capitulo 20

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Capitulo 20

Dejo reposar el peso de mi cuerpo sobre mis puntas, la canción suena en mi cabeza. Elevo mis brazos al aire y uno mis manos en lo alto. Giro sobre mis puntas, omito todo pensamiento de mi cabeza, solo dejándome llevar por el baile.

Hasta que golpeo con la mesita del recibidor. Maldigo entre dientes y molesta me suelto el cabello. Dejo caer mi cuerpo en el sillón.

Estiro mi brazo tomando la correspondencia que había llegado ayer. Rebusco entre los sobres mirando algo que ya me imaginaba, un par de recibos por pagar. Tenía ya un mes sin trabajar ni ir a alguna academia, me sentía inútil. Si seguía a este paso pronto estaría duchándome bajo la luz de las velas muy pronto.

Recuerdos llegan a mi mente y cierro mis ojos tratando de borrarles. Este último mes había ido de peor en peor, algo más y estaría al borde del colapso, o de cabar un hueco en la tierra y enterrar vivo a Eliot. Eliot me llamaba en cada oportunidad que podía, siempre obteniendo la misma respuesta por mi parte "no quiero hablar", esta loco si creía que ahora también me convertiría en su hotline personal. Había venido un par de veces, terminando siempre con su pene dentro de mi vagina.

Cojo mi móvil y marco su número en cuanto le veo, necesitaba hablar con alguien.

***

Aparco frente al restaurante y al verme por el cristal saluda efusivamente. Camino hasta su mesa y rápido se pone de pie besándome ambas mejillas. Termina por abrazarme y ambas tomamos asiento.

-tanto tiempo sin verte. -sonríe y acaricia mi mejilla.

-una semana solamente.-comento sin importancia.

Escaneo el menú y término por pedir un frapuccino y un trozo de budín.

-Tamara, eres como mi hija, eso es una eternidad para mi.-acaricia mi mano.

-lose y en verdad te agradezco que pienses así de mi, pero...

-pero nada cariño,-el mesero trae nuestras ordenes y mirando como este se va continua.- ¿Qué es lo que está pasando?-con su mano en mi barbilla me hace verle.

-me doy asco.-admito.

-¿Por qué?-su mirada me dice cuan preocupada esta y me siento mal por un momento.

-soy...-miro a todos lados buscando el valor necesario y las palabras acorde.- soy una puta.-admito. Julieta me mira y niega sorprendida.- si lo soy, me acuesto con Eliot en cuanto cruza mi puerta, no hago nada por detenerle.-su cara parece horrorizarse tras escuchar el nombre de Eliot de mis labios.

-es un maldito.- coge su móvil al igual que su bolso. Le detengo.

-lo peor es que no me obliga.-un par de lagrimas bajan de mis ojos. -no solo me acuesto con el.-miro hacia mis manos que insisten en jugar la una sobre la otra. - también lo hago con Antonio.-parece no sorprenderse por ello.

-aun le quieres.- con ternura separa mis manos, su gesto logra tranquilizarme un poco.-Tamara el sexo no es malo si uno lo desea.

Entonces es ahí cuando la sensación de darme asco me visita nuevamente. -me masturbo cuando puedo.

-Tamara, en todo caso serias una ninfómana, no una puta.

Niego. -No quiero, no quiero serlo.-cubro mi rostro con mis manos.

-cariño tranquila, es solo una hipótesis, no es como que te este dando algún diagnostico o algo así.-ríe.

-estoy utilizando a Eliot como parte de mi satisfacción sexual.-da un sorbo a su te.

-ambos son adultos, saben lo que hacen. El mas que nadie está aceptando el riesgo... bueno tampoco te estoy diciendo que le enamores para luego romperle el corazón.-miro hacia la taza y jugueteo un poco con la cuchara.-Tamara... ¿hay algo que no me he enterado?

Inhalo y exhalo.-Eliot jura y perjura estar enamorado de mí.-admito.

-¿y tú que sientes más allá del placer sexual?-pregunta con un tono pícaro.

-repulsión, asco, odio, es un maldito viejo rabo verde. -ríe. -No hay ningún sentimiento en mi a su favor.

-¿Cómo lo sabes?-pienso.

-con Antonio sentía muchas cosas, cosas que no podía explicar, que me hacían sentir bien, con Eliot no me pasa. Quiero, quiero que este lo más alejado de mi.

-¿se lo has dicho?-afirmo con la cabeza.

-pero es un cabron que no entiende razones.

-Tamara lamentablemente Eliot es un hombre que lucha por lo que quiere y desea en la vida, no queda más que esperar que un milagro pase.-mira a su izquierda una pareja platica amenamente mientras la joven arrulla en brazos a un bebe.-¿te estás cuidando?-pregunta y me mira fijamente.

-si.-contesto lo más serena posible.

-ya verás que todo estará bien.-con un gesto casi indetectable me entrega un pequeña tarjeta con un numero y una dirección. Le miro sin comprender.-de ahora en adelante no estás sola.

Me sonríe y poniéndose de pie se coloca sobre el hombro su bolsa. Me quedo sola en aquella mesa.

***Gracias por leer.

Embriagame (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora