Capitulo 30

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Capítulo 30

Los gritos de mi padre aún taladran mi cabeza, si bien esta no era la primera vez que lo hacía si era muy raro que esto pasara.

Seco un par de lagrimas y otro par aparece, lloro sin querer hacerlo.

Diana aparece y sin decir nada me abraza, seca mis lágrimas con delicadeza.

-entiendo a tu padre sabes, pero no lo justifico.

La miro y no sé qué decir.

-pienso en Carolina en un par de años más, en si metiera un hombre a casa, no sabría cómo reaccionar, pero tampoco sabría qué decir. El no debió de hablarte de esa manera. En cambio Támara si eso fue una fantasía espero allá valido la pena. Pero tristemente se que no fue así, de haber sido así no hubieras llorado tras el cruzar esa puerta, eso Támara fue lo que más le ha dolido a tu padre, el ver a su pequeña princesa sufrir ante los actos de un hombre. Pero no sabes cómo está ahorita al verte llorar por los actos que el mismo tuvo hoy.

-¿por qué haces esto?-Pregunto sorbiendo mi nariz.

-por qué yo también cometí locuras, y todas ellas por amor, por el amor a un hombre.

-¿papá?

-no,-ríe- el llego después, y todo para darme cuenta que el amor es eso, una locura. Támara ¿qué esperas para admitir aquello que te une a Eliot?

-nada puede unirme a ese viejo.

-los mejores vinos son los más añejos. Déjate querer, comete locuras, no temas hacerlas.-me da un ligero sopapo.-hazlas.

La miro con cara de extrañeza.

-un ligero golpe no le hace daño a nadie.

***

-aquí está bien.

-de acuerdo, te espero en el café de enfrente.-señala.-¿segura que no quieres mi compañía?

-no, prefiero ir sola.-confieso con un poco de miedo interno.

-Támara, no seas berrinchuda.-me mira y lo único que quiero es que me deje sola.

-prefiero estar tranquila sin la presión de que debes volver a casa, quiero...quiero arreglar esto sola.-hablo con desgane.

Luis accede y tras cerrar la puerta del coche se va.

Camino hasta la puerta del local y con mis piernas como gelatina entro, esto es, es como nuevo para mí.

Una señorita atiende la recepción y me mira sonriente mientras lentamente me escanea.

-¿tiene cita?

Miro a todos lados, y por más que quiero que no sea, el está ahí, a lo lejos, está mirándome y deseo que ya no lo haga más.

***

-¡es un cabrón!-grita.

-soy una tonta.-confieso.

-maldito mujeriego.-lanza un almohadón con coraje hacia la pared.

-caí como estúpida.-doy una palmada a mi frente.

-no tiene perdón.-le miro y segundos después veo mi rostro devastado frente a la pantalla del computador.

-no tengo perdón.-confieso y suelto aún más lagrimas y Julie me mira como no si acabase de hacer la peor locura del mundo.

-¡ya!, para, que quedaras tan seca no podrás ni follar como tanto te gusta.-ríe.

-quiero, pero no puedo.

-támara, tú padre solo quiere lo mejor para ti.

El móvil de Julie suena y está lo contesta rápidamente, es todo una adicta a el.

Su cara parece de preocupación, me mira y solo pregunta direcciones.

Cuando finaliza la llamada se va de su cuarto sin decir nada. Segundos más tarde la videollamada se corta.

****

Me aburro en mi cuarto, decidida a olvidarme de lo que ha pasado llamó a liam, pero este me manda a buzón.

Me visto y sin más tomo las llaves del carro de diana, esperando esta no me mate.

Manejo por la ciudad en busca de algún buen lugar para divertirme, algún lugar donde entre tragos pueda encontrar una diversión momentánea.

Aparcó frente a un bar y justo al abrir la puerta mi móvil suena, sin mirar de quién se trata rechazó la llamada. La insistencia de la llamada no para, tanto que en la décima llamada decido contestar.

Espero y la insistencia de Julie tenga buenos motivos.

-¿Que chingados quieres?

-támara...-habla una voz masculina.

***Gracias por leer.

Embriagame (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora