Peligrosa Obsesión (Remake) EDITANDO

Capítulo 54

Me despierto algo sobresaltado, intentando salir de la pesadilla que se mezcla con la realidad. Al instante siento las manos de Gwen sobre mi pecho.

—Tranquilo, estoy aquí —dice su voz cerca de mi oído.

Mi pecho sube y baja agitado mientras la miro a los ojos.

—Soñé que te ibas...

Ella acaricia mi cabello, se inclina y me besa levemente.

—No me iré a ningún lado —me da una suave sonrisa —Sólo fue un mal sueño. Todo está bien.

Asiento y volvemos a acostarnos. Me abrazo a su cuerpo, pero no logro conciliar el sueño de nuevo. Hace una semana que tengo sueños recurrentes en donde Gwen desaparece y yo me desespero. Desde que Donald se apareció en mi casa, estoy intranquilo. Pero intento no hacérselo saber a Gwen.

Me levanto cuando el sol sale. Voy a la cocina y decido preparar el desayuno. Coloco todo en una bandeja y voy hacia la habitación. Gwen gira en la cama cuando abro la puerta y me da una sonrisa perezosa al verme con el desayuno.

—Buenos días, carita-linda.

—Hola.

Coloco la bandeja sobre la cama y me siento a su lado. Nos besamos y le paso una taza con té. Ella toma una tostada y comemos en silencio. Cuando terminamos deja la taza a un costado y se acerca a mí para sentarse sobre mi regazo.

—¿Dormiste bien? —inquiero acariciando su cadera.

—Muy bien, en cambio tú no, ¿verdad?

—Sí, dormí. Sólo tuve pesadillas —se inclina hacia mi rostro y me besa levemente.

—Necesitamos irnos de vacaciones —sonríe con picardía —Miami podría ser una buena idea.

Me río ante el recuerdo de nuestra escapada. Es increíble pensar en todas las cosas que han pasado después de ese viaje.

—Podría ser.

Gwen se levanta para ducharse mientras yo me preparo para salir. Vamos a almorzar con mi madre a Nashville y quizás nos quedemos el fin de semana allí.

El timbre del departamento suena, Gwen corre a atender. Desde la cocina veo que son tres hombres. Dos vestidos de policía y uno de civil. Al instante me acerco a la puerta.

—¿Qué sucede? —les pregunto.

—Señor Szifron, soy el agente Smith, y deberá acompañarnos —me informa el hombre de civil mientras me muestra su placa.

—¿Qué? ¿Por qué? —pregunta Gwen angustiada.

—¿Cuáles son los cargos? —quiero saber mientras noto que uno de los policías saca unas esposas.

—Fraude, estafa, lavado de dinero... —enumera el agente.

—No, no, no —Gwen niega y me mira con ojos asustados —Debe haber un error, Caden...

—Tranquila, carita-linda —tomo su rostro entre mis manos —Llama a Michael y dile que necesitamos a Frank.

—Pero...

—Todo estará bien —le prometo, aunque sé que no debería. Pero a pesar de que la cosa se ve mal, sé quién está detrás de todo.

No me opongo a que el policía me ponga las esposas con las manos en la espalda. Observo el rostro preocupado de Gwen. Dejo que ellos me guíen hacia el exterior y me metan dentro del patrullero que espera por nosotros. Siento la furia creciendo en mi interior mientras veo a los vecinos que me miran con desagrado.