capitulo 5

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Capítulo 5

Bailo al ritmo de la música, música la cual ínsita al deseo y a la perversión y, ¿quién soy yo para negarme a ello?

Enredando mis manos en el cabello de Eliot muevo mis caderas, mi intimidad forma una excitante danza sobre el miembro de Eliot, su dureza me pone. Su cara no muestra gesto alguno después de mis palabras, palabras que han salido sin más de mi boca tan retadora como siempre. Tenía ya un mes sin sexo, desde que había roto con Antonio mi ex pareja, mis dedos y mi vibrador era todo lo que me penetraba.

Sus manos aterrizan con ferocidad y dominio en mis caderas miles de focos se encienden en mi interior "sexo, hoy hay sexo" es lo único que dicen aquellos focos. Focos que se apagan de golpe con sentir como me aparta bruscamente de él, miro a Eliot sin saber qué hacer.

-estoy a punto de correr a todos los invitados y follarte sobre el suelo hasta que me pidas que pare.-sus palabras se clavan en mi oído y nada más sentirlo y escucharlo así mi piel logra erizarse y mi sexo palpitar por la necesidad de atención. Casi gritándole "aquí estoy follame duro".

-hazlo.-incito a Eliot, su rostro me mira con duda.

La música se para en seco, miro a Eliot quien no ha hecho nada. Julieta junto a Saúl su ahora esposo suben al escenario.

Invitándonos a los presentes a pasar a nuestros lugares, los meseros nos reparten copas de vino. Como toda buena dama de honor estoy con mi "acompañante" en la mesa todos nos sentamos para escuchar las palabras de los recién casados. Palabras a las cuales no presto atención.

Miro de reojo a Eliot, de lo poco que le conozco puedo jurar que está nervioso, su gesto lo dice todo. Hecho mi cabello hacia atrás de mis hombros, dejando a la vista mi escote. Ciertamente me gustaba cuando "Lía" como llamaba a mi lado de la perversión dominaba. Cruzándome de piernas abanicaba mi rostro con un abanico de mano. Sentía la mirada de Eliot en mí, deslizando mi lengua por mis labios le incitaba a prestarles atención.

Mi mano libre no perdía el tiempo, viajando hasta mi izquierda, con mayor precisión a la pierna de Eliot, dando ligeros masajes desde su rodilla hasta sus muslos, por debajo del mantel. 

Su mano trataba de apartar la mía, pero cabe mencionar que cuando "Lía" entraba en acción no había quien la parara.

Julieta continuaba hablando, las mellizas prestaban mucha atención, de vez en vez me miraban y yo solo podía sonreír.

Con una sonrisa de lado llevaba mi mano hasta la entrepierna de Eliot, dándole leves masajes. Miraba como este echaba su cabeza hacia atrás.

-eso no lo hacen las niñas buenas.-susurraba a mi oído mordiendo el lóbulo de mi oreja.

-nadie ha dicho que yo sea una niña buena.-apretaba su miembro. Dando un pequeño respingo en su lugar me miraba.

Sentía mi piel erizarse con el solo sentir su mano posarse sobre mi muslo al descubierto, esta viajaba abriéndose paso a la cara interna de este. Mis piernas como si estuvieran programadas se abrían automáticamente a él, brindándole un mayor acceso.

Su índice rozaba mi feminidad cubierta por la fina tela negra de encaje a juego con el liguero. Mordía mis labios para no gemir, justo Julie me miraba.

Haciendo a un lado la prenda colaba uno de sus dedos abriéndose paso entre mis pliegues. Mi palpitante clítoris al fin estaba recibiendo la atención necesaria. El morbo me ponía cada vez más, sentía como si el tiempo no corriese, mi concentración estaba entre mi razón y mi excitación.

Con frenetismo los dedos de Eliot danzaban en mi clítoris, hinchado, pero aun quería más, y él lo sabía. Mis caderas comenzaban a hacer movimientos inconscientes, buscando un mayor roce. Mi vagina le daba una cordial bienvenida a su dedo corazón, el cual en lentos movimientos entraba, robándome pequeños jadeos. Eliot se las estaba cobrando con creces. Sabía que debía yo tomar represalias pero no así, tenía que ser pensada con la cabeza fría.

Aun con mi razón pendiendo de un hilo, gracias al orgasmo que comenzaba a producirse desde mi interior le frenaba con brusquedad sacando sus dedos de mí. Sabía lo que pasaría si mi orgasmo llegaba a su fin frente a todos.

Apartaba lentamente mi mano la cual había estado todo este tiempo apretando el pantalón de Eliot. Este con una sonrisa se llevaba los dedos a su boca, joder, moría por ser yo quien limpiara mis fluidos de sus dedos.

Mi cuerpo comienza a jadear un poco ante el repentino y brusco cambio, Vanessa me mira con duda y apenas podía susurrarle que estaba bien.

-hoy te salvaste, no habrá una próxima.-volvía a susurrar a mi oído, repitiendo el proceso anterior y tirando del lóbulo de mi oreja entre sus dientes.

Eliot me había declarado la guerra en un juego que pedimos, y a Tamara Duarte no le gustaba perder, si Eliot quería guerra, guerra tendría.

***Gracias por leer.

Embriagame (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora