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Ignorando todo lo que había sucedido con respecto a Billie, Adam decidió que debía verla y pasar rato como lo hacían antes de que ella confesara sus sentimientos por él. La esperó en la parada de autobús que ella solía tomar para regresarse a su casa cada martes luego de su clase de música.

Se sentó en uno de los bancos y sacó su teléfono para entretenerse un poco.

— ¿Y tú quién eres? —le preguntó un chico sorprendiéndolo por completo. Adam lo miró un frunció el ceño, ¿de qué estaba hablando?

— ¿Disculpa? —el chico negó rápidamente y agachó la cabeza.

—No, nada—dijo rápido y huyó de ahí.

Adam volteó a verlo extrañado, entró a una de las casas que estaban detrás y se perdió por completo de su vista. Decidió ignorar ese momento porque no había entendido qué pasó exactamente.

Esperó unos diez minutos o quizás menos hasta que llegó Billie, tenía cargada en el hombro su estuche de guitarra, la miró y se levantó para ayudarla con ello.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó Billie curiosa, no se esperaba verlo ese día.

— ¿Te gusta el parque? Es un lugar tranquilo y hay flores, así como te gusta—ella rió y asintió—. Pensé que podíamos pasar un rato juntos, como en los viejos tiempos.

—Me parece bien—comentó y empezaron a caminar.

Caminaron hasta llegar al Parque Haven en donde había varios niños corriendo por todas partes y algunas personas haciendo ejercicio. Se sentaron en una de las bancas cerca del puesto de hot dogs.

— ¿Quieres un hot dog? —preguntó el chico, Billie asintió—. Ya vengo— se levantó y caminó hasta el puesto.

Billie se quedó observándolo, desde que conoció a Adam, le había parecido un chico agradable, le gustaba pasar tiempo a su lado y luego, poco a poco se dio cuenta que realmente le gustaba estar con él y le gustaba realmente él. No como amigos, como un posible novio.

Lo veía cada tarde sentarse en el mismo puesto, sacar su libreta y escribir algo en ella, sabía que era sobre Dione, sabía que ella contenía todos sus pensamientos, pero sabía aún más que esa chica nueva, que se llamaba de la misma forma que el personaje, traería muchos problemas. No por ella, sino por los pensamientos que Adam podía tener respecto a ella.

—Hot dog para la chica—dijo el pelinegro llegando con ella, Billie lo tomó y le dio un mordisco.

—Me agrada que hayamos salido.

—Teníamos tiempo sin hacerlo—respondió—. Quizás estoy muy metido en mis cosas. Sólo pienso en escribir.

—Es lo que define a los escritores, ¿no? Pensar siempre en lo que sucederá en su siguiente historia.

—No se puede pasar el tiempo pensando sólo en qué escribir, me volveré loco de tanto—dijo—. Sabes, es mi sueño. Tener un libro publicado.

—Creo que sucederá—le dijo—Estás tan metido en esto que sé que tu sueño se hará realidad. Sólo es saber cómo terminar la historia.

—Justo lo más difícil de hacer—suspiró.

—Pero es posible— dijo—. Cuando tengas tu libro publicado, me tendrás que regalar una copia firmada.

Él sonrió y asintió alegre.

—Lo tendrás—dijo y luego cambió su expresión a una más seria—. ¿Por qué contrataste a Dione?

—Lo hizo mi mamá—respondió—. Le gustó su desenvolvimiento en la entrevista.

—Se parece mucho a la Dione de mi historia.

—Pero no es la misma chica—Adam bajó la cabeza y Billie lo miró, suspiró esperando que él entrara en razón y se diese cuenta de ello.

—Lo sé, sólo que...se ve muy real.

—Adam...

—Déjalo, es mejor que continuemos comiendo—rió y le dio un mordisco a su hot dog, Billie asintió e hizo lo mismo.

Aunque no importase lomucho que deseara que fuese un no, estaba más que segura que Dione no sería másque una chica en la vida de Adam.

Fuera De TextoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora