Capítulo 56

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Detengo el auto a un kilómetro del lugar en donde Donald citó a mi madre. La miro a ella y me sonríe. Sigo pensando que es una mala idea estar aquí sin la policía, pero Donald fue claro y no arriesgaré a Gwen.

Estamos en una zona despoblada de Atlanta, en donde la ciudad todavía no ha ganado terreno y las pocas personas que viven por aquí trabajan en las enormes fábricas que los grandes empresarios han montado.

—Déjame ir contigo —le pido a ella.

—No, espera aquí. Cuando los encuentre, le diré a ella que venga hacia ti —toma mi rostro entre sus manos —Por favor, prométeme que te quedarás aquí esperando.

—Mamá, no...

—Debes prometérmelo, Caden.

La miro fijo a los ojos, no puedo prometer aquello, no podré quedarme quieto sabiendo que ambas están en peligro. Pero para dejarla tranquila, lo hago. Ella besa mi frente y se baja del auto. La veo alejarse en la oscuridad de la noche, hasta que desaparece de mi vista.

El silencio a mi alrededor comienza a ponerme nervioso. Sé que no podré esperar como se lo prometí, y en realidad ella también debe intuirlo.

Primero decido hacer algo sensato. Llamo a Michael y le digo lo que está pasando. Le pido que maneje todo con cautela.

—Espera que llegue la policía —me pide él.

—No, no hay tiempo, Michael. Iré por ellas... sólo avisa a la policía.

Cuelgo y apago el celular. Salgo del auto y voy hacia la dirección que mi madre tomó. Luego de unos minutos llego al lugar que él marcó como encuentro. Es una fábrica que a diferencia de las otras parece abandonada.

Me oculto entre las sombras y observo el lugar, parece que nadie está cuidando los alrededores y eso es un poco extraño. Con cuidado me acerco más hasta encontrar una ventana rota por la que logro ingresar. Todo está oscuro adentro, y no se escucha ningún ruido.

Comienzo a caminar, pisando vidrios rotos y maldiciendo por hacer ruido. Me detengo al ver una mancha de sangre en el suelo y mi cuerpo se paraliza. Es reciente, pero evito imaginar cosas. Continúo mi camino guiado por mi instinto. Sigue pareciéndome muy extraño que no haya ningún matón vigilando el lugar.

Me detengo en la entrada del galpón principal en donde hay una luz encendida, asomo un poco la cabeza y le doy una mirada rápida al lugar. Tampoco hay nadie.

—¡Gwen! —pruebo con decir su nombre mientras camino. Es peligroso, pero estoy desesperado, necesito encontrarla.

—¿Caden? —entonces escucho su voz, pero no sé de donde proviene.

—Gwen, ¿Dónde estás? —miro para todos lados a mi alrededor, pero no sé hacia donde encarar.

—Aquí... aquí estoy, detrás de la puerta...

Sigo mirando, no hay ninguna puerta, pero noto el viejo armario de metal que está colocado cerca de una de las paredes. Miro y detrás hay una puerta. El alivio me toca por un instante y empujo rápido el pesado mueble.

Intento abrir la puerta, pero está llaveada.

—¡Aléjate de la puerta! —le aviso. Doy unos pasos hacia atrás y tomó un poco de carrera. La madera vieja cede, bajo una fuerte patada y cae.

Entro rápido y mi mirada se encuentra con su rostro pálido y lleno de miedo. Me acerco, la abrazo con fuerza y no puedo evitar llorar. Su cuerpo tiembla entre mis brazos mientras llora y se aferra a mí.

Peligrosa Obsesión (Remake) EDITANDOWhere stories live. Discover now