🍒「𝐄𝐩𝐢𝐬𝐨𝐝𝐞 𝟑𝟔」🍒

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A la mañana siguiente me desperté por el entrometido sol que quería entrar a como diera lugar en las cortinas de mi habitación

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A la mañana siguiente me desperté por el entrometido sol que quería entrar a como diera lugar en las cortinas de mi habitación.

Me levante y fui al baño para hacer mis necesidades, luego fui a la cocina. Ando en ropa interior porque a esta hora mis papás ya no están y si están aquí no verán nada que no hayan visto antes. Mi sorpresa fue ver a Renee desayunando en la barra de la cocina, me sorprendí y ella igual al verme así.

Mi primera reacción fue salir corriendo hasta mi habitación y ponerme una bata. Joder, maldita, no recordaba que ella estuviera aquí. Cielos, ahora no podre andar desnuda en la casa y tanto que me gusta andar así. Decidí meterme a la ducha de una vez y luego me puse un vestido de los que mi mamá me trajo ayer, me gusta el blanco y se ve que el día será caluroso.

Baje de nuevo y ahí seguía Renee.

—Buenos días, Em —Saluda.

—Buenos días, señora Young —Salude de mala gana.

—Llámame Renee por favor y siento haberte visto así... Sé que quizás violo un poco tu ¿Espacio personal? —Entre cierra los ojos —Lo siento.

—No, yo me disculpo. No recordaba que usted estuviera aquí —Me encogí de brazos.

—No te preocupes por mí, de igual forma, somos mujeres y recuerdo que cuando estabas recién nacida, más de alguna vez te cambie el pañal —Me guiña el ojo.

Mierda. Eso significa que me ha visto desnuda. Eso me pone a pensar en que quizás Jonathan también me pudo haber cambiado el pañal. Que vergüenza.

—Claro... —Susurro —Saldré, regreso más tarde.

Agarre mis llaves y disponía a salir.

— ¿A dónde vas? —Pregunta con un tono amable.

¿Qué carajo le importa?

—Quede con una amiga para ir a desayunar.

—Ah, claro. Con cuidado —Me guiña el ojo y sonríe.

Le devolví la sonrisa y salí de inmediato de la casa. Me quede viendo en las ventanas si ella podía verme pero no la vi, así que supuse que no lo hacía.

Camine rápido hasta la casa de Jonathan pero no me detuve en la puerta principal, me fui a la puerta trasera, abrí la puerta de madera de la división y entre a su jardín. Toque la puerta un poco fuerte y espere a que saliera. Espere un minuto quizás y no salió, joder. Toque más fuerte y de repente la puerta se abrió.

— ¡Emma! —Dice sorprendido al verme.

— ¿Me dejas pasar? —Entre —Ah, perdón, ya lo hice.

— ¿Qué haces aquí? —Pregunta y cierra la puerta.

—Vengo a ver a mi novio, ¿No puedo? —Pregunto y me acerco sensualmente hasta él para besar sus labios.

— ¿Tan temprano?

Lo beso y él me agarra de la cintura para apegarme más a su cuerpo.

—No quiero estar en mi casa, que flojera. —Puse los ojos en blanco —Además, la zorra de tu... —Me quedo en silencio un momento —Perdón, tu ex mujer, Renee, se está quedando en mi casa.

— ¿Qué? ¿Por qué?

—Porque la Señora le dio posada mientras consigue trabajo.

—Ay no, esto no puede ser... —Suspira y se pasa ambas manos sobre su cabello.

—Relájate, no pasa nada —Le guiñe el ojo —Quiero pasar todo el día contigo, ¿No te importa?
—Por supuesto que no, es tu casa —Dice sonriendo y acaricia mi rostro. —Tenía pensado en ir hacer unas compras al súper, mi refrió comienza a estar vacío y no sé, abrir el refrigerador me relaja pero no si está vacío.

Reí por lo bajo.

—Te acompaño.

—Claro, sólo déjame ir a ponerme zapatos.

—Tomate tu tiempo.

Él sonrió y me besó de nuevo. Se fue a su habitación, supongo, y camine a la sala para esperar a que regresara.

Minutos después estábamos en el supermercado a donde fui cuando estaba triste. Jonathan llevaba la carreta y agarraba cualquier cosa que miraba, al parecer no llevaba lista porque no la vi en ningún momento.

Estábamos en los congeladores, observe la leche que él agarraba y de repente una estúpida pregunta vino a mi mente y sin pensarlo bien una vez, la pregunta ya estaba saliendo de mis labios.

— ¿Cuántos años tenías cuando perdiste tu virginidad?

— ¿Ah? —Musita y me voltea a ver confundido. Creo que lo tome despistado y se sorprendió, hasta yo estoy sorprendida. Ambos nos vimos por un momento, podía ver en sus ojos confusión y sin querer solté una carcajada. Él siguió viéndome confundido. —Emma...

—Perdón, no medí mis palabras. —Dije entre risas y él sonrió mientras negaba — ¿Cuántos años tenías cuando perdiste tu virginidad?

Él cierra sus ojos y hace una expresión un tanto rara, se ríe y pone su mano sobre su rostro.
—Buen momento para hacer esas preguntas, ¿No? —Dice entre risas.

—Lo siento, no sé de donde se me ocurrió, vi la leche, te vi a ti y no lo sé —Me encogí de hombros.

Él puso la caja de leche en la carreta y seguimos caminando. No decía nada así que pienso que quizás no me lo dirá.
Llegamos a los embutidos y él estaba viendo el tocino.

—Quince —Dice.

— ¿Ah? —Pregunte despistada. ¿Quince qué?

𝓉𝑜 𝒷𝑒 𝒸𝑜𝓃𝓉𝒾𝓃𝓊𝑒... 

「𝐒𝐄𝐍̃𝐎𝐑 𝐆𝐎𝐎𝐃﹢₁₈」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora