60

2.8K 175 8
                                    

Scott.

De que estaba perplejo estaba perplejo—¿Por qué que hiciste todo ese macabro plan?—Pregunté. Necesitaba saber porqué lo hizo, porqué herir de tal forma a Leila, aunque a decir verdad... No sé si Leila sienta cosas por mi, pero por la sonrisa triunfante que ella muestra al parecer que le afectó. Soy un imbécil.

—Ya te lo dije—Se encoge de hombros aun con su sonrisa triunfal. Deseaba tanto poder golpearla—Para que nos viese.

—¿Para querías que nos viese—Pregunté. Para saber si había escuchado bien, es que no tenía sentido. ¿Quién era ella y por qué tenía esa influencia?

—Porque por su culpa perdí a Cristián—Exclama y yo gruño. Támara, la mejor amiga de Leila o bueno, su ex mejor amiga. ¿No que no se hablaban?, aunque de un tiempo para acá no me he interesado mucho en la vida de ella y he estado coqueando con algunas chicas, solo eso, no pasa nada de simple y coqueteo—Me levanto y me dirijo hacía a ella con cara pocos amigos. Sentí una furia que arrebató todo en mi no solo porque fui parte de ese maldito teatro sino que me ha utilizado para su estúpido plan de venganza y yo he participado.

—No te golpeo porque eres mujer–Apesté con los puños apretados—Si fueras hombre te hubiese estampado la cara con este suelo.—Le digo amenazante y ella traga saliva. Aunque esté consumido por la furia y la impotencia, jamás sería capaz de golpear a una mujer. Mi madre me ha enseñado a respetar a más mujer sin importar que sean una harpía como la que tengo en frente.

—¡Ayy ya!—Se aleja de mi claramente asustada, dejando de lado su rostro lleno de triunfo—Mejor toma tus cosas y véte—Me lanza mis Jeans, camisa y tenis. Jamás negaré que siento ganas de golpearla, pero aunque rompiera todo lo que mi madre había inculcado en mi, eso no me ayudará a solucionar las cosas. Lo primero es que debería de buscar a Leila y tratar de arreglar todo este embrollo. Le dediqué una mirada fulminante y empecé a ponerme la ropa con pasos rápidos mientras ella sigue ahí en ropa interior sin ningún pudor alguno, ¡Dios! Las náuseas siguen ahí y me da gran repulsión pensar en que yo me acosté con ésta, a pesar de todo, ellas habían sido grandes amigas según tengo entendido y un sentimiento de tal magnitud no se va así de la nada. Siempre quedan escombros que son fáciles de destruir hiriendo a la dueña de los mismos. Termino de ponerme todo y con pasos seguros me acerqué a ella sin dejar de mirarla mal. La tomo bruscamente por la barbilla y la acerco a mi boca, sin besarla. No quiero ni siquiera mirar sus labios.

—Me das asco—Le susurré y la empujo alejándome de ella. Salí de su habitación azotando la puerta. Bajo las escalera y me encuentro con una señora que trae un uniforme de limpieza. Es un momento bochornoso, pero me da igual.—Buenos días.—Digo fingiendo normalidad, no puedo descargar mi odio con todo el que se me atraviesa. Ahora que lo pienso no sé si es de tarde o mediodía. La señora asiente y me sonríe como respuesta.Salgo de esa casa y los rayos del sol impactan mi rostro haciendo que cerrara fuertemente los ojos. Me acostumbré a luz y fijé mi vista en donde me encontraba, al parecer no estaba tan lejos de donde estoy viviendo, es decir la casa de Leila.

Leila.

Mi amada Leila.

Ni siquiera sé cómo podría verla a la cara después de todo o qué decirle para que me crea. Dudo mucho que lo haga, en este último mes me he alejado por completo de ella y es que la verdad he estado muy pensativo. No sé si ella sienta lo mismo que yo por ella y eso me da pavor, además de que he sentido unos celos enormes de ese tal Zayn que siempre la acompaña a todas partes. Pero he sabido aguantarme y  fingir que nada está pasando y que no me afecta en lo absoluto, aunque es una absoluta mentira.

Todo de ella me afecta.

Desde su sedoso y negro cabello.

Hasta sus enigmáticos ojos azules. Que me dan ganas de quedar viéndolos toda la vida. Ella le da ese toque a mi vida que hace que todo a mi alrededor sea menos común. Ni siquiera sé cómo he logrado todo esto, pero la verdad es que haría todo por ella.

Estoy completamente enamorado y creo que nadie podrá borrar este sentimiento.

Sin olvidar que en estos momentos estoy siendo invadido por la angustia y el miedo, tengo tanto miedo a que ella ni siquiera me quiera ver a la cara o posiblemente no me deje mediar palabra.
Esto está mal, muy mal. ¿En qué diablos te has metido Scott?

Chatt con un desconocido ✔️ (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora