65. Maletas, aviones y El destino nos quiere juntos | Capítulo final
Allie cerró la cremallera de su maleta y respiró hondo. ¿Lo haría? ¿Sería capaz? Ni siquiera ella lo sabía.
Su familia... Sus amigos... Su novio... ¿Los dejaría a todos atrás? Allie respiró profundamente y se sentó derrotada en la cama. Estaba a punto de tomar la decisión más importante de su vida... Irse o quedarse. Todos los recuerdos, los momentos vividos en este lugar... No. Debía irse. Esa era la única opción.
Su avión se iba a las 6 de la mañana, así que sino quería perderlo, debía darse mucha prisa. Allie tembló. Ya tenía dieciocho, y por fin podía realizar su plan pero... Ya no lo tenía tan claro.
Tanto años preparándolo, planificándolo todo y... llega Peter y todo se va a la mierda.
Pero estaba feliz. Había pasado los mejores tres meses de su vida junto a él, y sabía que esto le rompería el corazón. Esa era la principal razón de su duda. Ella ya estaba acostumbrada a que le partieran el corazón, una y otra vez, pero su querido Peter... No quería lastimarle.
Se cubrió la cara con las manos y echó una mirada al cielo a través de la ventana de su cuarto: Todavía estaba amaneciendo.
En circunstancias normales, Allie habría bajado corriendo a buscar a Peter para ver el amanecer juntos pero... Aquel no era un día normal.
Usando toda su fuerza de voluntad, se levantó de la cama, agarró sus guías de viajes y respiró hondo de nuevo para calmarse. La casa estaba sumida en un silencio absoluto, ya que todos dormían. Aunque claro, ¿quién no estaría durmiendo a estas horas? Tendría que ser muy cuidadosa si no quería ser descubierta.
Bajó las escaleras con la maleta en la mano, tan silenciosamente cómo pudo. Tropezó en el último escalón y se quedó muy quieta esperando oír pasos que venían hacia ella pero... No ocurrió nada
Allie ya estaba abriendo la puerta principal, cuando se giró y le vio: Estaba dormido en el sofá, con la mano debajo de la cabeza. Ella se acercó y le miró con dulzura.
—Adiós Peter. No olvides que te amo— depósito un beso en su frente y temió que la acción le hubiera despertado, pero él ni siquiera parpadeó.
Allie por fin salió de la casa. Tuvo que llamar un taxi para que viniera a buscarla, ya que a estas horas... No había ni un solo taxi.
—Al aeropuerto— indicó, mientras cerraba la puerta y me ataba el cinturón. El taxista asintió, y volvió a subir el volumen de la ópera italiana que estaba escuchando. Él había notado lo decaída que se veía la muchacha pero prefirió no preguntar. Por el bien de la chica y el suyo mismo.
En cuanto el vehículo frenó frente al aeropuerto no podía creérselo. Una oleada de adrenalina la recorrió de arriba abajo. Y por alguna razón, sonrió. Por fin podría ser libre y alejarse de todos y todas: vivir su vida como siempre había deseado. Aunque, eso sí, completamente sola. Nunca se había sentido tan sola en su vida. Extrañaba a Peter con todo su alma, y eso que le había visto hacia menos de 20 minutos.
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Hey, Allie
Teen Fiction«Allie no es feliz Allie desea irse y nunca volver Allie tiene un plan Allie también tiene como vecino al más idiota del universo, el estúpido Peter Collins Peter es tierno Peter es adorable Peter está enamorado de Allie desde hace años Peter quie...