Capítulo 45

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Con todo lo del atraso y los exámenes, realmente olvidé que esta semana entrante es mi cumpleaños. Sí, cumplo 22 años.

18 de Noviembre, miércoles. Hoy es mi cumpleaños. Estoy seguro que será un cumpleaños distinto a todos. Principalmente porque nadie parece recordarlo.

Miro a Gwen que se mueve por la cocina de su departamento, mientras me tomo un café antes de salir a otro día universitario. He estado esperando que ella lo recordara, pero todavía no me ha dicho nada.

—¿Ya terminaste? —me pregunta ella.

Quizás deba decirle algo, no lo sé. Le doy otro sorbo a mí café, y asiento para contestar su pregunta.

Con una sonrisa perfecta, ella se acerca a mí y me besa en los labios. Intento no responder, debería estar enojado. Pero maldición, sus besos son deliciosos. Y en realidad no puedo estar enojado, es sólo un estúpido cumpleaños.

Cuando se está por alejar, la tomo del rostro y prolongo el beso. Cuando me alejo, la observo con sus ojos cerrados. Sé que no me importa que nadie lo recuerde.

—Vamos, hermosa, no queremos llegar tarde.

—Sí, vamos —murmura todavía cerca.

Cuando llegamos a la universidad, nos encontramos con los chicos. Miro a Joey y a Michael y realmente espero que alguno diga algo. Pero ellos también parecen haberlo olvidado. Por otra parte, es imposible que Allie lo recuerde, siempre fue mala para esas cosas.

Nos encaminamos todos hacia el interior de la universidad y no puedo evitar mi bajo estado de ánimo. Gwen me pregunta si estoy bien y asiento entregándole una pequeña sonrisa.

Mi celular comienza a sonar y me detengo para ver la pantalla. El número es desconocido. Los chicos siguen caminando, pero Gwen se detiene y me mira.

—Ve tranquila —le digo —Ya voy.

—Está bien —dice y dejo que me dé un pequeño beso antes de seguir sus pasos.

Me encamino hacia el área más despoblada y contesto.

—¿Hola?

Hay un segundo de silencio del otro lado.

—Feliz cumpleaños, Caden.

Su voz me paraliza por completo. La respiración se queda atascada en mis pulmones, mientras mi corazón comienza a moverse errático. El dolor se vuelve intenso en medio de mi pecho, es insoportable.

—¿Cómo diablos conseguiste mi número? —gruño entre dientes intentando no perder el control.

—Por favor —dice con una nota de desesperación —Debes escucharme, hijo. Soy tu madre.

—¿Eres mi madre? —debo hacer un gran esfuerzo para hablar a través del nudo que se ha instalado en mi garganta —Durante quince años no recordaste que eras mi madre. Ahora es muy tarde.

—Tienes que escucharme —hay lágrimas en su voz —Por favor, hijo, debes poder escucharme.

—No vuelvas a llamarme —le advierto y sostengo el teléfono con tanta fuerza que creo que va a partirse —Haz de cuenta que estoy muerto. Tú para mí ya lo estas.

Cuelgo sin escuchar lo que dice. Mi respiración es agitada y me inclino un poco para recuperar el aire y el control sobre mis emociones.

Siento como si me hubiesen arrastrado al fondo de un lago, me hace sentir perdido, que soy alguien que no vale la pena.

Peligrosa Obsesión (Remake) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora