DOMINGO 8

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        Me senté a su lado en el banco.

-Suspiro como tú fumas, para desahogarme. - No lo miré, me senté allí y busqué hacerme mi sito en el respaldo del banco. No sabía si se iba a acordar o incluso si sabía que era yo.

-Nadie ha dicho que lo haga por eso. - No me miró para contestarme, sabía que era yo.

- ¿Y por qué?

-Dicen que con cada cigarro tienes 7 minutos menos de vida ¿No tienes emoción por saber que hay detrás de esa puerta? Miles y miles de almas divulgando por el mundo. Antes, cuando solía leer, había un personaje que usaba los cigarros para desafiar a la muerte. Nunca los encendía. Yo la llamo. Le grito a los cuatro vientos que venga, que me acaricie.

- ¿Por qué dejaste de leer?

-Deje de hacer todo aquello que me producía placer.

- ¿Por eso no tienes mejor amiga? - Se rio. << Acaríciale el pelo>> << Ni loca>> <<Joder solo un momento, a lo mejor es suave, él lo necesita y tú también>> << Eres muy pesada>>. Las luchas internas contra una misma eran horrorosas.

-Exacto. Por eso solo me queda la música. - En ese instante no le entendí, lo miré y le contesté.

-La música es uno de los mayores placeres de la vida.

-Por eso. No puedo solamente dejar de respirar. No puedo solamente dejar de pensar. No puedo solamente dejar de escuchar. Son cosas que pasan. No puedes desconectar el cerebro. Así que prefiero al menos escuchar algo bonito. Además, sin música me habría suicidado.

-Todo lo que te falta en la gente lo encuentras en la música. - Alex me miró. Me acarició la mejilla.

- ¿Por qué preguntas? - Había llegado mi turno de responder.

-A veces leo para desahogarme. Una vez leí que en el momento que dejas de hacerte preguntas mueres. La filosofía lleva con nosotros años. No la podemos matar ahora. No la podemos matar nosotros solo por pensar que somos mejores. Las preguntas van estar allí. Siempre ¿Por qué esconderlas?

-Que ganas de vivir que tienes. - Le eché un vistazo, ¿de verdad que sentía todo aquello que decía?

-De momento, pero no, no son ganas de vivir mi vida. Son ganas de saber que habrá mañana. Mi ansia de saber no me permite solo rendirme y pensar en el hoy. Tiene que haber un mañana. Lejano, demasiado lejano.

- ¿El próximo no está bien? - Reflexioné porque no sabía que decirle.

-Es predecible, pero piensa. Dentro de cien años ¿Dónde estaremos? ¿Cómo viviremos? ¿Los países serán libres? ¿Habrá derechos? ¿Serás libre de hacer lo que quieras, pensar como quieras, vestir como quieras sin importar lo que piense la gente?

-Nosotros somos nuestro propio enemigo. Nos espera una muerte lenta. Desde el momento en que naces empiezas a morir. Es egoísmo. Los padres tienen hijos porque a ellos les hace ilusión ser padres. Otra etiqueta. Y ni siquiera piensan que regalan otra muerte.

-Pero la vida es así. - Le miré, lentamente.

-Pero es contradictorio a lo que dices. Tú quieres una vida eterna. Pero en cambio tienes una vida corta. Nada comparada con este mundo y cuando empiezas a nacer ya mueres.

-Supongo que se puede mirar de esa manera.

-Pero no encuentres una fuente de la juventud. La gente tiene que morir. Como un césped que le cortas la hierba. Todo en la natura está hecho para renovarse y aquí nosotros lo cambiamos. Acabaremos con nosotros mismos. - Supongo que tenía razón, era un punto de vista diferente.

-Siempre hay alguien arriba de toda la cadena alimenticia.

Hizo una calada exageradamente larga.

-La cadena forma parte de nuestro mundo. Y se ve reflejada en todas partes. -Y dejó todo el humo.

-Entonces, Bruu está debajo de todo. Es un mandado. Después voy yo y por último tú, la cabeza de todo.

- ¿Por qué yo estoy arriba? -Abrí la boca, pero me callé- ¿Por qué te corto? ¿Por decir que eres predecible?

-Sep.- Moví la cabeza.

-La gente es predecible. Es fácil saber que van a decir. Actuamos todos de una manera igual. Un mismo patrón arreglado de millones de maneras distintas. Solo somos un 99% iguales. ¿Sabes qué es eso? Nada de diferentes. Todos somos iguales. Seguimos siendo animales que creen actuar con conciencia.

- ¿Estás seguro? Pero en ese 1% hay mucha variedad.

-Sí, pero coge unos tejanos. Sepáralos por piezas y tendrás todo por porcentajes ¿Qué equivaldría a un 1%? Solo un botón ¿Qué representa un botón en unos tejanos? Un detalle insignificante. Somos botones demasiado creídos. Creemos que por tener ese 1% de diferencia entre nosotros hay algunos mejores que otros.

-Alex el sabio, ¿Qué tipo de botón serías?

-Uno viejo, despreocupado, que no le queda mucho para ser reciclado.

-Un botón no suele ser viejo. Anticuado o fuera de moda, quizá. Y un botón siempre se recicla para otra pendra. Solo se tiene que esperar en la caja a que alguien lo use.

-Callie, ¿Alguna vez has perdido un botón? - Asentí. - Esos son los cansados. Los aventureros. Los que no se conforman en ser solo botones. Quieren llegar a algo más. Están cansados de esperar en la caja. Y por eso saltan. Este mundo es la caja de botones. Cada uno es un botón. Hay que esperan. Otros que siempre triunfan por no tener nada, solo ser botones. Y por último los que saltan, los que deciden no ser más botones y justo les llega el momento de salir de la caja. Pero ya no están.

- ¿Y entonces qué pasa?

-Se abre otro paquete de botones y a esperar. El mundo no espera, Callie.

Me encantaba. Me encantaba como decía mi nombre.

Atentamente, tu Alex || en corrección ||Where stories live. Discover now