t r e i n t a i u n o

890 82 13
                                    


Marcie y Niall se las arreglan para hacerme sentir un poco mejor cada día que pasa. Yo estoy obligatoriamente en casa, después de haber escapado al cementerio para el sepelio de Julia y por poco haber pescado una infección en la herida del brazo que ni siquiera había comenzado a cicatrizar como es debido.

El ambiente de un cementerio no es apto para una herida, hay muchas bacterias y microorganismos producto de la descomposición de la materia humana que pueden ser letales. Y ya aprendí la lección, así que me quedaré en casa.

— ¿Lista para una noche de películas? —la pelirroja se deja caer cerca, en los pies de la cama. Suelto un suspiro.

—Estoy preguntándome si eres humana. ¿Cómo manejas estudiar medicina, llevar a cabo tus prácticas y guardias médicas, al mismo tiempo que estás dentro de una relación amorosa y vienes a visitarme? Sin contar las horas de viaje que tienes que hacer diariamente. Y demonios, tienes que aguantarme un buen rato.

Ella se ríe y con su mano hace un gesto para restarle importancia.

—Cuando se trata de cosas que te gusta hacer, las haces con gusto y nunca supondrá un esfuerzo extra o incluso un sacrificio. Es divertido venir aquí cada tercer día, para molestarte y todo eso, sé que lo disfrutas, muy en el fondo.

No, no lo hago, pero agradezco su intento por hacerme tener la mente en otra cosa.

—Oye, te aconsejo no pensar en ello. Si deseabas que Joe sufriera por todo lo que hizo en su vida, créeme, lo hizo. Vio morir a la mujer que lo llevó a la locura por su causa y después, la bala que perforó su corazón no fue lo suficientemente buena para que muriera de inmediato. Llevó dolor de por medio; muchísimo dolor. Físico y emocional. Murió por hemorragia múltiple interna, uno de los pulmones fue rozado por la bala y terminó muy mal. Confía en mí, en tu amiga que está estudiando medicina. —dice y gira, llegando a mí para apretar mi mano. —Todo ha terminado.

Su apretón es fuerte y afectuoso. Su mirada está llena de tranquilidad y trata de transmitirla toda a mí. Una sonrisa agradecida aparece en mi rostro y ella deja ir mi mano.

Decido que es bueno cambiar de tema.

—Aunque... sigo preguntándome... ¿Niall te dio una copia de las llaves? ¿Cómo le haces para entrar aquí después de que él volvió esto como... un fuerte? —frunzo ligeramente el ceño.

—Por supuesto que no ibas a dejarlo pasar. —Marcie murmura entre dientes. —Digamos que he aprendido a qué hora Niall se marcha diariamente y alcanzo a llegar antes de que él se aleje... —por su tono, sé que eso no es verdad y sólo intenta reírse un poco de mí, porque por poco caí. —Por supuesto que me ha prestado una copia de juego de llaves, a pesar de que fue difícil convencerlo.

Asiento y me acomodo en la cama cuidadosamente. Por más loco que suene, odio estar en la cama tanto tiempo.

—Deja de pensar en eso. —me regaña casi media hora después. Poniendo en pausa el thriller que decidió poner en la televisión para pasar el rato.

Días anteriores, Marcie había intentado inútilmente hacerme hablar, porque según ella, hablar sería bueno para mi alma y todas esas cosas. A veces ella es un poco extraña.

—No estoy pensando en nada más que en lo que sucede en la película, relajada.

—Mentirosa, estás pensando en eso. No puedes dejar de darle vueltas.

—Oh, perdona, pero no puedo cargar con esto Marcie y no creo que llegues a entender alguna vez en tu ocupada y perfecta vida lo que sucede en mi jodida y estúpida existencia. ¿Crees que es tan fácil olvidarlo y seguir adelante? Decirme que deje de pensar en eso es como decirle a alguien que está a punto de llorar que no llore, o decirle a quien esté estresado que no se estrese. Es inútil Marcie, y me gustaría que me hicieras el favor de repetirlo una y otra vez. No puedo dejarlo ir, ¿sí? —musito, acercándome a la orilla de la cama para ponerme de pie. Dolorosamente lo logro y salgo de la habitación, sin siquiera desear mirar atrás a su expresión, porque la conozco de antemano y no necesito más cargos de conciencia en este momento.

Brave | niall horanWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu