75

2.5K 125 15
                                    

—¿Qué me pongo?—Pregunto viendo como me quedaba el vestido aun sin ponérmelo. En total ya había sacado más de seis vestidos y algún que otro crop top, pero nada me convencía—.

—No sé—Dice bostezando. No ha sido de gran ayuda a decir verdad—No sé mucho de moda.—Y lo pude notar a la perfección. Todo le gustaba hasta lo más feo.

—Anda haz un esfuerzo, Kathi—Dije haciendo un puchero y ella pone los ojos en blanco. Guardo silencio y Kathia se acuesta en mi cama. Saqué otro vestido de mi armario y lo comparé con él anterior —Eres la única persona que considero mi "amiga"—Hice comillas con mis manos. Ella alza las cejas.

—¿Por qué las comillas?—Pregunta. Se acomoda más en la cama y le da una mirada a algunos vestidos. Pone cara de desagrado—Son muy cortos para mi.

—Porque hace muy poco te conozco—Respondí con total sinceridad— Quise que alguien esté aquí y me acompañara en un momento tan especial como lo es este.—Y tan aterrador. Aunque Kathia no estaba siendo de ayuda y solo bostezaba.

—No es que me queje—Obvio se quejaba—Pero ¿Y Támara? —Dice mirándome fijamente lo cual me puse un tanto nerviosa. Se supone que debía de perdonarle—¿Aun están enojadas por lo de Scott?

—Todavía no le he perdonado—Lancé el vestido a la cama junto con las demás ropas—.

—¿Y a Scott?—Pregunta con un claro tono de picardía. Ruedo los ojos.

—¡Eso es otra cosa!—Sonrío risueña.—Scott se ha comportado como un idiota en el mes completo, con una actitud de mujeriego egocéntrico engreído.—Aunque no me importó eso, más bien que no me haya hablado.

—Bueno... —Se pone un mechón rojo detrás de la oreja. Mira su reloj y se para de un salto de mi cama— Me tengo que ir.

—¿Me dirás que me pongo?—Pregunto señalando el montón de ropa.

—Con lo que te sientas más cómoda—Me dice dulcemente—Hasta luego—Me besa la mejilla y antes de que salga la detengo.

—Antes de que te vayas, tengo que preguntarte algo.

—Que sea rápido, mi madre me espera–Asiento. Me cruzo de brazos mientras la miro a los ojos.

—Quiero que hablemos de tu hermano.

—¿M-mi hermano?—Estaba nerviosa.—¿Por qué quieres hablar de él?, ¿Acaso lo conoces o qué?

—Si, bueno no. En parte, no me acuerdo bien de él. Pero sé que fue mi primer amor y también mi ex novio. También sé que es tu hermano y qué puede que esté aquí.

—Eso es imposible, Leila.—Dice ella sonriendo nerviosa—Pero bueno, de nada sirve fingir. Si, mi hermano fue tu ex novio, pero no ha venido con nosotras. Se ha quedado en nuestra ciudad natal. Tampoco he habla con él, no quiero contestar mis llamadas. Se culpa mucho de que te hayan alejado de su lado sin él poder hacer nada para evitarlo.

—Pero ha pasado mucho tiempo después de eso.

—Lamentablemente, si. Pero el primer amor nunca se olvida—Me mira con una sonrisa que no supe identificar. ¿Pena?, ¿Tristeza?, ¿Felicidad?, no lo sé.—Le he dejado un montón de mensajes diciéndole que te he encontrado, pero nunca me ha respondido.

—Necesito verlo—Susurro para mi.— Tan solo necesito recordar su nombre...—Dejé la oración en el aire cuando noté que Kathia ya se había ido. ¿Qué bicho le ha picado?, joder. Tan solo quiero volver a verle y que su recuerdo vuelva a renacer, no quiero tener esa mancha borrosa en mi cabeza. Quiero poder recordarle.

Es mejor dejar de pensar en ello.

Recogí toda mi ropa y la metí nuevamente a mi armario dejando solamente la que me voy a poner. Me recogí el pelo en coleta alta y me quité el brazalete que me había dado Scott igual que que otros accesorios más. Me hice un moño y me dirigí al baño para darme una refrescante ducha. Faltaba por lo menos dos horas para que sean las cinco, y conociéndome como me conozco sé que tardaré muchísimo, así que mejor me alisto más temprano.

Había activado mi Gps, y le había compartido mi ubicación actual por ocho horas y se la había enviado al idiota de Cristián. Por si algo malo pasaba, sepan en donde estoy y puedan ir por mi. Mujer preparada, vale por dos. No me voy a dejar joder tan fácil. Me despojo de toda mi ropa y la dejo el cesto ropa sucia, dejo que la bañera se llene con agua caliente y echo algunas especias y burbujas. Espero pacientemente a que esté completamente llena, cierro la llave y me meto despacio. Dejo caer mi cuerpo en ella y siento como mis músculos se empiezan a relajar.

No sé en donde me voy a meter, pero estoy rogando que hoy no sea el día de mi secuestro. Mi madre no tiene los recursos necesarios para pagar uno y, mi queridísimo padre nos había abandonado a nuestra suerte a vivir de seguro con su amante. Lo poco que conseguía mi mamá lo ponía en comida y lo que sobraba se lo gastaba el alcohol aunque ella decía que no, las botellas vacías hablaban por si sola.

Ay Leila.

¿Acaso estás loca?

Chatt con un desconocido ✔️ (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora