42. ¡Y él es mi novio!

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Otra más del hermano de Julia. Jason Bridges en la imagen.

P.O.V Julia.

Entramos en casa de Vanessa y me pareció una casita bastante acogedora y agradable. Como si fuese una casita de muñecas, llena de muebles y detalles antiguos, pero muy bien conservados y muy bonitos.

-¡Tu casa es muy bonita Vanessa!- Le dije.

-¡Muchas gracias! La construyeron mis abuelos, aquí vivieron y se la dejaron a mi madre y ella a mí.

-¿Es por eso que tienes esos muebles?- Pregunté.
-¡Exacto! Todos ellos son, por decirlo así, reliquias familiares.- Me contó muy orgullosa. -Pero ponte cómoda, siéntate donde gustes, les traeré algo de comer.- Agregó Vanessa, mientras mi hermano y yo nos acomodabamos en los sillones de la sala.

-¿Cómo te sientes Jul? ¿Aún te duele mucho?- Me preguntó mi hermano, se ve preocupado por mí.

-Tranquilo hermano, no duele tanto como parece, la verdad, duele sólo sí me tocó donde está morado, pero estoy bien.- Hizo un gesto de descontento y siguió viendo hacía donde fuera menos a mí.

-¡Listo, les he traído unas galletas y refrescos!- Entró en la sala Vanessa con una bandeja, que efectivamente, traía dos vasos con refresco y un plato lleno de galletas, que parecen ser de chocolate.

-¿¡Me ves cómo un niño Vane?!- Le bromeó mi hermano.

-¿¿No quieres?? Que pena, me lo tendré que acabar yo.- Le siguió el juego Vanessa.

-¡Tampoco dije que no quería!- Dijo Jason mientras Vanessa dejaba la bandeja sobre una bonita mesa de café, que estaba frente nosotros y ella tomaba asiento en uno de los sillones que daban de frente en donde estábamos mi hermano y yo.

Tomamos el refresco y comimos las galletas mientras conversabamos de forma tranquila y animada sobre cualquier tema.

Noto lo mucho que quiere mi hermano a Vanessa, por la forma en que la ve, y ella también a él.

-¿Y porqué no has cambiado los muebles de tu casa?- Le pregunté a Vanessa.

-Por que me gusta esto, un espacio lindo y pintoresco que me haga sentir cómoda, hay mucha modernidad afuera, una vida acelerada, pero aquí, es un ambiente tranquilo que me recuerda momentos felices de mi infancia y de mi familia, además, siempre me ha gustado los estilos clásicos. Pero no te asustes- empezó a reír -tampoco es que esto sea una caverna ni nada, hay electricidad y todo, es sólo en apariencia.- La verdad, es lindo el lugar.

-¡Bueno Vane!- Dijo mi hermano mientras se levantaba del sofá -iré a la casa de papá por algo de ropa para Jul. Cuidala mientras vuelvo.- Se besaron y mi hermano salió y se fue en su moto.

-¡Bien! Ahooraa...¿qué hacemos?- Veía con atención toda su atención la casa. -¡AHH YA SÉ!- Gritó emocionada.

-¡Ven, te mostraré donde te quedarás a dormir!- Me tomó del brazo y abrió la puerta blanca que estaba a un lado del pasillo.

-¿Y, qué te parece?

-¡Es muy bonito Vanessa!- Y en verdad lo era, una cama individual con su sabaná y fundas blancas y la cobija era de pedacitos coloridos de telas. Era un cuarto pequeño, contaba con un closet y dos ventanas que daban al jardín, con cortinas de flores. Una mesita de noche con una lámpara en ella, estaban al lado de la cama, al lado derecho de la cama había otra mesita igual a la de la izquierda, pero esta contaba con una gaveta. Una coqueta muy bella llamó mi atención, tenía un espejo circular y bonitos detalles de flores pintadas en varias partes de la coqueta, le daban un toque especial.

La Princesita de Papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora