Capítulo 26

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Mis ojos se abren abruptamente cuando un golpe en la ventana del auto, me despierta. Con los ojos entrecerrados, miro al tipo que está del otro lado.

—No puedes estacionar aquí, muchacho, es zona de descarga. Mi camión llagará en unos minutos —me dice.

Bajo la ventanilla para poder hacerle una pregunta.

—Por esas causalidades, ¿conoce a Judith Benett?

—Claro que sí —asiente con una sonrisa —La señora Benett hace los mejores pastelillos del mundo. Tienes que seguir tres cuadras y luego doblar a la derecha. A mitad de cuadra está la pastelería.

—Muchas gracias. Y perdón por estacionarme aquí.

—No hay problema, muchacho.

Prendo el motor y salgo de allí. Mientras conduzco, me paso la mano por la cara reiteradas veces. No sé qué mierda estoy haciendo.

Sin darme cuenta terminé conduciendo hasta Brookhaven. Cuando llegué eran las cuatro de la mañana. Di vueltas por allí, pero no encontré nada. Terminé estacionando y en algún momento me quedé dormido. Miro la hora en el estéreo de mi auto. Ya son las ocho de la mañana.

Estoy hecho un lío. No sé qué mierda estoy haciendo aquí, no puedo dejar de pensar en Gwen, en lo que pasó. Miro reiteradas veces mi celular que está apoyado en el asiento de copiloto. Deseo llamarla. Pero a la vez no sé qué voy a decirle. No sé qué hacer.

Doblo en la calle que el hombre me indicó y logro divisar el enorme cartel con el nombre de la pastelería: Scarlett & Sharon.

Encuentro un lugar dónde estacionarme, justo al frente de la puerta. Logro ver que ya está abierto y hay una gran cantidad de gente dentro.

Mi corazón está palpitando y me sudan las manos. No puedo imaginarme alguna escena. No sé cómo me recibirán. No sé si saben de mí. Debería haber terminado de leer el maldito archivo. Quizás no quieran saber nada con respecto a mi madre o algo que tenga que ver con ella. Por alguna razón, nunca supe nada de ellas.

Tomo la decisión de bajar del auto y camino a paso firme hasta adentrarme en el lugar. El olor allí dentro es delicioso y por un instante mi estómago gruñe. Me coloco detrás de la última persona y espero que la fila avance. Mantengo la mirada fija en el suelo mientras la gente es atendida.

Cuando mi turno llega, tengo palpitaciones y un sudor frío baja por mi espalda.

—Buenas días, ¿qué deseas llevar? —me pregunta una chica. Levanto la mirada y la miro. Tiene cierta familiaridad, un pequeño aire a mi madre cuando era joven. Abro la boca para decirle algo, pero nada sale de mí. Ella me frunce el ceño —¿Te sientes bien?

—Yo… —me aclaro la garganta —Estoy buscando a Judith Benett.

—Bueno, déjame preguntar si ya está aquí —me sonríe algo esquiva y se aleja para pasar por detrás de una puerta semi-abierta.

Me hago a un lado para que la otra chica atienda a la persona que está detrás de mí y me acerco a uno de los mostradores para ver la cantidad diversa de pasteles que hay. Todo se ve delicioso. Mis ojos se detienen en una enorme y apetitosa porción de lemon pie. Es mi favorito. Muero de hambre.

—¿Quieres esa porción?

Levanto la cabeza al instante y miro a la mujer que me entrega una amable sonrisa. Se me atasca la respiración porque es demasiado parecida a mi madre. Debe ser Scarlett. Tiene que serlo.

—Yo… —otra vez no puedo hablar  —Lo siento.

—Te vez algo pálido —me dice con preocupación —¿Quieres sentarte?

Peligrosa Obsesión (Remake) EDITANDOOnde as histórias ganham vida. Descobre agora