3. Y de pronto... dos rayitas.

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Brenda lleva tres semanas sin comunicarse conmigo después de nuestro cumpleaños, no entiendo lo que ocurre, ya no me habla porque se escabuye en cuanto me ve, me evade, no me escribe ni me llama y ninguna de sus amigas me dirigen la palabra. Trate de hablar con Roxi y no me quizó decir nada.

Todo esto es muy extraño, solo me queda la opción de ir a buscarla a su casa, espero que está vez si este en su casa.

Los padres de Brenda me dijeron que ella estaba en casa de Roxi y cuando fui a buscarla, fue Roxi quien me abrió.
-¿Qué quieres Liam?
-Vengo a hablar con Brenda.
-Ella no quiere verte, ¿qué no lo entiendes o qué? Después de lo que le hiciste, le arruinaste la vida.
-¿ De qué rayos hablas, no te entiendo? Dijó Liam con enojo.
-¿Qué acaso no te ha dicho nada aún?
De pronto veo que Brenda se acerca a la puerta lucía triste y preocupada, parece que se había quedado a dormir ahí porque traía su pijama puesta.

-Rox, dejalo pasar, debo hablar con él.
-¿Estás segura Bren?
Brenda asintió con la cabeza mientras cruzaba sus brazos. Roxy abrió por completo la puerta y me dejó pasar.
-Si pasa algo, o me necesitas, no dudes en llamarme, estaré en la cafetería de la otra cuadra, ¿De acuerdo Bren?.
-Sí. Dijó Brenda dejando salir una ligera sonrisa.

Roxi se fue y Brenda me llevó al cuarto de su amiga. No me dijó ni una sola palabra. Al llegar al cuarto me pidió que me sentára en la cama de Roxi, pude ver alrededor algunas de las cosas de Brenda, como un bolso, un par de blusas y una cobija.

Brenda sólo se quedó de pie frente a mi, apoyada en la cómoda. Usaba una gran sueta de mangas grandes, su cabello estaba medio recogido, se pusó su mano derecha que apenas se veía por su sueta, en la barbilla y la otra la apoyo en la comóda, su rostro triste y ojos irritados me indicaban que había estado llorando mucho.

Pasaron cómo treinta minutos y Brenda sólo se quedó ahí, mirándome sin decir nada.

-Brenda, ¿Todo está bien? ¿Me dirás algo ?
Ella se quedó mirándome y de repente caminó hasta encontrar su bolso, buscaba algo adentro, cuando lo encontró, lo empuñó en su mano, se sentó en la cama y se acercó, me vio a los ojos y tomó mi mano y colocó lo que había sacado de su bolso, en ella. Era un objeto alargado, al abrir mi mano vi lo que era, una prueba de embarazo y al voltearla vi que era positiva por sus dos rayas marcadas.

No pude evitar mi asombro y la voltee a ver, ella me miraba con sus hermosos ojos verdes llenos de lágrimas, rompió en llanto y se aferró a mi como una niña pequeña, yo no supe que decir ni que hacer, lo único que hice fue abrazarla fuertemente y nos quedamos ahí, abrazados y tratando de asimilar lo que estaba pasando. Brenda estaba embarazada, me lo decía mientras sollozaba, y nuestra vida estaba por cambiar, ¿qué ibamos a hacer? ¿cómo reaccionaría su familia y la mía?.
Ibamos a ser padres y no teníamos ni idea de cómo hacerlo. La verdad estaba asustado, pero tenía que ser fuerte, porque Brenda estaba devastada. Esto de ser padres estando en el colegio, en último año, no iba a ser ningún juego de niños.

La Princesita de Papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora