Capítulo 48

4.7K 292 80
                                    

Narración por Charlotte

      Observo el sobre delante de mi, me encuentro a mí misma preguntándome si abrirlo o no, me siento mal por dudar. En sí no se que razones me han llevado a estar en esta posición, pensar en que contenga y no saber si quiero averiguarlo. No estoy dispuesta a malos informes.

   Paso un par de horas con el sobre en la mano, escuchando cada maldita loca voz en mi cabeza, escucho como mi razón discute con mis sentimos. No estaba preparada para leer una mala noticia o que quizá era una broma, no quería una humillación en puerta, y no porque me afecte sino por ilusionarme con algo falso, en cierto segundo he roto la orilla del sobre hasta que decido abrirlo por completo. Cierro los ojos mientras pido que sea algo verdaderamente bueno.

     “¿Un deseo?
      Pide un deseo.
      ¿Por qué no, un deseo?
      Deseo que estés conmigo.
      ¿Deseas estar , conmigo?
      Estoy en el deseo.
      ¿Tú dónde estás?
       Te deseo.
       Me deseas.
       Encuentrame.
       Tu lo sabes.

     Leo aquellas palabras plasmadas en el papel blanco una y otra vez. ¿Qué quiere decir eso? Mi corazón late a un ritmo desenfrenado, me remuevo incomoda en la camilla, dormí muy poco por la noche, ya que la carta estuvo divagando en mi mente todo el tiempo, preguntándome el que dirá, ahora que la leo no se que quiere decir. Hasta siento fallarle o era él quien no se explicaba. Solo quiero que me digan dónde está y correr a sus brazos.

     No me importa el riesgo que traiga o lo que pueda pasar, quiero estar con Tyler. Y lo haré, hoy me dan de alta y lo buscaré hasta por debajo de las piedras si es necesario. No puede quedarse así esta historia.

     —¿Y bien? ¿Qué dice? —olvidaba que Ali seguía aquí —. No me dejes con la duda... —la miro y le sonrío, ¡oh pero claro!, sí lo haré —, vamos no seas una perra.

    —La verdad sí, soy una perra... y muerdo —río de mi comentario y Ali también, tanto que esta tirada en el suelo, eso había sido por recordar a Kimberly —, perra pero con camilla. —me burlo de ella y me mira mal, pero sigue riendo. Me sentí tan boba, no imaginaba que podría decir estas cosas justo ahora. Cuando menos tenía cabeza.

   Tocan la puerta de la habitación y rápido recobramos la postura, al menos yo trato de hacerlo.

    —Pase —digo rápidamente, no esperaba tan rápido a Tyler, el corazón en un mili-segundo no cabía en mi.

    —¿Charlotte Bo-bonet? —ruedo los ojos. ¡Rayos! Odio que siempre se agoten por algún motivo con mi apellido.
     —Ajá... —me limito a murmurar y el asiente. Sale de la habitación dejando la puerta abierta —, raro.
      Ali se encuentra levantándose con la mano en el estómago el chico ni siquiera la notó de ser así ya no estuviera aquí con estás locas, cuando entra el chico de nuevo ella cierra un ojo, eso insinúa claramente algo. La verdad está simpático, lindo, atractivo, no lo puedo evitar. Es su verdad.

   —Firmaos —dice dándome un bolígrafo e indicándome donde va la firma en una pequeña hoja que tiene como pie de página “entregado”.
     —¿Y qué se supone que he recibido? —pregunto al ver que dice.
     —Pasaos —. Un chico guapo y con habla diferente. Muy bien, es perfecto según Ali.
     —¡No puede ser! —digo tapándome la boca de la emoción sin siquiera ver de qué trata, es una caja grande, pienso en todo lo que podría contener más esa personita en especial, la tapa brinca varias veces hasta que un chico se asoma, ¡Albina ya tiene novio!
     —¿Quién lo manda? —pregunta Ali saltando de emoción. El chico la mira de pies a cabeza y sonríe. Ya lo tiene a su disposición.
      —¿Vos?
      —Emilie —volteo rápidamente a verla, creo que me parecía​ a la del exorcista, pero mi amiga me sorprende, siempre se cambiaba el nombre y desde que anda de novia de Carlos ya no la he visto hacer eso, bueno no tantas veces. No me puedo perder esto —. ¿Y... tú? —la voz seductora que usa mi amiga me hace reír y el chico ni se inmuta a oír mis carcajadas por lo bobo que está viéndola.
    —Johan —dice tratando de sonar sexy también, río más, si estuviera aquí Carlos ya se hubiese cagado en el calzón. Podría apostar que ninguno de los dos se han sido fiel pero yo no estaba en posición de hablar.

¡Como dos amigos! [+18]Where stories live. Discover now