XXVI. El viaje

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Las chicas se sorprendieron con la respuesta de su madre, parecía otra mujer y la verdad era que ni siquiera se imaginaban todo lo que les esperaba con semejante idea de llevársela un mes.

Los muchachos salieron dejando sola a Victoria quien recibió un mensaje de Óscar pidiéndole que se conectara para hablarle de la información.

V: ¿qué pasó Óscar? (Hablando por el computador).

Os: ¿no hay nadie cerca? (Ella negó) te tengo noticias de lo que me pediste pero realmente estoy sorprendido.

V: ¿por qué?, ¿los cargos son muy malos?

Os: no, no es eso lo que me tiene así, si no que no encontré ningún historial criminal de él Victoria.

V: (interrumpiéndolo) ¿qué cosa?

Os: todavía no termino, no me interrumpas (ella asintió). Me pareció muy extraño y me puse a buscar más a fondo con algunas amistades y me enteré de que los cargos desaparecieron mágicamente, que se ha quemado el historial y no hay más riesgo de que sea encarcelado.

V: ¡entonces es cierto! (Feliz).

Os: ¿qué cosa? (Desconcertado).

V: cuando estemos en persona te lo explicaré, por el momento me has hecho muy feliz con la noticia y sólo ruego a Dios que Dionisio se recupere porque eso es lo que me preocupa (afligiéndose de nuevo).

Os: si quieres puedo investigarte también eso, tengo algunos amigos en el hospital y me encargaré de que nadie se entere cómo sacamos la información.

V: ¡te lo voy a agradecer mucho Óscar!, Alonso prometió ayudarme pero no me puedo fiar mucho de él, parece que Norberto lo alejó de Dionisio y no dudo que sea para que no me diga nada.

Os: tú no te apures, verás que te mantendré bien informada.

Cerraron la llamada y Victoria se quedó pensativa, si Dionisio se había salido de ese mundo tan difícil, ¿no tendría problemas? Según todos, ese negocio tenía muchos inconvenientes y amenazas que podían poner su vida en riesgo.

La angustia volvió a ella pero también se dio cuenta de que a pesar de todo, él la quería y ella había sido muy injusta.

*Una semana después*

*México, Hospital*

Norberto estaba preocupado porque Dionisio no daba señales de mejoría, simplemente no había tenido complicaciones.

N: Hannah, ¿puedo pasar? (Asomando la cabeza).

H: sí, adelante (se quitó los anteojos) ¿qué pasa?

N: quiero preguntarte cómo sigue Dionisio porque la verdad no veo que avancemos nada.

H: efectivamente (suspiró) hemos notado que Dionisio no quiere recuperarse porque en otras ocasiones ya estaría afuera del hospital.

N: pero las heridas están bien ¿no? (Ella asintió).

H: el problema aquí es su depresión Norberto (seria) mientras él no quiera seguir con vida no va a despertar.

N: (pensativo) ¿crees que nos convenga que vea a Victoria?

H: no, mira Norberto, yo puedo entender que ellos se amen pero no vamos a arriesgar la vida de ninguno (él asintió) lo mejor es dejarlos uno bien lejos del otro.

N: bueno, entonces ¿cómo despertamos a Dionisio?

H: dándole a su subconsciente, falsas esperanzas.

El Sabor del Pecado IOù les histoires vivent. Découvrez maintenant