38. Strippers, aprobados y Flashback: ¿Por qué has tardado tanto?

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38. Strippers, aprobados y Flashback: ¿Por qué has tardado tanto?

Observé perpleja la entrada de mi casa. Alguien, cuya identidad comenzaba a sospechar, había montando una macrofiesta en mi jardín en menos de cinco minutos. Miré a Peter, quien tragó saliva sonoramente, y con paso firme y decidido, entré a la casa. Descontrol. Esa palabra sería la más exacta para definir el horrible desastre que estaba ocurriendo en mi propia casa. Todo el colegio de primaria estaba aquí, y probablemente todo el instituto también.

Distinguí la cabellera rubia oxigenada de Elisabeth, así que me alejé de allí lo máximo posible. Histérica y enfadada, logré marcar el número de Zoe en la pantalla de mi teléfono. Necesitaba refuerzos.

De repente, sentí la presencia de alguien a mi lado, quien resultó ser Peter. Me relajé al instante.

—¿Has visto a Sam, Matt o Dylan?— le grité por encima de la música. Negó con la cabeza.

—Creo que debería llamar a Derek. Los adolescentes borrachos no se irán de aquí fácilmente— dijo Peter. El timbre de la puerta sonó, así que me apresuré a abrir, para encontrarme con Zoe.

—Hey... Necesito tu ayuda— declaré, mientras señalaba el desastre. Miré con el ceño fruncido como un chico con un gorro de papa Noel, se subía encima de la barra y comenzaba a quitarse la camiseta.

—Oh no. No no no no— miré a Zoe, quien reaccionó de la misma manera que yo. De repente, Dylan Stark hizo su aparición maestra, se subió a la tarima y le hizo un buen placaje al intento de stripper.

—¡Touchdown Dylan!— le vociferé. Bajó de la tarima de un salto y se reunió con nosotras.

—Tengo un plan— dijo— Confiad en mí— puse mi mejor cara de espanto al ver como Dylan corría por en medio de la gente y desaparecía tras la puerta del salón. Al poco tiempo, apareció con un gran megáfono rojo (ni idea de dónde lo había sacado)

—¡Atención todos! Esta chica de aquí— me señaló— tiene una rara enfermedad, llamada tontitis, que provoca retraso en las personas. Sí sí, como lo oís. Os vuelve idiotas. Y es contagiosa— finalizó. La gente empezó a chillar y salió despavorida de la fiesta, dejándonos a Dylan, Matt, Sam, Peter, Kendall, Zoe y yo, totalmente perplejos por lo fácil que había sido.

—¡Vamos a morir!— gritó el "stripper", mientras lanzaba su gorro de Papá Noel al aire y corría hacia la salida.

Una vez que todos los adolescentes hormonados hubieran puesto su culo fuera de mi casa, miré hacia las personas a las que podía considerar mis amigos. Bueno, amigos, hermanos y novio.

—Alguien tiene que limpiar esto...— comentó Sam. Intercambié una mirada cómplice con Peter, y luego sonreí, pero, un ruido me sobresaltó.

—¡Te dije que lo dejaras en su sitio!— le gritó susurrando Elsa a Lisa. Las habíamos descubierto.

—No os voy a reñir, ya que sé que aunque os eche la bronca del siglo, no me vais a hacer caso, así que..— asintieron cabizbajas. Tenían cuatro años, pero tenían una capacidad mental de 16 años. Entendía su necesidad de montar una fiesta para creerse mayores, cosas de la edad— Aunque, sí que nos vais a ayudar a limpiar este desastre. Derek y Peter, id a limpiar el piso de arriba. Kendall, Zoe y las gemelas; a limpiar el patio. Sam y Matt, id a la entrada. Y Dylan, tú y yo nos quedamos en la parte de abajo. ¡Manos a la obra pequeñas mangostas!— grité. Cada uno fue a su puesto asignado, causando que pudiera respirar tranquila.

Hey, AllieWhere stories live. Discover now