Escena Extra N° 1

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Narración por Charlotte

     Por más que el tiempo pasara la adrenalina no pasaba, y de verdad que hablaba de velocidad y poder.
     Mientras mas entraba y salía de mi, más satisfecha quedaba, Tyler era grandioso. No había perdido ni un poco de aquél toque tan salvaje que por primera vez me hizo probar. ¿Es que dejaría de quererlo algún día? ¡No! ¿Cómo podría? ¡¿A quién engaño?!, era el gran paquete que llevaba encima, a cualquiera haría alucinar.
     En la carrera de enfermería conocí a una chica que deliraba por su novio, decía que porque era el mejor hombre en la cama. Sabía moverlo tan perfecto que no lo dejaba ir, prefería mantenerlo o que se fuera con otro lado a buscar empleo. Pero me salí del tema.
     Tyler me apretó la cadera una vez más para hacerme mover más rápido y que ambos disfrutamos.
     —¡Vamos mami! —reí por aquella sonrisa.
     Siguió moviéndose hasta que sentí que él había llegado a su límite, era la segunda vez de ambos pero yo aun quería mas. Cada que alguien me preguntaba cómo era la vida de casada yo solo respondía: la mía es divertida, no había presión. Más que cuando no entendía a mi hija me sentía la peor madre de todas.
     —¡Papá! —escuchamos su chillón grito atrás de la puerta.
     —Ni se te ocurra Tyler. —Advertí al ver sus intenciones. Sé que era malo dejarla así pobresilla pero me comenzaba a frustrar.
      —Va a llorar...
      —No va a recordar esto.
      —Nena...
      —Lo haces tu o me busco quien si pueda terminar el asunto.
      —¡Papá! —volvió a gritar esta vez con la voz mas llorosa, parecía que la madre ni existía en sus labios.
      —El tiempo pasa... —susurré para ganarme su mirada mala, empezó su danza nuevamente y para que no lo distrajera nada tomé su rostro con ambas manos y lo besé. Sus labios no se resistieron ni un poco, entraba tan fuerte y desmedidamente que esta vez sí que veía las estrellas. Arqueaba mi cuerpo con cada embestida, mi cadera se levantaban en busca siempre de más. Sonreí al quedar totalmente satisfecha, mordí su labio inferior ganando su ultimo gemido.
     Lo vi ir al baño y regresar vestido. 
     Busqué rápido ropa y me vestí torpemente, tan solo pude ver que Debanhi estaba sentada alado de la puerta y Tyler la levantó en sus brazos para llevarla a nuestra cama, él me observó mal y yo le saqué la lengua. Caminé al baño y me di una larga ducha en la bañera con agua tibia, cerré los ojos y me relajé cuanto pude, a veces decía no poder levantarme más temprano, porque era cansado cuando algo no te sale bien. Cuando salí Tyler parecía tronco al igual que ella boca abajo sobre su pecho.
      Todo era una total trampa, apenas me acosté la chica me buscó, bueno mas bien uno de mis senos.
      Ya le había intentado quitar pero ella simplemente era rebelde. La observé y sonrió con apenas cuatro dientes, dos arriba y dos abajo. Me derritió como siempre lo hacía para conseguir su objetivo mientras decía "ma, ma, ma".
     —¿Quieres un biberón? —le pregunté, pero el padre defensor se entrometió. ¡Vaya! Me han tomado el pelo.
      —¡Vamos dale titi a la nena! Apenas se te estaba chorreando. —Susurró en mi oído lo último, Tyler decía que la niña iba a recordar todo y no quería traumarla, a pesar de que le expliqué ya tantas veces que recordaban a partir de los cinco y medio a seis años.
       Todo el drama era porque antes de que llamara a la puerta uno de mis pechos había regado leche. Odiaba que me pasara esto por eso quería dejar de darle ya, además tenía ya un año tres meses.
     —¡Lott...! —la mirada suplicante de Tyler me convenció, me quité la blusa y el sujetador.
     —Pero no me muerdas Debanhi.
      Todas las madres deben saber que aquél dolor era inigualable y me comprenderán. No era fácil, claro para Tyler lo era porque solo decía: dale. Asintió feliz, se puso sobre mi cintura y sentí aquello tan raro que sentí apenas la tuve en mis brazos, como jalaba mi pobre seno y lo succionaba tan voraz. Siempre con esa hambre que nunca se acababa. Había sido muy tragona, ya pesaba quince kilos y apenas con esa edad. Pero por mas que le decíamos que ya era mucho lo que comía ella insistía y bueno, no podíamos negarle cuando decía: más.
     Allison siempre preguntaba:
      —¿Si te ha chupado los pechos Tyler alguna vez?
      —¿A que viene tal pregunta? 
      —A que eso hace la nena.
      —Es diferente...
      —¿En qué?
      —Tyler no lo quiere hacer todo el día, parezco vaca ya, con tanta leche y ella ordeñando.
      —Y eso que no te tocaron dos.
      —¡Ali! —reí —, tus bebés nunca quisieron tu leche.
      —¡Suerte bendita!
      Reí recordando, Debanhi se pasó de un pecho a otro, Tyler sonrió a mi lado.
      —¿Tú también quieres o que?
      —No, no me gustó tu leche —responde con una mueca y luego sonríe.
      —¿Qué tanto vez? Ya duerme.
      —Me gusta verte.
      Negué riendo y cerré los ojos para dormir. Estaba tan excitada teniendo un sueño como siempre no se calmaba esta sed loca, pensar que había días solo quería dejar la mente en blanco y está vez mi hombre solo cumplía mis fantasías, Tyler apretaba uno de mis pechos y el otro lo chupaba, gritaba por la pasión, hasta que sentí una mordida demasiado dolorosa. Abrí los ojos de golpe para ver a Debanhi pegada a mi pecho derecho y Tyler dormido apretando el otro. ¡Esto es un complot!
        Observé la hora del reloj, faltaban unos minutos para las seis de la mañana, ¿no se cansaba la niña? ¿Ya tan rápido se había pasado mi siesta? Desperté a Tyler sacando su mano de mi pecho.
     —¿Qué haces...? —preguntó abriendo los ojos.
     —Me duelen los pechos, lleva a la niña a su habitación.
     —Está comiendo, déjala un poco mas.
     —Prepara un biberón Tyler... —Negó con una corta sonrisa, ¡maldito! Se levantó y le dio un beso en la frente a la bebé y a mi en los labios. Debanhi lo observó irse, me tapé los pechos y cuando regresó su mirada a ellos empezó a quejarse, su labio inferior temblaba, sabía que iba a llorar, siempre sucumbía a ella. Me destapé y ella volvió a pegarse. ¡Qué feo se escuchaba eso! ¿Pegarse?
     —Para la otra que me sueltes por mirar al feo de tu padre ya no te doy.
        Sonrió, si no fuera por esa sonrisa tan encantadora que me vuelve loca a cada minuto, la amaba tanto, sus labios tan rosados y delgados, su piel tan blanca, sus ojos café claro y su poco cabello en chinos castaños como los de su padre. Si tuviera un pene diría que es la imagen de Tyler pero no, algo debía sacar a mi.
     Escuché como la regadera empezaba a dejar caer agua, quisiera quedarme a dormir un rato más pero debía ir porque era mi deber. Tomé el móvil e hice una llamada.
     —¡Tu móvil suena, amor!
     —¡Contesta! —gritó, negué y también le grité:
     —¡No puedo! —salió con jabón por todas partes con su bóxer y buscó el móvil que no dejaba de timbrar.
     —Es de Kelly, tú secretaria.
     —Contesta y pon el altavoces.
     —Hola, buen día señor Graig. Dice su esposa que vaya a la mierda porque no la esperó para bañarse. Sin nada mas que decir, hasta luego.
      Tyler negó con cierto enfado mirandome incrédulo y le sonreí.
    —¿Desde cuando tu secretaria le dice palabrotas a tú señor Graig?
    —Desde que se lo ordeno.
    —No te enojes, nena.
    —Vete ya, que mojas el piso.
      Tyler tomó una toalla y levantó a Debanhi para no mojarla que ya estaba dormida, se puso mis pantuflas rosas y salió de la habitación. Me puse mi blusa para dormir y cerré los ojos, entraba a las ocho a trabajar y me sentía muy cansada y desde ayer me había sentido muy mareada, seguro por la falta de siestas. De repente sentí unas manos frías tomar mis pies.
     —¡Basta Tyler! Quiero dormir.
     —Y yo tengo muchas ganas...
     —Yo las tenía ayer —murmuré aun sin voltear a verle.
       Sentí gotas caer en mi cuerpo, abrí los ojos Tyler estaba sobre mi sonriendo. Dejando caer todo el jabón sobre mi cuerpo y mojando la cama. Bajé mis manos a su bóxer, su pene estaba tan duro y dispuesto a todo.
