15✦saviors.

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Chasqueo la lengua mientras sostengo al bate con fuerza, relamo mis labios y puedo observar que a simple vista la gente tiembla, él chiquillo se mantiene lloriqueando al igual que su madre —que es retenida por un hombre de cabellos largos y barba—; observó como este me da una mirada de furia, resentimiento, incluso puedo decir que es de pánico.



—¿Se están orinando en los pantalones, ya?—cuestione con ironía en mi voz, estos me dan una mirada de confusión claro, sin borrar su pánico—; Pronto lo estarán haciendo.



Paula con un rostro serio, mantiene su gatillo en la sien del menor; caminando de lado a lado examinó de pies a cabeza a todos los presentes, hasta quedar frente al hombre de cabellos largos. Ladeo un poco la cabeza para poder mejor su rostro.




—Nombre—ordenó.

—Paul Rovia—contesta impulsando su cabeza hacia atrás, provocando que pueda observar con claridad su rostro. Sus orbes azules me dan una mirada rápida.


—¿Quién es el líder del lugar?


En respuesta unas pisadas me hacen girar sobre mis propios talones, un hombre de barba y con un traje sumamente ridículo se declara como «El líder», tomando al bate con más fuerza me acerco hacia él.



—No me vengo con rodeos, voy directo y a la parte buena—masculló entre dientes—, yo soy ahora el que dominare este mundo, y les haré conocer mis reglas. Ustedes ahora trabajan para mí.




¿Crees que pedirles medicinas mantendrá a Bea viva? ¡Demuéstrame esos huevos Negan!




Eres el que dominará el mundo.





Este mundo te pertenece.






—Me darás la mitad de todo, ropa, comida, cosechas. Al final del mes—declaró cerca de su rostro, este tragando saliva niega con la cabeza.


—Tengo gente que depende de mí, necesita esas cosas. Si te las doy, nos quedaremos sin nada.





Está jugando contigo.




¡Mátalo, Mátalo!




¡Ahora, Ahora!





—Me estás jodiendo—murmullo provocando que este se tense.



Tomando con fuerza el bate, estoy dispuesto a golpear la cabeza de aquel hombre, sin embargo, un llanto me detiene.




¡Calla ese punto llanto ya, ahora, demuéstrame que eres no eres un mariquita y podrás cuidar de Bea, demuéstramelo marica!




Girando sobre mis propios talones, me acerqué a zancadas rápidas hacia el muchacho, y dando el primer golpe en su cabeza este cae en el instante, llora, chilla, suplica.





¡Sigue, Sigue, Ahora, dominarás el mundo que te rodea! —mis manos no se detienen, siguen tomando el bate con fuerza e incluso puedo sentir como la sangre del muchacho cae en mis pómulos—, ¡Ellos nos desafiaron, estas son las consecuencias de sus actos, se metieron contigo y pagarán el precio de ello! —, los llantos de las personas llegan a mis oídos— ¡Eres el salvador!



En el momento en que dejó de dar golpes al cráneo destrozado, me relamo los labios y agitado regreso mi vista a Gregory, las miradas de pánico se hacen presente en sus ojos.








Eres el Salvador de este mundo.





—¡Nosotros somos los salvadores!—grito a todo pulmón—¡Y esto! —señaló con el bate al chico con el cráneo hecho pedazos,—¡Le sucede a los que no me obedecen!




Dwight, Paula, Billie y David se colocan atrás de mí con sus armas en alto.



—¡Arrodíllense!



Ante mí orden, todo se quedan rígidos, entre temblores y lloriqueos se arrodillan ante nosotros.





Ante los salvadores.

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