29. Sangre y traición.

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Maratón (2/?)

El tal Marcus puede medir 1.98, más alto que yo que soy 1.92, es moreno y de aspecto atletico, ojos negros y cabello negro, como de unos 23 años.

-¡¿No me digas?! ¡¿eso es una amenaza, acaso?! Le dije.

-¡Solo apartate machillo, deja que los adultos hablen! Tomó de la cintura a Lilly acercandola hacia él, la sujeto fuerte y se sonrió victorioso.

-¡Súeltame ya Marcus!

-Te dijo que la soltaras.

-¿¡Y sí no quiero y me la quiero llevar conmigo?!

-¡Basta Marcus, ya suéltame!

-¡Sueltala!  Le di un empujón que lo hizo soltar a Lilly.

-¡A MÍ NO ME TOCAS MACHILLO!

Se me acercó y me dió otro fuerte empujón.
No pude evitar responderle y le plante un golpe en el estomágo.

-¡Eres un idiota! Se incorporó y me pegó al lado de mi ojo izquierdo lo que me hizo perder un poco el equilibrio y caí sentado. Sentí calor y rabia recorrer mi cuerpo.

-¡Mira, la nenita sangra! Se burló.

-¡BASTA, YA BASTA! Rogó Lilly.

Me levanté y lo embestí por el estomágo y lo golpee contra un árbol haciéndolo quejarse del impacto. Sentí la sangre recorrer mi rostro, mi vista ya se estaba haciendo borrosa de mi lado izquierdo.

Cuando quisé apartarme e irme, el sujeto me tomó del brazo y pegue de golpe en el árbol donde yo lo había puesto. Me sujeto del cuello de mi camisa y me levantó un poco del suelo. Ya me estaba doliendo bastante el ojo cuando lo oigo decir.

-Escuchame bien machillo, te alejaras de Lilly si no quieres terminar mal, Lilly no es para ti, se que no le has  cumplido como hombre,por eso dejála, yo me encargaré. Se burló.

-¿Porqué, temes que sea mejor que tú? Le dije.

Me hizo un mal gesto y me dio un golpe en la boca, luego uno, otro, y otro, ya yo estaba perdiendo la conciencia del impacto de cada golpe, uno más, y el último en el estomágo, me soltó y cai como trapo al suelo. Lilly se acercó llorando a mi.

-¡No te le acerques! Le ordenó Marcus.

-¡No me estés diciendo lo que debo hacer! Le gritó Lilly.

-¡No me grites así! Reclamó Marcus.

-¡Vete ya! Le pidió Lilly.

-Escuchame perra...

-¡A ella la respetas...me oyes! Dije a como pude, me duele mucho el rostro, me arde el estómago,  siento como baja la sangre por mi cara, siento sangre en mi boca y de seguro la tengo rota, se me nubló por completo la vista de mi ojo izquierdo, me siento tan mal que podría caer inconsciente en cualquier momento, jamás me habían pegado tan fuerte como ahora, me siento derrotado, confundido, enojado.

-¿No tuviste suficiente?  ¿quieres más nenita?  Comenzó a acercarse hasta mi, pero Lilly lo alejó amenazandolo con llamar a la policía.

-Luego hablamos Lilly, y a ti, no he terminado contigo. Me señaló y se fue.

Me sentía demasiado mal como para hacerle preguntas a Lilly, tan solo le pedi que me ayudara a llegar a casa.

No dejaba de lamentarse y llorar en el camino.

-Lo siento tanto Liam, mira como te dejo. Perdóname por favor. No quería involucrarte.  Y otras que no recuerdo muy bien, debió ser por tanto golpe.

Al llegar, y verme así, Fio se asustó y casi llora, pero Lilly no le dio oportunidad y la envió a traer el botiquin.

-Hermano ¿qué te pasó? ¿quién te dejo así? Preguntaba muy preocupada Fio.

Yo apenas tenía ganas de hablar, sólo le dije que estuviera tranquila, que no era nada. Lilly y Fio me ayudaron, con alcohol, venditas, y todo eso.

Gonzalo seguía en casa y me ayudo a subir a mi cuarto, sólo quería descansar un poco. Lilly se fue pocos minutos después.

Un aroma a jazmín me entró por la nariz, es el perfume de mi hermana, pasaba a mi cuarto a ver como estaba yo. La verdad, preocupe mucho a Fiorella, no me gustaba preocuparla por mis estupideces.

Me quedé dormido y desperté como a las 10 pm, aún me dolía el rostro y un dolor en mi estómago me hizo darme cuenta de un moretón en mi abdomen. ¡Grandioso! Me dije.

Tomé mi celular y tenía un mensaje de un número desconocido.

Ella es mía machillo estúpido.

¿El ex de Lilly? Pensé. Decidí llamar.

-Bueno, ¿con quién hablo?

-Machillo, soy yo, el amante de Lilly, Marcus.

-¿De qué rayos hablas?

-Lilly está conmigo justo ahora, en mi apartamento.

-Deja de mentir imbecil. No te creo nada.

-¿¡Ah no?! ¿¡Y dime entonces cómo crees que consegui tu número?! Eso me dejó en silencio.

-Si no me crees, ¿por qué no llamas a Lilly y le preguntas en dónde está? Le colgué y me sentí  confundido, ¿cómo obtuvo mi número? ¿será que en verdad está con Lilly? Decidí llamar directamente a Lilly a su celular.

-¡Ja, sabía que llamarías! Te lo dije, Lilly está aquí conmigo.

-¿QUÉ LE HICISTE? ¿CÓMO ES QUÉ TIENES SU CELULAR?

-Marcus ¿quién habla? Esa voz en el fondo... es...la voz de Lilly.

-Nadie Lilly, número equivocado. Respondió Marcus. No salgó del asombro, esto no puede ser posible.

-¿¡Ahora sí me crees?! Dijo Marcus casi susurrando al celular. -Buenas noches machillo, ¡pasalá bien! Se burló y colgó.

¿Lilly sí estaba en su apartamento acaso? ¿cómo era eso posible? Me siento mal ¿por qué me mentiría?...¿me ha estado mintiendo siempre?

La Princesita de Papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora