Capítulo 10

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Hoy es un nuevo día. Desperté de madrugada, antes de que él lo hiciera. Dormí perfectamente. Me levanté de la cama y comencé a preparar un desayuno para dos. Mientras, recordaba el episodio de ayer. Me siento culpable. No se si esta bien lo que estoy haciendo. Ciro parecía tan encantado con lo que hacíamos, hasta trató de que duerma en su pecho, como una pareja normal. Y me hubiera encantado que el sentimiento fuese correspondido, pero no fue así. ¿Lo peor de todo? Es que se siente bien. Se siente bien que te quieran, y tu no sentir nada por nadie. No tener miedo a que te lastimen. ¿En qué me he convertido?

Terminaba de hacer panqueques, cuando lo escucho venir desde la habitación. Viene con el torso desnudo, y se ha puesto su jean. Yo tengo puesta su camisa. Se que efecto causa este simple detalle en los hombres.

— Bonita, buen día.
Sonrió y le hago un gesto para que se siente mientras termino de cocinar.

— ¿Así que esta es una de tus otras tantas habilidades ocultas?

— ¿Que puedo decir? El arte de cocinar es una de mis cosas favoritas.

Cuando volteo, lo sorprendo mirando mis caderas.
Sonríe, de lado. Como siempre que lo engancho haciendo de las suyas.

— No me esperaba lo de ayer. Pero menos aun me esperaba que te fueras a dormir sin tener contacto conmigo. Y tampoco me esperaba que te levantaras antes que yo.

Reflexiono sobre que responder. Él solo me observa.

— A mí también me gustó lo que pasó anoche. Tampoco me lo esperaba. Ninguno de los dos esperaba algunas cosas, y sin embargo sucedieron. ¿No son esos detalles lo que hacen la vida sorprendente?

Esquive el momento triunfalmente.

— Mmm,mmm.

Afirma con la cabeza, sin decir más que eso. Murmura algo que no logro oír.

— ¿Nos vemos mañana, bonita?

Y ahí me di cuenta, ese momento marcó un antes y un después en nuestra relación. Ahí estaba yo, atrapada en una relación de sentimientos no correspondidos.

— Nos vemos cuando quieras, "bonito".

Me acerco a él lentamente. Él está sentado con las piernas abiertas, y yo en el medio. Lo observo devorándolo con la mirada, y comienzo a besarlo. Volvimos a la cama, y lo hicimos otra vez.

Terminamos.

— Necesito un cigarrillo.

Ciro hace un gesto de negación con la cabeza.

— No en frente mío. Deberías dejarlo. Eso mata a las personas. Aun a las más increíbles, como...

— ¿Yo?

Levanto una ceja y dejo escapar una sonrisa.

— Oh, a alguien se le han ido los humos a la cabeza.

Reímos juntos por el estúpido chiste que acaba de lanzar. Creo que es la primera vez que lo escucho bromear, y reírse de esa forma. Eso no está bien.

— Bueno, tengo que irme a trabajar.

— Si, yo también. Debería haberme ido hace ya una hora.
— ¿Así que esquivando responsabilidades?

— Si tienes que tener algo en claro, Sofia, es que nunca le escapo a nada. A nada, ni a nadie.

Deposita un beso en mi mejilla, y se larga.

Cuando parecía que justo iba a cerrar la puerta, esta se abre de repente.

— Y no quiero enterarme de que anduviste fumando de nuevo, si te descubro no me agradará.

Amor DescartableWhere stories live. Discover now