Capítulo 18: Detalles

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—Mila, despierta —susurró una voz en mi oído, era... ¿Ethan?

No quería despertar, me pesaban los párpados y sólo podía pensar en el amanecer que había tenido. Había sido todo muy intenso para mí y todavía sentía que me temblaban las piernas, por lo que sólo quería dormir.

Habíamos vuelto a la cabaña a eso de las ocho de la mañana sin que nadie se diera cuenta.

Ethan siguió moviéndome hasta que tuve que obligarme a despertar.

—¿Qué ocurre? —abrí levemente los ojos.

—Emilia está llorando y no quiere hablar conmigo —contestó preocupado.

Me incorporé de inmediato.

—¿Dónde está?

—En su habitación.

Me quité las sábanas de encima y poniéndome de pie caminé a toda velocidad hacia la habitación de mi amiga, golpeé un par de segundos sin conseguir una respuesta de su parte y entré sin pedir ningún tipo de autorización dejando a Ethan afuera y cerrando la puerta con llave.

Vi a Emilia acurrucada entre sus sábanas con la cabeza casi debajo de su almohada, pero no estaba con el pijama puesto, así que era obvio que se levantó hace rato.

—¿Emilia? —me acerqué lentamente a ella y me senté a su lado.

La vi alzar su cabeza y apenas me vio me abrazó con fuerza mientras lloraba.

—¿Qué ocurrió?

—Me enamoré de un idiota, eso es lo que ocurre —contestó llorando, pero muy enfadada. Entendí que estaba enamorada de Thomas, pero... ¿un idiota? ¿Qué había hecho?

—A ver... explícame un poco —la cogí de los brazos —Tranquila.

Ella se acomodó dándome un poco más de espacio y antes de que pudiera contarme, los golpes en la puerta se hicieron presentes, eran insistentes, así que me puse de pie y abrí encontrándome con una Valery enfadada e histérica.

—Emilia ¿Qué diablos te ha hecho el idiota de Thomas?

Pestañeé sin entender del todo... me acababa de despertar y aquí afuera ya estaba armándose un caos.

—Cálmate, Val —le dije cerrando la puerta nuevamente y caminando a la cama de Emilia.

Valery me observó silenciosa y se sentó al otro costado de la cama.

—Ahora sí... ¿qué ocurrió? —pregunté prestándole atención a una frágil Emilia.

Ella dio un suspiro.

—Pues... bueno... ustedes saben que Thomas y yo estábamos en una situación un poco... complicada —dijo, ambas asentimos —. Él estaba confundido y quería un poco de espacio. La cosa es que... es que él me dijo que no se trataba de nadie más, sólo él y yo... pero hace un rato he ido a ver si todavía había desayuno y me encontré a Thomas con una chica besándose afuera del comedor —una lágrima recorrió su rostro y la secó de inmediato.

Me quedé impactada por un momento mientras Valery echaba fuego por su nariz.

El ingenuo y buen Thomas... no me lo podía creer, siempre lo imaginé correctísimo ¿cómo podía hacerle algo así a Emilia? Emilia era todo lo que estaba bien... EN LA VIDA. Es una chica ingenua, inocente, de buenos sentimientos e intenciones, razón por la cual Valery y yo somos tan sobre protectoras cuando algo le ocurre. Y nunca nadie le había hecho llorar por amor. Nunca.

—¿Él te vio? —preguntó Val.

—Sí, pero no ha dicho nada... yo menos.

—¿No hizo nada? —fruncí exageradamente el ceño.

¡Eres mio! ImbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora