Capítulo 36

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El auto hace una frenada brusca y como todavía no me he puesto el cinturón de seguridad, mi cuerpo se golpea un poco con la guantera.

—¿Has perdido completamente el juicio? —me pregunta Gwen horrorizada y con los ojos abiertos de par en par.

—No, estoy muy cuerdo —agito mi mano para disipar el dolor del golpe que me di con la frenada y mantengo mi mirada en la suya.

Sé que debería estar razonando un poco, pero la realidad es que no encuentro duda en mí para hacerlo.

—Caden, no podemos casarnos —ahora ella está pálida.

—¿Por qué no?

—Porque es una locura —se ríe nervioso como si su respuesta fuera obvia —Tú no eres de los que se casan.

—Yo no era de los que se enamoraban, y ahora lo soy. Te amo —le digo sin vacilación —¿Por qué no puedo ser de los se casan?

No sé qué está pasando conmigo en este momento, pero quiero que ella me diga que sí.

—No puedo creer que estés diciéndome esto —sacude la cabeza y vuelve a prender el motor del auto que se apagó.

—Gwen, no me has respondido.

—No voy a responderte —niega, me da una mirada rápida —No estás pensándolo realmente, Caden.

—Detén el auto —le exijo molesto.

—¿Qué? —su mirada vuelve a la mía —¿Por qué?

—Detente.

Ella resopla y se detiene en una esquina.

—Caden... —comienza a hablar, pero la interrumpo.

—Dime que sí quieres casarte conmigo o me bajo.

Es una amenaza estúpida, pero la necesidad de su respuesta me tiene loco. Ella abre la boca sorprendida, la vuelve a cerrar y me frunce el ceño.

—¿Por qué quieres que me case contigo?

—Porque quiero tener una familia —explico —Y para comenzar una familia, primero tienes que ser mi esposa.

—Cariño —me da una sonrisa dulce y su mano toca mi rostro —No necesitamos ningún papel para ser una familia. Claro que me gustaría casarme contigo, pero... no ahora.

—Bueno —sus palabras calmaron el lado posesivo en mí —Pero serás mi esposa algún día.

—Sí —asiente y parece que intenta aguantarse una risa —Seré tu esposa.

—No bromeo, Gwen.

Ella se ríe entonces.

—Tampoco yo, cariño —la risa desaparece y clava su mirada en la mía —Pero espero que mi anillo de compromiso sea gigante.

—Será el más grande de Atlanta —asiento.

—Eso espero —bromea y se inclina para besarme.

Tomo su rostro entre mis manos y prolongo el beso. Creo que mañana mismo iré a comprar un anillo de compromiso para ella.

Cuando llegamos a mi casa, no siento muchas ganas de subir. Pero, Gwen, insiste en que por lo menos busque mis cosas de la Universidad para ir mañana. Había olvidado que las clases comenzaran de nuevo.

Subimos y espero encontrar todo destruido como lo dejé luego de mi ataque al saber la verdad sobre Sharon. Pero me sorprende que todo está ordenado y limpio. Y entonces recuerdo a mi nana. Hay una nota de ella en la cocina. Le mando un mensaje para dejarla tranquila.

Peligrosa Obsesión (Remake) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora