Capítulo 35

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Narración por Tyler

     Había pasado tantos días de mierda y me había ganado el impulso en gritarle a ella, justo a ella. Me sentía un maldito hijo de puta. Apenas dejé su casa me reuní con Adrien en nuestro departamento. Claro que no había estado entrenando, tan sólo investigábamos y trataba de ponerla a salvo.
     Dexter me había marcado una vez mas para avisarme que tenía el número de mi nuevo móvil. Si lograba saber eso no me imaginaba que mas sabía. No había tenido mas noticias pero simplemente el pensar no me había dejado estar tranquilo éstos días.
     —¿Quieren limonada? —preguntó Vanessa desde la cocina, Adrien y Carlos aceptaron. Yo solo quería saber la ubicación que según Adrien tenía.
     Tocaron a la puerta y nadie quiso ir, los golpes se hicieron las sonoros y agresivos que tuve que levantarme. Apenas abrí el Güero apareció en mi campo visual.
      —Que bueno que te veo porque quería darte algo —comenté. Sin embargo él no lo tomó muy bien y llevaba el ceño fruncido.
      —¡Eres un maldito! ¿Cómo te atreviste a hacerla llorar? La hiciste sentirse menos y eso no te lo voy a perdonar. —Gritó con el rostro rojo, traté de entender y antes de poder reaccionar ya estaba sobre mí. Me golpeaba cuando podía y mi sentidos simplemente no reaccionaban.
      —¡Basta! —le grité —¿Qué te pasa?
      —Charlotte es lo que me pasa, no se porque rayos apareciste en su camino.
      —Perdiste, ella me eligió a mi —respondí orgulloso, claro que apreciaba tanto que me eligiera a mí. Todos nos giramos al escuchar como un cristal rompía. Era mi prima que soltó un vaso de limonada.
      —¡James! —murmuró. Ya lo empieza a conocer mejor.
      —Deja a mi chica en paz —repetí y lo empujé.
       —Ella no puede estar con alguien que la haga sentir tan mal hasta el grado de llorar hasta desgastar su garganta. Que la hagas pensar que no es una buena novia eso si que es de idiotas.
     Salió del departamento dando un portazo. Carlos y Adrien no se movían de su lugar mirando la escena. Vanessa simplemente había desaparecido.
     Me levanté y salí de igual forma. Había discutido con Charlotte pero no para dejarla tan mal. Le marqué infinidades de veces pero ninguna cogió. Me sentí un infeliz de pensar que la había hecho llorar una vez mas. Bajé y subí a mi motocicleta. Llegué a su casa y toqué el timbre infinitas veces pero no contestó. Me subí al árbol y escalé hasta su balcón. El cristal estaba roto y los pedazos regados por todos lados. Me asuste y subí mas rápido. Pasé tratando de no pisarlos pero me era imposible, hice la cortina aún lado y la vi, estaba echa una bolita a media cama. Me acerqué y la observé, estaba dormida, sus párpados se veían hinchados y rojos, me subí haciendo el menor movimiento y la abracé atrayéndola a mi cuerpo, se acomodó y entre sueños susurró:
      —Dijiste que no me dejarías.
     Pensé que quizá estaba despierta pero no, hasta en sueños ella me reconocía.
     Observo todo alrededor. Varias cosas tiradas y rotas. Quisiera poder decirle lo que está pasando pero al revelar tal cosa le haría daño. Quisiera poder quererla como ella lo merece, pero tan solo no puedo, no puedo cambiar mi forma tan golpeada de ser. 
    Después de un rato de tenerla en mis brazos ella se remueve y se estira aun dormida. Queda al otro lado de la cama. Me bajo y me hinco tras ella, paso mis manos a cada lado de su rostro y la beso castamente.
       —Tyler... —susurró, volví a besarla esta vez ella abrió sus labios dándole paso a los míos.

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¡Como dos amigos! [+18]Where stories live. Discover now