      Acercó sus labios a mi boca y me besó de manera salvaje, su labios fríos y el aliento a menta me estremecieron, sentí rápidamente en mi sur algo, le seguí el beso deseosa de su piel, en unos segundos ya me había convencido. Bajó por el cuello y empezó a chupar y lamer, sentía cada vez mas el hormigueo en mi sexo, gemidos empezaron a salir mientras chupaba mi piel, me sentía muy excitada y aun no entraba en mi. Gemí una ultima vez para darme cuenta de que había tenido ya mi orgasmo.
     —¿Acabas de tener un orgasmo? —preguntó Tyler confuso.
     Negué un poco pero creo había salido sin control, siguió besando mi cuello hasta que entró en mi. Me giró en la cama poniéndome en cuatro, el sonido de los cuerpos chocando como siempre me excitaba, me ponía eufórica, después me pegó contra la pared y mientras me decía cuando me deseaba se introducía con rudeza. Gritaba y mi boca se abría sin poder respirar, si no me estuviera sosteniendo abría caído por qué me temblaban las piernas.
Fuimos a la ducha y terminamos saliendo más pronto de lo esperado Debhi había llegado otra vez. Ya era incontrolable que se quedara en su cama.
Tyler se fue con ella en su auto y yo fui al hospital.
     —Empezamos Kelly —le informé a mi asistente y las citas transcurrieron como siempre. Apenas probé bocado en el desayuno y me cayó mal.
     Kelly me contaba sobre su pequeño, sus mejoras y preguntaba por algunas recomendaciones, la había conocido hacía poco, estaba haciendo sus prácticas y me agradó mucho su actitud y dedicación que hice lo posible para que la contrataran, el fin de semana le toca estudiar. Pasaba muy poco tiempo con su bebé pero ella sabía que iba a llegar a más y valdría la pena. Era madre soltera y sentía que por eso se le dificultaba.
     Pasé a dejarla donde la guardería y me encontré con mi gritona hija, la tomé en brazos y la llevé al auto al despedirme.
     —Vamos Debhi, hoy vamos a comer con tus primos y tía Ali.
     Asentía con una risa, ni ella sabía lo que significaba pero ahí estaba gritando y aplaudiendo. Llegamos con Ali a un restaurante donde había juegos  de niños, nos recibió feliz, con un gran beso.
      —Últimamente vengo aquí con los niños.
      —Y puedo entender porqué. —contesté riendo mientras mi amiga miraba al cajero con cierta lujuria.
       —Amo a Carlos. ¿Lo sabes? Pero extraño mucho aquellos días, estar casada me hace ser celosa, y es muy deprimente. La verdad es que...
     —¿Mamá puedo meterme a la piscina de pelotas? ¿Puedo?
     —Aprovecha ahora, cuando comas ya no vas a poder hacerlo.
     Carla se fue corriendo muy feliz y la ví echarse un clavado.
      —Yo la verdad no me quedo, Tyler es todo lo que siempre quise. Y no está mal echarse un taco de ojo a veces pero creo estas pensando en algo más.
      —Últimamente peleamos por todo, no sé si son los gastos extremados de ambos niños o yo que lloro por cualquier tontería, él me dice que ya no soy la de antes.
     —Tonterías Allison, eres la misma.
     —Eres la mejor, amiga, voy por los niños para que vengan a comer, deberías preocuparte más por Debhi.
      —Confio en mis sobrinos.
Sonreí, si no fuera porque los estuve checando todo el rato con la mirada claro que estuviera preocupada. Comimos muy animadamente escuchando las anécdotas de la escuela de los sobrinos, sus travesuras y risas llenaban siempre nuestras vidas.
¿Quién lo diría?, que iba a terminar así, sé que me casaría, claro que lo quería, pero por lo que me daba cuenta mi amiga no, y a pesar de amar como ama a sus hijos siento que no es del todo feliz pero quien era yo para hablar de su vida. 
Empezaría mañana mismo a hacer un tiempo para salir solas, sin niños ni esposos que nos sigan el paso. Debía ser eso que ahora que salíamos era solo con ellos y no como antes, debíamos ponernos ebrias hasta el amanecer y seria pronto. 
Pero pasó lo que mas miedo me daba, devolví toda la comida por dos días seguidos, ni siquiera me había sentido extraña como la primera vez, o era quizá que apenas estaba iniciando la cuenta regresiva. 
Tyler me besaba muy eufórico, tenía muchas ganas como siempre pero yo solo quería llegar al hospital como cualquier mañana. Bueno, esta vez mas rápido. 
