Hago un puchero ante la petición de la castaña que responde por el nombre de «Maggie» está ladea un poco la cabeza, me toma de los hombros.
—Negan prometió que vendría por mi, no me voy sin él. Estamos jugando, el tiene que venir por mí, esperemos un poco más—pido limpiando las lágrimas de mis ojos.
—Debemos salir de aquí, Negan pronto te encontrara, solo es un tiempo ¿Verdad? Glenn— la castaña llama la atención de su esposo. Este asiente constantemente con una sonrisa en su rostro—, Nosotros no mentimos.
—Pero con Negan... no me siento sola, no quiero estar sola—mis labios tiemblan—, no puedo tener miedo, debo ir a buscarlo, con o sin ustedes, lo buscare.
—Nosotros no te vamos a dejar sola, a partir de ahora, donde tú vayas. Nosotros iremos—dice Maggie con una sonrisa.
—A Negan no le gustan mucho las personas pero haré que les de un lugar en nuestro santuario, pero, tendrán que compartir habitación con Paula y Molly, Negan me dijo que ellas volverán que debo de creerle a él y no a Rick—llevo mi mano a mi mentón—, ¿saben? Quiero una barra de chocolate, pero... No sé dónde conseguirlas ¿ustedes saben?
El sonido de la puerta ser abierta, provoca que vuelva a esconderme detrás de esa pared sucia. Asomándome lentamente puedo reconocer la sombra de Negan, con una sonrisa salgo de mi lugar, y efectivamente, él es el que está ahí de pie.
—¡Negan! —lo llamó a la par que me abalanzó a abrazarlo con fuerza—, te tardaste mucho, y estoy muy asustada.
El ríe un poco, como siempre.
—Lo sé, Bea.
—No quiero que te pase nada, ¿ya todo termino, verdad? —pregunto buscando su mirada, aunque sus ojos están un poco rojos, me observan con un brillo en especial.
—No me pasara nada. Aún te queda una vida por delante Bea—, acuna de una manera sobre protectora mis mejillas, y puedo notar como sus brazos están un poco negros.—Tengo que irme, pero te estaré cuidando como siempre, volví, quería cumplir mi promesa.
—«Es algo que no puede romperse y debe cumplirse» —repito con emoción, este asiente y deposita un beso en mi mejilla—: voy a esperarte.
—¿Incluso si me vuelvo oscuro?
—Incluso si te vuelves, muy, muy oscuro—afirmó.
Negan, inclinándose un poco, besa suavemente mis labios, todo parece detenerse pero un momento a otro, su calor no está, no está él, solamente estoy sola junto con Glenn y Maggie.
—Debemos irnos Bea, Negan ya volví como dijiste. Solo se tuvo que ir—comenta Glenn.
Inevitablemente las lágrimas bajan por mis mejillas y comienzo a llorar una y otra vez. —¡Quiero a Negan! —hago un berrinche, pero una mano en mi boca me detiene.
—No llores—ordena Negan—odio que lloren.
—¿Por qué te vas y vuelves, estás en horas de trabajo?—pregunto con una sonrisa y limpio mis mejillas.
—No, ahora debes hacerles caso a Glenn y Maggie. Debemos salir de aquí rápido. Vas a sobrevivir Bea, ya no tienes miedo, yo voy a estar aquí contigo. Siempre
Ante esa afirmación, me llena de emoción saber que él se quedará para siempre a mi lado. Y puedo ver, como a su lado está Paula, dándome una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Volviste! —digo dando un brinco —, te extrañé mucho, ¿habrá más barras de chocolate? ¿O estás todavía muy cansada para buscarlas?
—Debemos salir de aquí Bea, ahora. —responde Paula.
Negan, tomándome de la mano, comienza a caminar por los infinitos pasillos de aquel lugar.
—¿Me vas amar para siempre, Negan? —pregunto viendo su espalda, este viéndome de reojo asiente con una sonrisa—, ¿promesa?
—... Promesa.
Fin.
