Sonrío con satisfacción al notar la base del este, donde se encuentra el matadero. Increíblemente había subestimado a la pelirroja, mordiendo mi labio inferior, asiento constantemente a lo que me rodea.
—Mola mucho—exclamó después de varios minutos, y puedo observar claramente, que a pesar que su cabello cubre parte de su rostro, Paula dibuja una sonrisa en su rostro—; Eres fuerte, y puedes ir al frente de batalla. Esta base queda a tu cargo, a final de mes tienes que darme informes de cómo va todo.
—Si señor—dice con evidente felicidad. —, confíe en mí.
Dándole una palmada en su hombro, vuelvo a caminar a la salida del lugar, algunas mujeres que no tenía idea de su existencia me saludan con gratitud. Es increíble, me siento bien que estas personas, esas que creen en mi.
Caminando al auto, noto las sonrisas de todos sobre mí y todas aquellas voces y presencias, se detienen. Quizá esto es lo que busque todo este tiempo.
Llegando al Santuario, puedo ver en la lejanía a Bea abrazada de Dwight, ella tímidamente besa su mejilla y el rubio ríe un poco para después besarla de la misma manera. —¿Eso era el amor?—
—Negan—me interrumpe Billie a la par que se arrodilla ante mí—, debemos ir a Hilltop, la base del este ahora necesitará provisiones y llegan más personas.
—Conseguiremos provisiones para todos aquellas personas que quieran ser salvadores así que, Billie, debes encargarte sobre dónde hay refugios o algo por el estilo—ordenó un poco ronco, este asiente levantándose—; y trae a los idiotas de tus amigos. Hilltop solamente le dará provisiones a la base del este, ahora mismo, nosotros, debemos buscar comida de otro lado.
—Si señor.
Y con aquello, desaparece de mi vista. Suelto un suspiro pesado y regresó mi vista a la pareja, que sorprendentemente ya no está.
—Hola. —saltando sobre mi lugar, noto como Bea me observa con una sonrisa y sostiene con fuerza la mano de Dwight.
—Hola.
—¿Es cierto que la leche viene de un vaca? —se apresura en preguntar la miedosa, enarcando una ceja ve de reojo a su marido, que ríe con diversión.
—Bea estaba recordando sobre cuando mi madre nos hacía leche con chocolate—explica el rubio— pero Bea nunca vio una vaca.
Sonrío de lado ante aquello.
—Creo que vi un pedazo de chocolate en el almacén.—digo provocando que Bea de un pequeño salto y jale de la camisa a Dwight, adentrándose al santuario.
Buscando con rapidez con la mirada a Billie, me doy cuenta que se encuentra con dos hombres arriba de una camioneta, dispuestos a marcharse. Acercándome a ellos, me asomo por la ventana.
—Oye—llamo su atención—trae a una vaca.
Él frunciendo el ceño, asiente.
