Capítulo 23: Empate

456K 30.7K 5.6K
                                    

MILA

Es verdad que he tratado de evitar a Bruno lo que más puedo, pero él parecía querer encontrarse conmigo en todas partes. Me sentía cansada, sobre todo emocionalmente y esa tarde busqué una banca para sentarme y lograr detener mis pensamientos. Necesitaba respirar y entender lo que había sucedido, ya que de verdad todo estaba siendo muy rápido e intenso. Sin embargo, unos pasos me desconcentraron y cuando alcé la mirada vi a Julián sentarse a mi lado.

—¿Cómo estás? —me sonrió.

—Bien... ¿Tú?

—Bien, ¿Pasó algo? —sus ojos se quedaron en los míos.

—¿Por qué?

—Digamos que no sabes disimular la expresión de tu rostro... y no te he visto con Bruno ¿Coincidencia?

Tragué duro.

—Ah... sí... —aclaré mi garganta, no estaba muy segura si querer contarle a Julián lo que había ocurrido pese a que lo consideraba un amigo. —Discutimos y... estamos peleados.

Él asintió levemente.

—De seguro todo mejorará, sólo no estés triste por un hombre que quizá... no vale la pena —me dijo de pronto y yo fruncí el ceño. Se acercó a mí un momento y alzó mi mentón con su mano, consiguiendo que una leve tensión se posara entre nosotros.

—Es todo muy confuso... —bajé la voz —Lo quiero mucho y... y no sé si pueda perdonarlo —le conté mientras sus dedos continuaban en mi mentón.

—¿Por qué perdonarías a alguien que te dañó? —se encogió de hombros, restándole importancia —Eres joven, muy hermosa y... puede haber muchos chicos esperando la oportunidad de hacerte feliz.

Lo miré sin moverme. Malditas indirectas.

—Es difícil cuando ninguno de esos chicos logra llamar tu atención.

—Debes darle la oportunidad a alguien de que te haga feliz.

—Lo sé —suspiré.

Él sonrió mirándome.

No sabía si era normal la distancia a la que estábamos, de pronto se había acercado más y lo sentía dentro de mi burbuja de espacio personal.

—Hay veces que...que te imagino aquí... conmigo —bajó la voz y cada vez se acercaba más a mí —Sonriéndome, pasándonosla bien... queriéndote un poco más.

Lo miré sin entender ¿qué era esto?

—¿Qu...Qué? —mi voz entrecortada me delató, pues tener a Julián tan cerca me ponía en extremo nerviosa. Cualquier chica con Julián se pondría nerviosa, pues es muy guapo, pero...

—Mila, tú eres perfecta —me dijo de pronto y cortó todo el espacio entre nosotros y me besó.

Me besó

M-E B-E-S-Ó.

JULIÁN.

JULIÁN ME BESÓ.

Mis ojos no se cerraron, de hecho, se abrieron con sorpresa al sentir su boca chocar con la mía, estaba completamente congelada y él insistía en intensificar el beso, pero yo no podía mover mis labios. Cualquiera en mi lugar habría estado feliz de besar a un chico atractivo como él, pero... pero yo no sentí nada. NADA. No sentí esa electricidad, ni menos algo especial, sólo se sintió como besar una pared.

Me separé de él todavía sorprendida con lo rápido que había sucedido, pero antes de poder decirle algo sentí una fuerte mirada puesta en nosotros. De inmediato me giré y vi a Bruno observándonos, miró a Julián, luego a mí con decepción y negó con la cabeza, bajó la mirada y continuó adelante camino a la cabaña. Algo se encendió dentro de mi cuerpo, ¿Qué demonios había hecho?

¡Eres mio! ImbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora