Peligrosa Obsesión (Remake) EDITANDO

Capítulo 22

Llego a la taberna y camino entre la gente hasta la barra. Muchos me miran con curiosidad porque seguro que estaban aquí el día que fui arrestado. Susan sonríe con alegría al verme y se acerca a mí para abrazarme.

—Cuando Joey me dijo que estabas libre, fue aliviador —me dice.

—Gracias por preocuparte —me siento en uno de los taburetes —Necesito algo fuerte para tomar. Dame Capitán Morgan.

—¿No te parece que es algo temprano para tomar?

—Por favor, Susan, llevo días y días sin beber nada. Necesito algo que me anime.

—¿Tienes más problemas? —pregunta mientras se digna a servirme alcohol.

—Toda mi maldita vida es un problema —le aseguro. Agarro el vaso lleno de ron frente a mí y le doy un buen trago. El líquido quema a través de mi garganta y se siente malditamente bien.

Le indico a Susan movimiento el vaso frente a ella, que lo vuelva a llenar. Me da una mirada de reproche, pero lo hace. Mi celular comienza a vibrar en mi bolsillo, y lo saco. Me apresuro a terminar de tragar el trago que tengo en la boca al ver que es ella.

—Dime —atiendo sonando algo enojado.

—¿Por qué renunciaste? —su voz se desliza a través de mí como un escalofrío.

—Porque estoy cansado, Gwen. Creí que iba a poder hacerlo… creí que iba a solucionar las cosas entre tú y yo.

—Te gustaba trabajar aquí.

—Lo sé —asiento porque tiene razón —Pero no puedo seguir haciéndolo.

Cuelgo antes de que ella diga algo más. Me siento algo ansioso y ligero, creo que he tomado demasiado rápido esos dos vasos. Apresuro el resto del líquido ámbar y pido más. Susan deja la botella a mi costado y le entrego una sonrisa.

—¿Hablabas con Gwen? —pregunta Susan.

—Sí, era ella —lleno mi vaso y está vez trato de disfrutar de la bebida —Es una especie de maldición.

—¿Ella?

—Sí, ella —suelto un suspiro —Desde que llegó a mi vida, ha dado vuelta todo. Y ahora simplemente quiere salir, cómo si lo que yo opinara con respecto a eso no fuera importante.

—¿Y qué es lo que opinas?

—Qué debería acostarse conmigo —gruño. Las palabras salen sin filtro, mi mente ha comenzado a ser contralada por el alcohol —Toda esa mierda de sólo amigos ha arruinado todo por completo.

—La amistad no tiene nada de malo —me asegura —¿Nunca escuchaste el dicho que dice que el amor es amistad en llamas?

Frunzo en ceño ante sus palabras y las pienso por un momento. Parecen tener sentido, pero yo no quiero amor… no lo quiero.

—Es una linda frase —digo y dejo el vaso a un costado para comenzar a beber del pico de la botella. Me la terminaré, así que no hay problema con ello —Pero lo único que nosotros necesitamos es aliviar la tensión sexual que hay.

—¿Crees que si tienen sexo todo lo incomodo entre ustedes se irá?

—Sería lo más lógico, sí —asiento —Eso mismo creo que va a pasar.

—¿Y qué pasa si te acuestas con ella y en vez de sentirte libre como esperas, te sientes más unido? ¿Qué pasa si vez de encontrar la paz, encuentras que quieres más?

Un tipo llama la atención de Susan y ella se aleja. Sus preguntas rondan en mi alcoholizada mente. Creí que esto borraría su presencia de mis pensamientos, pero simplemente está más arraigada. Es tan frustrante que siento de ganas de llorar como un jodido bebé.