      ¡Tenía que ser una jodida broma! —me repetí mil veces. Lo quité de encima haciendo una mueca, Tyler odiaba que yo hiciera eso porque se sentía rechazado, pero ahora era eso, justamente eso, lo estaba rechazando. Caminé al baño, le puse seguro para evitar las distracciones, me duché y salí a vestirme mientras escuchaba una y otra vez la voz de Tyler diciendo: ¿qué rayos te pasa? y yo queriendo gritar de vuelta: Eres un hijo de puta. 
No podría porque yo y el no nos faltábamos al respeto de esa forma, mas tarde no pararían los gritos y peleas, entonces, no era momento de iniciar con algo que después no podría pararse, pero no pude evitar cuando siguió su camino diciendo: 
     —¿Qué te pasa, Charlotte? —me preguntó antes de meterse al baño, con tal tono de voz que me hizo explotar. 
     —¡Te dije que usaras un maldito condón! —Le grité mientras le lanzaba el paquete de condones que supuesta mente había comprado para que nunca le faltaran. Era obvio, esa no era yo, era mi yo maternal. 
      Salí de la habitación dando un portazo. Manejé hasta el hospital hecha nervios, yo no quería mas, no quería otro bebé. Y eso me había pasado la vez que supe que Debanhi venía en camino, además de los mareos y esos grandiosos orgasmos. Debí sospechar antes.
     Apenas llegué preparé el aparato de ultrasonido ya que estaba desocupado, no podía ser verdad. Necesitaba que me dijera que eran espejismos míos. Todo imaginación, mas sin embargo minutos después entre los nervios allí estaba, con los ojos vidriosos esperando a que me dijeran que era la pantalla de otra chica, que se había averiado el aparato, o que veía mal. 
     —¿Estás embarazada? —me giré al escuchar a Kelly. Negué en vez de asentir. Se acercó y lo observó por ella misma. El corazón de mi bebé latía demasiado fuerte mientras yo solo quería gritar —, ¿cuánto tienes?
      —No lo sé, no sabía. —Unas lágrimas picaron a mis ojos, yo no quería. Apenas y podía ser buena madre para Debanhi y ya había otro dentro de mí. Kelly se acercó y me abrazó, rompí en llanto. Rogaba por estar soñando pero al abrir los ojos y ver a Tyler entrar con Debanhi en brazos me hizo regresar a mi realidad. 
Sé y tengo muy claro que un bebé fue lo mejor que me había pasado, pero me sentía muy alterada pensando que estaba fallando. 
     —Kelly, sal y lleva contigo a Debanhi. Por favor. —Le dijo Tyler ya que estaba despierta, la tomó en brazos y antes de salir gritó:
     —¡Mami!
      Negué, ahora si era su madre, me dejé caer en la camilla dándole la espalda a Tyler. El nudo en la garganta era tan grande que quería gritar y llorar hasta desmayar. Hasta tomé el bote de basura porque quería devolver lo que aun no había comido. 
     —Nena... —besó mi mejilla y cerré los ojos —. No llores.
     —Te dije y repetí tantas veces Tyler... Quería ponerme una maldita inyección pero por Debanhi no pude.
     —¿Le echas la culpa a una niña de un año? ¿A nuestra hija?
     —Solo a ti, Tyler.
     —¿Por qué te pones así? Dijimos que queríamos más hijos y parece que te hubieran dado la peor noticia del mundo.
      —Dijimos que hasta que tuviese tres o cuatro años.
      —¿Y qué importa que sea ahora?, ya está aquí.
      —¡Me hiciste otro hijo y yo no quería! —un sabor amargo me llenó la boca, me sentía horrible por decir eso que me arrepentía a poco segundos. Quise vomitar y lo hice en el bote de basura que se encontraba a mi lado, 
      —¿Piensas matar a nuestro bebé? ¿Qué te pasa Charlotte?
      —¿Crees que soy capaz? —le grité pasando un brazo por mi boca para limpiarme.
      —Pues no se que pensar...
       Me senté de golpe quería golpearlo mucho ahora.
      —¿Qué te pasa a ti idiota? Eres un maldito, no me conoces lo suficiente para saber que nunca haría tal cosa.
      —Te conozco perfectamente y si no te comportaras de esa manera nunca me hubiese pasado por la cabeza.
       —Eres el mas grade idiota, ¡estoy harta, maldita sea! Solo te la pasas haciéndome sentir mal, tú y Debanhi, para ustedes soy la peor madre y siempre estoy complaciendo todos sus berrinches, ¿qué no sabes? Que solo vivo por ella —, pause porque mi boca se secó —. por ti. Y sin tan mala madre soy no estoy lista para otro bebé. 
Tyler hizo su recorrido por la habitación dándose cuenta que no íbamos a llegar a ninguno lado de la forma en la que lo estábamos tratando, me miró de repente y asentí diciendo que ya estaba mas calmada. Se detuvo frente a mi y lo miré un segundo con el labio temblando.
     —Charlotte eso no es verdad.
     —Dime que es verdad, entonces. —Pedí. 
     Me dejé caer nuevamente y sentí sus brazos amoldarse a mi cintura y después incorporarse en la camilla tras mío, rozó sus labios en mi oído mientras respiraba demasiado rápido. Me acarició el vientre por unos largos segundos y susurró:
      —La verdad es que te amo tanto preciosa, soy muy feliz con esta noticia, tú también lo eres, eres demasiado feliz a pesar de tener miedo por ser mala madre, te aclaro que eres la mejor con Debanhi, que ella te ama tanto como yo, al igual que lo hará el nuevo bebé. Siento decirte esas cosas pero soy tan cabezón, siempre pierdo la cabeza y me hace decir cosas que no son. Soy así con Debhi porque no quiero que tenga una infancia tan mala como yo la tuve. Quiero lo mejor para nuestros bebés y los quiero contigo. Perdón si olvidé el condón aquella noche que llegamos ebrios de la casa de Carlos, no pensé que con solo una vez y estaba tan caliente y tu tan ardiente que... —sonreí un poco recordando —, que eso quiere decir que soy muy potente.
       Reí un poco mas, solo Tyler sabía combinar las cosas serias con la sexualidad. Su picardía era imposible de apagar y eso me encantaba, claro que yo también lo amaba, siempre lo haría y de eso estaba completamente segura desde que lo vi frente al colegio.
 Estábamos destinados y eso todo el que supiera nuestra historia lo sabría. ¿Quién va por el mundo encontrando al amor de su vida en un día común y volviéndolo el mejor? Claro que muchos, pero tuvimos tantos pleitos que nunca pensé en seguir, nunca imaginé que lucharíamos por algo tan complicado como lo era amarnos. ¿Como podía saber que al gilipollas que conocí hace años iba a ser el padre de mis hijos? Tan solo llegó, con su mirada seductora y sonrisa de actor porno, a enloquecer mis pensamientos y hacerlos volar hasta donde nunca me imaginé llegarían.
      Volvió a besar mi mejilla, me giré y lo besé esta vez yo en su mejilla, me daba asco besar sus labios después de mis cochinadas.
     —Sé que eres y serás la mejor mami. —Susurró sobre mis labios.
      Limpió con su pulgar mis lágrimas y acarició mi rostro mientras me observaba.
     —Siento tanto haberte dicho esas cosas —dije —, ya sabes como soy de sensible y ahora con esto...
       Pasé una mano por mi vientre donde aun tenía el gel. Sonreí, era verdad me sentía muy feliz, solo había entrado en drama pero claro que lo quería. Amaría a mi bebé por sobre todo.
     —Tranquila, preciosa. ¡Muéstrame a nuestro pequeño!
       Se levantó y tomó el aparato, lo pasó por mi vientre con suavidad y observamos la pantalla, aun era una mancha muy chiquita pero su palpitar nos llenaba los oídos.
      Me bajé y antes de abrochar el pantalón Tyler se agachó tomando mi cadera y besó sonoramente mi vientre.
     —Vamos por Debhi para ir a dejarla a la guardería antes de que entremos a trabajar.
     —Eres tan despistado que olvidaste que hoy la dejaríamos con mis padres.
      Apenas encontramos a Kelly, Debanhi se aventó a mis brazos y me abrazó por el cuello.
     —Creo que el nuevo bebé la pondrá muy llorona, ya no me quiere. —Dice Kelly, niego sonriendo. Es lo que menos quiero, que sea llorona.
     —Chismosa Kelly, mi hija no es así —le dijo Tyler —, es solo que no le caes bien porque no le has llevado a Paul para que jueguen.
     Sonreí, su bebé Paul apenas tenía diez meses y Debanhi siempre le hacía maldades y cuando el pobre lloraba ella se reía.
     —Ya verás chica, ya no voy a dejar que seas su novia —le dijo Kelly a mi pequeña, le sacó la lengua, le dije a Tyler que no enseñara esas groserías pero bueno.
     —Nos vemos Kelly.
     —No se le olvide que tiene su primera cita a las ocho en punto.
       Asentí y caminamos al auto de Tyler, puse a Debhi en su asiento y caminé a mi auto. Sentí unos pasos detrás mío, era Tyler con ella en brazos apunto de llorar.
     —Te fuiste y empezó a gritar.
     La ató a su asiento y después se subió el.
     —¿No te vas en tu auto?
     —Tenía junta pero le avisé a Josh que llegaba tarde, cuando te vengas ya me voy en mi auto.
     —Está bien.
     Empecé a conducir hasta llegar a mi antigua casa, apenas toqué mi papá abrió. Con unos rayos de canas en su cabeza, tan bien vestido y guapo como siempre.
     —¡Papi! —le gritó Debhi apenas lo vió.
     —¿Dónde está la niña mas hermosa del mundo? —lo miré mal, lo mismo me decía a mi —¿y dónde está mi hija la mas hermosa?
     —Papá, soy la única.
      Entré buscando a mi madre y escuché a Tyler decir a mi padre que estaba celoso porque a él solo le decía papá y no papi.
Subí las escaleras y la observé desde el marco de su puerta.
      —¡Mamá! —llamé su atención ya que estaba ida maquillándose.
Después de mi boda con Tyler mi madre se había acercado más a mi, incluso ha aceptado un poco más a su yerno. Ella siempre va a ser así y mientras yo esté bien con ellos no importa nada. 
      —Hija, ¿y la pequeña?
      —Estoy bien, mamá.
      —¿Has estado llorando? —pregunta acercándose. Yo tan mal, con el rostro demacrado y ella sonriente brillando, mejor que nunca. Incluso más guapa que yo.
      —Yo... —intenté decir pero la voz no me salía. 
     —¡Dios mío!, ¿estás embarazada?
     —No... yo... ¿Cómo sabes?
     —Esa mirada la tenías cuando tu boda, y no era por Tyler...
     —¡Mamá! —reí.
     —¿Qué? Cuando iba a tenerte me veía igual que tu ahora y hace un año.
     —¿Y que tal te vez de abuela?
     —Pues ya lo hiciste. —Contestó riendo con nerviosismo, la abrazo demasiado fuerte ya que necesito tanto su apoyo.
     —¡Mami! —nos giramos al oír a Debanhi, pero no la vemos, me asomo y la veo en las escaleras casi llegando en cuatro patitas tratando de subir, tanto comer no la deja caminar como debe. Sonrío y bajo a tomarla por la mano. Empieza a subir y mamá al llegar al último escalón la toma en brazos.
       Bajo, veo a mi padre y a Tyler en la televisión viendo el fútbol como si nada platicando.
     —¿Dónde está Debhi? —les pregunto, se giran de un brinco y la buscan con la mirada, al no verla empiezan a buscarla por todos lados, hasta veo torpemente a Tyler buscarla debajo de los cojines de los sofás  —. ¿Dónde está tu hija, Tyler?
     —Estaba aquí —dice asintiendo y sonrío.
     —Iba por las escaleras, casi rueda si no fuera porque gritó.
     —No la escuchamos —comenta papá.
     —Ya me he dado cuenta, me voy Tyler, ¿te quedas?
    —Me voy, nos vemos Alonso. Me despide de su esposa porque si nos acercamos se va a querer ir con Charlotte con eso de que está emba... —se quedó callado al darse cuenta de la noticia que le estaba dando y sin planearlo. —está retrasada para el hospital.
     —Oh no... Tu has dicho otra cosa que no va por ahí.
     Le sonrío a mi padre, de todas formas lo iba a saber muy pronto.
     —Abuelo nuevamente —sonrío aun más y lo abrazo.
      Su rostro congelado al igual que su cuerpo, ni cuando Debanhi se puso así, después de varios segundos sus brazos me envolvieron en un cálido abrazo.
     —Mi amor, van tan rápido... Te diría algo mas pero han sido tan buenos padres, felicidades. Esta vez debe ser Alonso.
     Solté una carcajada, otra vez iban a echarse miradas malas mi padre y Tyler, querían que Debanhi se llamara como ellos, pero les salió con la sorpresa la niña.
      —No pienso decidir eso hoy, quizá también sea niña, tengo consulta papá. —Le besé la mejilla y empecé a caminar a la puerta mientras los escuché despedirse.
       Al llegar Tyler me abrazó con ternura, me besó la mejilla mientras con sus manos acariciaba mi vientre.
     —Eres lo mejor que me ha pasado nena, llegaste a volverme loco, y darle sentido a mi vida.
     —Tyler si quieres que el bebé se llame así pues hay que hablarlo, tengo que entrar.
     —Bien, ya no puedo ser romántico porque piensas mal de mi y... debe heredarlo porque soy su padre y...
      Rodé los ojos, vamos a empezar nuevamente, cambié el tema con rapidez.
     —Hazme el favor de hablarle a papá y decirle que no deje que Debhi esté con Luca, a ella le gusta montarse y el veterinario dijo que le pude dañar la columna. Ya se lo he dicho a mi padre pero se le olvida y ya cuando la encuentra está encima de el.
      —Sí, pero te olvidas que Luca está en el club.
      —Bueno, nos vemos por la noche, iré con Ali a comer.
      Tyler asintió y me besó, sus manos se pasaron de mi cintura a mi culo apretandolo. En un segundo me di cuenta de no iba a detenerse, por lo de la mañana así que mi consultorio tuvo otro uso.
     —Ahora si no puedes quejarte por que no use condón, ya no puedo hacerte otro.
     —Eres un infeliz, ya vete que me estoy pasando la hora.
     —En serio, eres lo mejor de mi vida gracias por darme lo mejor de ti en ellos —quería llorar nuevamente, pero esta vez de felicidad, lo abracé por el cuello con fuerza antes de que se fuera, su respiración y su corazón iban al par, me traquilizaba.
Mis pies dolían horrores, y eso que apenas habíamos empezado a caminar por el centro comercial. Me extrañé que Ali no llevara a mis sobrinos, pero reaccione que estaban con mis padres.
Después de solo tenerme a mi, se habían vuelto locos con los tres bebés. Parecían mas los padres, era verdad que ya estaban mayores pero no lo aparentaban, si los veías en la calle con los tres seguro les dicen que son sus hijos, pues estan bien conservados, creo que me veo mas vieja que mi madre.
     —Charlotte, no me vas a creer. —He aquí el problema, Ali no me decía Charlotte —. Creo que estoy embarazada.
     —Yo no lo creo, estoy segura —murmuré lo suficiente alto para que escuchara.
     —¿Cómo puedes saberlo?
     —Hablo de mi Ali, hoy me realice un ultrasonido y ahí está.
    —Tengo tres meses.
    —¿Y dices que creés?
    —Me ha llegado la menstruación como un día cada mes, pero yo me siento como cuando mis niños, mi vientre empieza a tener esa curva.
    —A veces llega el primer mes, pero tres es raro, hay que ir con el ginecólogo, quiero empezar a tomar vitaminas y tu también las necesitas, estas muy pálida, Carlos seguro lo ha notado.
     —Carlos está distante últimamente, no sé si tiene otra o se acabó el amor.
      —Figuraciones tuyas, yo veo su amor en cada mirada que te echa.
Y era verdad, Tyler y el cuando nos miraban parecían tontos.
Al llegar a la casa no había nadie, me dejé caer en el sofá mientras me duraba el gusto y cerré los ojos esperando quedarme dormida.
Pensaba en como sería mi vida con uno mas, si Tyler no se volvería loco o si yo perdiera la poca paciencia. Me detuve  reaccionando como sería su nacimiento. El de Debanhi fue un mero espectáculo, recordar ese día es reír. Aunque me consumían los nervios en ese momento. Sentir como algo escurría por mis piernas, ver a Tyler ponerse rojo, y no por la pena, ya que estábamos en el centro comercial comprando la cena, estaba rojo por querer reírse, creía que me había orinado, tuve que gritarle para que reaccionara.
     —¡Tyler la fuente!
     —¿Cuál fuente? El restaurante no tie...
     —Ayúdame que me voy a resbalar —El tiempo corría y él apunto de desmayar en la fila, todos mirando nuestro ridículo gritando y él como por Marte.
     —La quiero para llevar —fue lo último que lo escuché decir cuando me di la vuelta y di unos pasos antes de que el dolor se instalara y quisiera golpear algo.

Dolía como el infierno, aunque nunca he pisado el infierno, al menos no de ese tipo por el dolor y no por lo pasional, pero no quería traer una cicatriz en mi vientre, yo sé que muchas la tienen y no por elección, pero si yo podía traería a mi bebé como se manda, a su hora yo la esperaría.

Llegué al auto seguida de Tyler, lo vi subirse y encenderlo, hasta tuve la sospecha de que se iría sin mi, suposición, seguro, rodé los ojos al verlo mirarme sin moverse dentro del auto  y entonces salió a ayudarme, me doblaba del dolor, por un momento lo dude pero me mantuve firme con mi decisión.

     —Pensé que te quedarías a tragar. —Reproché.
     —¿A dónde vamos? 
¿Era en serio que me preguntaba eso?
     —Al maldito hospital, Tyler ya va a nacer.
Seguro estaba molesto por mi contestación, pero él tenía la culpa, no lo procesaba aún. Tomé el móvil y le marqué a mis padres, me contestaron y lo primero que dijeron fue: —¿Ya es hora?
Les asentí como tonta antes de que un grito saliera, colgué creo lo tomaron como un si porque llegaron mas rápido que nosotros.
Me metieron en una silla de ruedas, Tyler me seguía pero al ver que ya estaba apunto de salir dijeron alto a todos.
     —El papá o madre pueden pasar.
     —Estoy muy nervioso nena, no se si pueda yo...
     —Claro que puedes Tyler, recuerda cuanto la estuvimos esperando.
No era momento para que él se echara para atrás, hasta lo había ensayado, ¿se puede creer eso? Se imaginaba siempre el nacimiento y que cosas haría y llegó pero no supo si quiera reaccionar. 
Asintió dándome un beso en los labios después otro en mi enorme barriga, le sonreí y seguimos por el pasillo hasta llegar donde mi bebé iba a ser recibida.
     —Preciosa —me removí tratando de abrir los ojos pero era imposible, sentía mucho cansancio. Mis ojos se sentían mas pesados hasta que sentí unas pequeñas manos tocarme los senos. —Traje la cena —susurró Tyler muy cerca diría que a unos centímetros, abrí los ojos ya que habían dicho comida y justo había sentido las tripas devorarme. 
Ni crean, fue para abrazar a mi pequeña que no la había visto en todo el día. La besé pero ella rápido se bajó para ir por algún juguete o eso supuse cuando se fue en dirección a su habitación. 
     —Dice Alonso que nos invita mañana a cenar, que hay algo importante por compartir.
     —Yo solo quiero dormir mucho, no tengo hambre lo siento.
     —No te preocupes descansa nena, iré a ver a Debhi seguro se durmió en el camino. Cuando veníamos me pidió leche, ya es su hora.
Asentí, apenas y escuchaba, entré a la habitación y me fui desnudando puse a llenar la tina y me introduje pero fui interrumpida minutos despues por el timbrar de mi móvil.
     —¿Hola?
     —Que bueno que contestas amiga, descubrí a Carlos saliendo con alguien del trabajo y lo estoy siguiendo.
      —Estas loca, puedes ponerte en riesgo... Recuerda tu bebé o bebés.
      —¿Charlotte? —me giré viendo como Tyler me miraba con desconcierto.
       —¿Qué pasa?
       —Me dijo Carlos que si hay problema con que venga con Adrien, Jane  y Vanessa.
       —Creí que estaba en Roma —murmuré pero el buen oído de Tyler también se enteró, juraba que andaba con Patrick por allá aun.
        —Llegó apenas, Adrien pasó por ella y Jane por Carlos. ¿Entonces no hay problema? Si te sientes mal mejor lo cancelo.
        —Oh no hay problema —dije —, Ali me dijo que viene para acá.
Tyler asintió saliendo, regresé el móvil a mi oído y me dijo que sentía desconfiar así de su esposo, pero no había que decirme ami si no ponérselo  claro a ella misma.
Me vestí y acosté dispuesta a descansar un segundo en lo que llegaban.
Habían pasado los meses, mi barriga estaba enorme pronto nuestro bebé estaría en nuestros brazos pero algo no iba bien, sentía escurrir algo en mis piernas, me agaché observando que era sangre, me sentí desmayar muy asustada, mis piernas me temblaron, eso no debía pasar, no tenía porque sangrar. No quería perder a mi bebé. 
Grité el nombre de Tyler hasta desgarrarme la garganta pero no llegaba y tenía mucho miedo de que cuando lo hiciera fuera demasiado tarde.






¡Helloooowwww!

¿Qué tal?
¿Cuántos siglos?
Lo siento tanto por haber olvidado ya la novela, es cuestión de que me concentro en escribir hasta que acabo pero llegan los asuntos de la uni y es difícil recordar las ideas que ya tenias pensadas.
Bueno, en fin ignorenme, solo que no sé cuándo será la siguiente actualización, paciencia ¡please! Los amooo, gracias por hacerme llegar hasta donde estamos, ya somos 200k lecturas, estoy muy feliz, emocionada.
Ahhh y olvidando... ¿Cuántos bebés vamos s traer al mundo? Esto se puso crazy... 😂

Chaooo, besitos y abrazos, Dios me los bendiga hermosas criaturas. 💕

¡Como dos amigos! [+18]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt