-Contrólate -se dijo a sí mismo entre susurros, aunque la verdad no pensaba que despertaría a Yoongi, quién dormía tan profundamente que asustaba-. Debes... controlarte, ChimChim.

Sin embargo, y pese a que trataba con todas sus fuerzas de no actuar como un asqueroso pervertido, su mano terminó acariciando levemente la tela negra. Yoongi se movió, ladeando la cabeza y murmurando alguna incoherencia. ¿Acaso... le había gustado, o algo así? Para comprobarlo, Jimin dejó caer su mano sobre el miembro erecto de su hyung.

Como si fuera una rápida escena en cámara lenta, Jimin vió como Yoongi levantaba el brazo y su mano salía disparada hacia atrás. El peliverde subió de un salto a su regazo, reteniéndolo entre sus piernas, y llevó una decidida mano a su cuello de modo que quedó totalmente inmovilizado.

-¿Me estabas... tocando, Jiminnie? -inquirió con voz ronca, propia de alguien que había dormido de tirón más de diez horas.

El pelirrojo se quedó muy quieto, con los labios entreabiertos en busca de una buena respuesta que darle y el corazón martilleándole dentro del pecho. ¿¡En qué momento se había puesto en alerta!? Aunque alerta era decir poco: los ojos de Yoongi despedían veneno, tan negros y entrecerrados que parecían clavarle agujas en la piel. Pasaba su lengua por el labio inferior, tan sádico que daba real miedo. Y lo que más asustaba de todo, era que ese delgado y bajito chico, de apariencia tranquila y sumisa, tenía su cuello agarrado con tal fuerza que a Jimin estaba costándole respirar bien.

-Y-yo... -comenzó, jadeando-. N-no...

Jimin miró hacia abajo y tragó saliva con fuerza al apreciar cómo su erección crecía aún más bajo los bonitos boxers de Yoongi. ¿Era éste consciente de que estaba justo sobre... él?

Y pareció notarlo, sin lugar a dudas, porque sin soltar su garganta comenzó a moverse, hacia atrás y adelante, frotándose contra su miembro y provocándole unos estremecimientos tan placenteros que se le salió un gemido.

-¿Te gusta, niño? -Yoongi ladeó la cabeza, curioso-. ¿Te gusto?

-N-no... Yoongi... Para, por fav... mmmmh...

-Parece que te gusta -el muchacho abrió de golpe los ojos y sonrió; y de repente parecía un niño de siete años-. ¡Hay que hacer algo divertido!

De un salto se bajó de la cama, dejando a Jimin completamente en libertad, y corrió a ponerse los pantalones.

El pelirrojo se sentó en la cama, entre asustado y excitado, y se quedó mirándolo como un fuera un extraterrestre. ¿Y ahora qué hacía? ¿Le preguntaba si se habían acostado anoche? ¿O por qué se había frotado contra sí hacía unos segundos? ¿O debía excusarse por haberlo tocado sin permiso, mientras dormía? 

-¿Qué esperas? -inquirió Yoongi, apremiante.

-Yo... -se puso en pie, alejándose de la cama y buscando su abrigo en el pequeño lugar-. Debería ir a casa. Mis padres deben... -se cortó, antes de decir algo muy estúpido.

Aunque no hizo falta, porque su hyung ya lo había entendido y se comenzaba a reír. Lo vió buscar un cigarrillo de una caja y llevárselo a los labios, mientras con la otra mano encendía la punta. Dio una larga calada, acercándose a él, y luego soltó el humo en su cara.

-Nos vemos después, supongo -dijo.

-¡Sí! C-claro, después... Después nos vemos.

Jimin divisó su abrigo sobre la mesada de la cocina y corrió a ponérselo. Abrió la puerta de salida y se giró.

-Yoongi hyung, ¿anoche nosotros no...?

-¿Mmm? -el muchacho rebuscaba algo en el bolsillo de un chaqueta.

My Sweet Prince [Namjin// Yoonmin// Vhope]©Where stories live. Discover now