32✦face.

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Abre esa puerta, y demuéstrales quién es Negan. La función está a punto de empezar, ¿Recuerdas porque hacemos esto?, le prometimos a Bea que nadie más moriría, y no puedes romper una promesa.






Dudoso, juego con Lucille de mano en mano. Pienso detenidamente si esto es lo correcto; no conozco de nada a Rick Grimes, y estoy seguro, de que él tampoco conoce nada de mi. Nada de los salvadores, de Paula, y de Molly, ¿Por qué tendría motivos de dañarme?





Yo soy un don nadie para él.





El sonido de la puerta ser golpeada, provoca que de un pequeño brinco en mi lugar, todo esto solo es una mala pasada ¿cómo sé que esto es real? Cierro un momento los ojos, y suelto un suspiro. Seguramente, Antonio los está vigilando muy bien y están quietos, esperando mi entrada.




La sonrisa de Bea inunda en mi mente; después de todo, ellos, podrían atacarla y sin más, quitármela de mis manos. Para siempre.





Empujando con fuerza la puerta, el bosque es alumbrado por los faros de los automóviles, mis seguidores, me observan con un brillo de esperanza y unos hombres arrodillados, con pánico.




—¿Se están orinando en los pantalones ya?—cuestionó con burla al notar como un hombre regordete tiembla ante mi presencia. —; Pronto lo estarán haciendo.


Con esa sentencia, emprendo mi camino hacia ellos, sus miradas son de completo pánico. Pero ¿por qué? Después de todo, ellos mataron a mis hombres. A cada uno de ellos, sin piedad, dejando a esposas viudas, a niños huérfanos, ¿por qué tiemblan ahora?




—El es el líder—habla Rubén señalando a un hombre de rizos, sus ojos miran a la nada.



Acercándome hacia él, este alza con lentitud la mirada. Sus ojos azules parecen analizarme, y puedo deducir con facilidad que no esperaba mi presencia en este lugar.




—Tú eres Rick Grimes—digo recargando a Lucille en mi hombro—; ¿Sabes? Matar a mis hombres no mola nada, y mandar a más de mis hombres, y que los hayas matado como si se trataran de animales, no mola nada. —la furia me invade, porque sé muy bien que el desconocía sus nombres, quienes eran y que hacían para poder sobrevivir día a día.—; Este mundo le pertenece a los salvadores, ¿Crees que puedes venir y matar a mis hombres sin perder algo?




Como es de esperarse, no contesta, me paseo un poco frente a toda la fila que esta arrodillada ante mí. Hasta que me detengo frente a un niño de cabello largo y sombrero, por dentro me causa gracia, su rostro serio y su ceño fruncido me ven con superioridad; en cambio si Bea estuviera aquí, ya estaría llorando de miedo.




—Vamos niño, llora un poco—le animó agachándome a su estatura.




Este frunce aún más su ceño, como si no me entendiera, por el rabillo del ojo, puedo observar cómo el mismo Rick Grimes me observa con cautela.



—Es tu hijo—afirmó, asintiendo constantemente a la par que me levanto–, El líder tiene un hijo—, y es en aquel momento en que recuerdo el dolor de Ivette, al enterarse que su esposo estaba muerto y con un hijo, con una nueva esperanza, creciendo en ella, —; ¿¡Te parece bien si lo mato enfrente tu yo!?





—¡Basta! —grita Rick entrecortado.


—¡Vamos, me estás obligando a   que mate al futuro asesino en serie! —digo furioso.





Vamos Negan, tú sabes bien que ellos son malos.



Debes pagarles con la misma moneda.



Mata a uno.





—Ahora Rick, tú trabajas para mí, así de sencillo—digo ignorando las voces—; me darás la mitad de todo, todo lo tuyo ahora es mío. Si nosotros tocamos la puerta de tu casa, tendrás que abrirla. O si no, la derribaremos así de fácil y sencillo.




Dispuesto a decirle que eso es todo, que puede irse sin más, BlurryFace aparece atrás de una mujer, que parece enferma. Tragando saliva tomo con más fuerza el mango de Lucille.





—Esta embarazada—informa con su voz potente—, esta mujer, se nota que está manchada con sangre de los salvadores. Ella es una asesina, imagina a Bea en el lugar de Paula, o de Molly ¿lo vas a permitir? —cuestiona—, déjales una advertencia. Márcales la línea entre el bien y el mal.





Apretando los dientes, giro ver nuevamente a Rick y la risa de mi rubia aparece en mis oídos. Así como ellos mataron a mis hombres sin más, podrían hacerlo nuevamente.





—Pero —me detengo—, no puedo irme tan fácil, mataste a muchos de mis hombres. Así que mataré a uno, por ellos. Aunque me es difícil decidir, —recordando cómo Bea escoge los colores que usará para dibujar, sonrío—ella es Lucille, y es fantástica. —doy un par de pasos hasta quedar enfrente de Rick Grimes—; Eeny—lo señalé.




Cantando esa vieja canción, muevo con gracia a Lucille. Y a pesar de que la tengo cerca mío, puedo escuchar los ánimos de mis amigos ¡Hazlo, hazlo, hazlo! Susurran una y otra vez.





—It —finalice—, puedes llorar, gritar, dejar de respirar. Joder, todos estarán haciendo eso.





El primer batazo va de lleno en su cabeza, y sorprendentemente lo resiste.



—¡Lo está tomando muy bien!—digo con gracia, y los llantos, gritos, por parte de la gente que está arrodillada, llegan a mis odios.



Después de todo están sintiendo lo que nosotros sentimos cuando ellos decidieron matar a gente inocente. El dolor de Ivette, el dolor de Billie, el dolor de Mike, el dolor de Frank, Billie, Antonio, Thomas, Rubén, Dwight, Bea, y mi dolor.





Aunque yo puedo conocer el nombre de mi víctima, el nombre que recordaré todos los días, de ahora en adelante, y que cargare como todos los demás.












—¡Maggie! —exclaman.

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