𝑎 𝑙𝑖𝑡𝑡𝑙𝑒 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡↝ ☘
Cuando la atracción por alguien es demasiado fuerte, no importa todo lo que tengas que hacer para conseguir su atención. Pero, ¿qué pasa si el hombre que tú deseas es el mejor amigo de tu padre? Aquel que te vio crece...
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Han pasado tres días desde que se robaron a mi Jallesie. La policía y el agente privado de papá han estado buscando a mi bebé pero aún no sabemos nada de ella, sabemos que fue Renee quien se la robó porque en las grabaciones de la cámara se ve que una mujer entró al bungalow y se la llevó.
—Hola... —Saluda Jonathan al entrar al bungalow y me da un beso.
— ¿Hay noticias?
—Nada... —Bufa y se sienta a la par mía. — ¿Tú no has recibido llamadas?
—No... Nada. —Suspiré y me recosté en el hombro de Jonathan.
—No entiendo... ¿Dónde estará Renee y por qué se llevó a Jalle?
— ¿Por qué más podría ser? —Suspire y de repente mi celular comenzó a sonar. Rápido lo saque, quizás sea el agente o la policía. — ¿Hola? —Respondí.
—Hola nena, ¿Cómo estás? —Escuche una voz femenina al otro lado del teléfono.
— ¿Renee? —Dije y Jonathan me vio sorprendido.
—Hola princesa, ¿Por qué no respondes mi pregunta?
— ¿Dónde tienes a mi hija? —Pregunte sin perder tiempo.
— ¿Por qué no respondes mi maldita pregunta? —Dice exasperada.
— ¡Estoy como las diez mil putas! ¿Eso responde a tu maldita pregunta? —Dije más fuerte y escuche su risa al otro lado del teléfono.
—Sí, eso la responde. Ahora, respondiendo a tu pregunta... La maldita niña está conmigo.
—Renee... ¿Por qué?
—Eso mismo me pregunto yo, ¿Por qué?
— ¿Ah?
— ¿Por qué te robaste a mi esposo? ¿Por qué me engañaste? ¿Por qué me humillaste? ¡¿Por qué?! —Grita.
—Renee... Perdóname, sí. ¡Perdóname, maldita sea! El maldito problema es conmigo no con la pequeña.
—Tienes razón, por eso te estoy golpeando donde más te duele. ¿Quieres volver a ver a Jallesie?
—Sí.
—De acuerdo, te propongo un plan. —Dice ella y Jonathan seguía viéndome. —Te devolveré a la mocosa después de que le pidas el divorcio a Jonathan. Le dirás que ya no lo amas, que por su culpa perdiste a tu hija y que ya no quieres saber nada de él. Cuando hayas hecho eso, te estaré esperando en las cataratas de Boça, tendré aquí a tu niña.
— ¿Y si no hago lo que dices?
—Tu hija va a morir. —Dice y escuchó un llanto al otro lado del teléfono. Si la tiene. —Renee no tiene que saber nada de esto. A la una en punto te estaré esperando.
Renee termina la llamada y me quede pensando. Jonathan agarró mi celular y lo vio, luego a mí.
— ¿Era Renee? —Pregunta confundido. Lo vi por un momento, tengo que decirle. No puedo hacerle eso a él.
