v e i n t i u n o

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La noticia de la chica que ha estado involucrada en un aparatoso accidente automovilístico no tarda mucho en llegar a los tableros de noticias amarillistas y a los oídos de los rectores de la universidad de Maiah, y, finalmente a sus conocidos.

El médico me ha hecho el favor de avisarme a la más mínima señal de la aparición de Julia Collins, pero por el momento, ella no se ha acercado.

Debe saber que estoy al tanto de todo y que me encargaré de llegar hasta el fondo de su relación con Joe Reid.

Miro a mis manos y estoy conforme porque el temblor ha desaparecido. Bebo un profundo trago de café negro que Will se ha tomado la molestia de comprar para mí, mientras que ambos esperamos en la cafetería a que la hora de visitas llegue una vez más.

Debo admitir que me siento nervioso por estar lejos de Maiah, pero estoy bien con el hecho de que mis superiores me negaron mi dimisión y conservo mi empleo, que me da el beneficio de permanecer más tiempo del que podría en la habitación de hospital, porque he recibido el cargo de seguridad. Sin embargo, en estos momentos he sido reemplazado por el equipo de médicos que se encargan de hacer la revisión de mi chica, para notar si hay alguna mejora o si todo va de mal en peor.

—Niall, esa chica es caliente y viene hacia nosotros. Te mataré si coquetea contigo, porque Maiah no merece que-

—Tranquilo. —le interrumpo y dejo de jugar con el sándwich que estoy obligado a tomar como desayuno. La comida de la cafetería de los hospitales no es de mi agrado. —No tengo mente para nadie más.

Ni ahora, ni nunca.

Elevo la vista para encontrarme a la misma chica con la que Maiah habló por última vez, el día del accidente. Han pasado tres días desde entonces.

Ella se apresura al percatarse de que en efecto se trata de mí y un poco avergonzada, toma una silla de otra mesa y la coloca en la nuestra, de dos plazas.

La chica rubia no retira sus gafas oscuras, pero sé que ha estado llorando porque sus mejillas se encuentran enrojecidas.

—Necesito buenas noticias hombre, he estado comiéndome las uñas de la preocupación. —ella eleva sus manos y me muestra la prueba. Guau, pensé que era el único que hacía eso cuando estaba nervioso. — ¿Ella está bien?

No puedo pedirle que se tranquilice, porque sé cómo termina eso, así que decido darle el resumen que el médico ha estado dándome cada vez que sale de la habitación de Maiah.

—Tiene costillas rotas y distintas lesiones a través del cuerpo, no hay daño en las cervicales, pero perdió mucha sangre porque un metal del asiento atravesó su torso... ella- Maiah no- —el nudo se forma en mi garganta y miro abajo, en el oscuro líquido de mi vaso de papel.

No puedo seguir con esto.

Pierdo la calma que había logrado capturar hace poco tiempo y un sollozo escapa de mis labios.

Otra vez no.

—Maiah está inconsciente, su cabeza golpeó fuerte contra el cristal. Los médicos siguen revisando para encontrar algún tipo de traumatismo que con seguridad se presentará, sigue inconsciente y ellos creen que será necesario inducirla al coma si no despierta pronto. —Will habla, encontrando la tranquilidad que yo perdí, la rubia pone toda su atención en él y luego lleva las manos a su rostro.

— ¿Qué clase de persona provoca un accidente a propósito? —ella pregunta con pesar, evitando echarse a llorar y Will y yo compartimos una mirada de complicidad.

Oh chica rubia, más te conviene no saberlo.

—Espera, ¿cómo sabes eso? —Will cuestiona.

Brave | niall horanWhere stories live. Discover now