Capítulo 10

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Narración por Charlotte

     Mientras le daba vueltas al asunto me preparaba un sándwich. Aun seguía sin poder entenderlo. El porque ceder y el porque aceptar.
    Llamé a Allison para ver que hacía, después me arrepentí, sabía lo que me esperaba pero ya era tarde, me contestó al segundo tono y me interrogó por mas de una hora.
    —Te he dicho que me sentí mal y como no te encontré tomé un taxi...
    —¿Y Tyler? —insistió por milésima vez.
    —No lo se, la ultima vez que lo vi fue cuando me dijo que bailaría con una chica.
    —Está bien. ¿Qué haces ahora?
    —Nada, mis padres no están... —repetí como por sexta vez.
    —¿Vamos al rato a las carreras?
    —No creo, no me apetece. —La verdad es que no se como reaccionar ante Tyler.
¿Podré soportar no besarle?
     Si ya ahora estoy sintiendo deseo por verlo como soportaré el tenerlo cerca.
    —¡Anda, vamos!
    —Yo te aviso, creo que llegaron  mis padres...¡Adiós!
     Le colgué y me acosté a dormir. Me sentía con demasiado cansancio y el dolor de cabeza no había cedido del todo.

   |Estaba en el callejón con Tyler cuando me tomó los muslos haciendo que mis piernas se enredaran en su cadera. Me besó, salvaje, como si nunca hubiera experimentado la sensación y deseara que hubiera mas.
     Correspondí a cada uno de sus besos. A la vez parecía que hubiera sido quien inventó los besos ya que lo hacía a la perfección y yo parecía su alumna tratando de descifrar que era todo esto que sentía, sabía que me gustaba pero no sabía que se estaba volviendo tan intenso para sentir, necesidad de el.
     Tomó mis manos y entrelazó sus dedos con los míos con delicadeza, acariciándolos, los puso a la altura de mi cabeza presionándolos contra la pared y en otro momento las giró de modo que mis manos no sufrieran daño alguno. Quedando indefensa y sin poder moverme, estaba empujando cada vez mas fuerte contra la pared, sus besos no se apartaban y parecía que no necesitaba respirar mas, mi vestido se había subido y podía sentir su erección empujar en mi parte húmeda, y eso me excitaba mucho no se como explicarlo pero sentía como si mi sexo lo necesitase, era raro la verdad, ya que yo nunca había tenido relaciones sexuales y no sabia como funcionaba eso de los orgasmos. Estaba sorprendida de lo que el sexo podía provocar, el éxtasis de dos cuerpos amándose.
     Tyler bajó sus labios chupando cada parte de la piel de mi cuello. Hubiera deseado llevar un vestido sin tirantes para que toda mi piel sintiera el mismo deseo al sentirlo. Pasando sus cálidos labios por mi clavícula y dejando pequeñas mordidas. Solo jadeaba y pequeños gemidos acompañaban, su nombre salía de mi al sentirlo y eso que aun no entraba en mi. Siguió bajando hasta toparse con mis pechos que subían y bajaban con cada respiración, y ese vestido pegado hacia que se salieran un poco, besó lo poco que salía del vestido y los chupó haciéndome gemir mas fuerte, era una extraña sensación pero muy excitante, ahora mas que nunca quiero dejar de ser virgen y si Tyler lo hará mejor, pues me ha gustado desde la primera vez que lo he visto, si así se siente en el comienzo no me imagino cuando entre en mi, he leído tanto sobre eso que me excita aun mas imaginarme lo que pueda hacer conmigo.

    —Vamos a otro lado —dije en un jadeo y él asintió.
Me bajó y ayudó bajando mi vestido, sentí como mis piernas temblaban, aun así caminé a su paso ya que me jalo de la mano hasta el auto de Carlos. El cual, él traía las llaves.
     Tampoco perdería la virginidad en un callejón, nunca había soñado el como sería mi primera vez, pero si el como no sería, quería que no fuera planeado, me sentiría en una especie de ritual a la virgen, solo quería que fuera espontáneo y con alguien a quien yo gustara, tan solo eso. No quería un amor eterno, solo quería vivir mi vida.

    —Que bueno que me lo presto para mi cita de la noche —murmuró y reí un poco nerviosa.
 

Llegamos a su departamento, creí que se había dado cuenta de nerviosismo ya que tomó mi mano todo el momento. Cada que lo veía sentía necesitar mas de él, la chispa seguía sin poder apagarse. ¡Cielos!
     Esto es jodido.
     Cuando estacionó el auto, no pude evitar subirme encima de él y besarle, él subió mi vestido para que pudiera estar sobre el por mas tiempo, comenzó a jugar con mi tanga. Que bueno me puse lencería nueva, una nunca sabe cuando será el día. Su erección empujaba en mi sexo cada vez mas fuerte y podía sentir como latía, moví mis caderas y sentí el deseo llegar mas fuerte, una oleada de calor se apoderaba, Tyler rompió el beso con un gemido y echó su cabeza hacia atrás. Lo miré, sus ojos se veían un poco mas grandes y dilatados, estaba sonrojado y sus labios completamente rojos.
Sonrió, escondió su rostro en mi cuello y susurró con voz ronca:
    —Quiero hacerte mía —sus labios rozando mi oído haciendo que me estremeciera —. Nunca había deseado tanto a una tía como a ti.
     Sus palabras volviéndome cada vez mas deseosa de el. Completamente loca por mi amigo.
    —¿Debo sentirme halagada? —pregunté de igual forma, en un susurro.
    —Solo debes sentirte deseada, porque te deseo, intensamente.
    —Vamos —dije sonrojada y tal vez mas nerviosa que nunca porque sus palabras me llevaban al cielo y no quería arrepentirme.  Con su ayuda bajé del auto y como si fuéramos novios él tomó mi mano cuando pensé que me tomaría de la cintura, empezamos a caminar al elevador. Una señora había entrado junto con una niña. Íbamos avanzando y Tyler se volvió hacía mi y me besó, la señora murmuró:
    —Calenturientos.
Tyler imitó un gemido demasiado alto y la señora le cubrió los oídos a la niña mientras yo reía.
    —Abuela... ¿Por qué hace así?
Tyler volvió a gemir y la señora presionó mil veces el botón de su piso que casualmente era el mismo que el de ellos.
    —¿Le duele algo? —volvió a preguntar la niña.
     Llegamos riendo al piso y mientras ellas se alejaban por el pasillo a toda velocidad Tyler volvió a gemir sonoramente. La señora se giró y nos enseñó el dedo medio.
Nos reímos bastante, por el efecto del alcohol o eso quiero suponer, entramos al departamento y Tyler no pudo quitar sus manos de mi, que en cuanto dejó las llaves en la mesa se giro hacía mi y sonrió pícaramente, le devolví la sonrisa y me arrinconó contra la pared. Volvió a besarme salvaje y yo seguí correspondiendo, su erección empujaba y entonces tomé la iniciativa, bajé mis manos al broche de su pantalón y lo deshice provocando que Tyler gruñera en el beso, bajó sus manos a mi trasero y lo apretó.

¡Como dos amigos! [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora