leotardo también.

-no te sorprendas támara, ese chicle de tu padre que llamas amigo no tardó mucho en presumirte, adornarse con el placer de haberte hecho suya.

Me restriega sobre su sexo, su verga está dura. Desaparece su ropa y aún en mi no hay palabras.

-no hicieron falta más que unos cuantos minutos con el y le abriste las piernas.

-al igual que a ti.-su cara se coloca sobre mis labios íntimos.

Su lengua se mueve tan placenteramente, muerde, chupa, hace de todo ahí abajo y yo lo único que puedo es morder mi labio para no gemir. Me retuerzo a tiempo que mueve uno de sus dedos en mi vagina, me muevo sin control.

-eres deliciosa.

Sus palabras me parecen tan contradictorias, tan llenas de odio en un momento y tan tiernas en otro.

Un segundo y tercer dedo entran al juego y un cuarto dedo también, pero este lo hace en mi culo, haciendo que sin pensarlo suelte los gemidos retenidos.

Frena todos sus movimientos.

-tendré que parar cada que hagas ruido.

Me acerco hasta tener su verga frente a mi, la acaricio sutilmente. La colocó de a poco en mi boca, lamiendo cada parte. Su cara se distorsiona, sus gestos son indescifrables, su placer es lo único que detectó. Penetro mi boca con su verga de un solo golpe y parece gustarle, comienzo a jugar con el ritmo de las penetraciones a tiempo que succiono.

-sigue.-me reclama tras parar.

-quiero disfrutar más antes de que acabes.

Se acuesta en la cama quedando a mi merced, me coloco sobre el y su verga queda a solo centímetros de mi vagina.

-quiero ser penetrada tan duro, tan feroz, que al despertar te recuerde.

De un empujón me penetra, gritó de placer y su cara muestra que se siente tan bien como yo.

Me muevo de atrás hacia adelante rápida y fuertemente, sus manos me dan nalgadas a tiempo que su verga se mueve hasta el fondo.

-estás tan mojada.

El único sonido en la habitación es el de nuestros cuerpos. Me gira a modo que mis piernas quedan sobre su pecho y mis pies en su cara, su verga se siente más adentro y su rudeza es más.

Veo su cara, sus gestos, el va a llegar.

-Eliot-le hablo y parece ido, me ignora. -Eliot.

Termina eyaculando en mi interior, su semen me llena. Justo cuando saca su verga de mi interior mi vagina saca su semen.

-támara. -le miro un tanto pensativa. - me caso en dos semanas. Lo mejor será que esto no vuelva a pasar...-mira a todos lados.- por favor no vuelvas a provocarme.

Me quedo sin palabras.

-aquí acaba todo, tú y yo no somos más que dos conocidos.

Saca de sus jeans un sobre. Me lo extiende.

-es la invitación de la boda,Olivia pidió que te la diera, pero...-sacude su cabello.- por favor no vayas.

El silencio es ahora el que reina en el lugar.

-contigo ahí no podré casarme. -admite cabizbajo.

Se viste y sin previo aviso se va, el motor del auto confirma su huida.

Abrazo mis piernas y como si el mundo se acabara hoy me permito llorar.

****Gracias por leer.

Embriagame (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora