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El camino hacía el parque fue bastante silencioso. Lo que agradecí bastante ya que no estaba con ánimos de hablar.
A excepción de mis constantes lágrimas provocadas por mi progenitora, solo eso se pudo escuchar. De verdad estaba bastante herida a nadie le gustaría que tu madre te diga aquellas cosas como que preferiría que te hubieses muerto en el momento de dar a luz,  ¿Que clase de madre le diría tal cosa a su hija? Por suerte y desdicha, la mía. Jamás pensé que esas palabras estarían saliendo de los labios de aquello que me dio la vida,¿Acaso no tiene corazón?, ¿Acaso no sabe como duele? Supongo que no. Me siento muy mal, demasiado mal, yo pensaba que ella me amaba, pero ya veo que no.

No quiero que nadie me este diciendo "Seguro fueron los tragos" ni otra chorreada de excusas baratas,  ¡No!, no es la primera vez que mamá me insulta o me pega, no me insulta de manera tan fuerte como lo hizo ahora, pero lo hace.

Llegamos al parque y Scott se sentó en una banca y yo me senté a su lado. No había nadie en este, era sábado. Lo más probable es de lunes a viernes, por el motivo de la escuela, trabajos, etcétera.
Scott no me habló, seguro estaba dándome el momento a que yo le hablara, y lo más probable es que yo no lo haría, porque en este momento no quiero hablar con nadie. Solo quiero admirar la tranquilidad del lugar.

Aunque mis pensamientos seguían en mi madre. En aquella que me enseñó a poner mi primer sostén o que cuando me caí raspándome la rodilla, me besó la herida y me cantó "Sana, sana, culito de rana..". Una sonrisa apareció en mis labios, pero no era alegre. ¡Para nada!, era una sonrisa triste, una sonrisa cargada de dolor, aun seguía llorando silenciosamente mientras veía cómo los pajaritos volaban de aquí para allá. Me acuerdo una vez que mi madre junto con mi padre me habían dicho que cuando los pajaritos volaban de esa forma es porque están buscando el regalo perfecto para aquella niña que coma todos sus vegetales, era tan absurdo, pero me lo creí. Apenas tenía 5 años de edad, y la verdad que vivía mucho en la imaginación.

Papá siempre me ha dicho "El más inteligente es aquel que puede imaginar un arcoíris en una pared blanca.", aunque mi madre me regañó ese día por haber pitando la pared de azul con todos mis crayones. Al ir creciendo y ver la realidad con mis propios ojos, abandonando por completo la imaginación, me he preguntando ¿Qué le pasó a mi familia?, éramos tan felices, llenos de amor y de un momento a otro dejé de imaginar y la realidad me cayó como un cubo lleno de agua helada. Quizás ese haya sido mi más grande error, haberme imaginado un mondo perfecto cuando el mío, se estaba desmoronando.

Pero, ¿¡Qué podía hacer yo?! A penas era y soy una adolescente, llena de temores y repleta de inseguridades. Con una imaginación potente y una tristeza inigualable. No es que pueda agitar una varita mágica para devolver lo que es a lo que era, aunque quisiese y lo deseara con cada latir de mi débil corazón. Eso era imposible.

Mi vida se ha vuelto más dramática de lo que era, con la llegada de Scott y la ida de mi mejor amigo. Fue una opción bastante estúpida de su parte, viajar a otra parte del mundo por aquello, es ridículo. Pero aun si me duele. Me duele en carne viva todo lo que ha pasado a mi alrededor, me duele la marcha de mi mejor amigo, me duele el desprecio de mi padre y al igual su ida, me dolió más las palabras de mi madre que la cachetada que me dio, y lo más importante, me duele saber que llorando no por a solucionar ni una mierda. Sin embargo, sigo llorando como una tonta sentada en un banco de un parque desierto al lado de un chico que dijo ser mi hermano, para luego ser una mentira y que cada vez me empieza a poner bastante loca por su maldita actitud. Pero me alegra bastante que a pesar de ello, siempre pueda contar con él.




—¿Estas lista para hablar?—Me pregunta Scott y con su brazo rodea mis hombros. De alguna manera eso me motiva a hablar—.

—Creo que si—Murmuro—.

—¿Como te sientes?—Pregunta y yo acuesto mi cabeza en su pecho suspirando ásperamente—.

—¿Como te sentirías tu si tu madre te dice en pocas palabras que no te quiere?—Le pregunto y el se queda callado, su cuerpo se tensa y alzo la mirada para verle mejor. — ¿Que pasa Scott?

—Mi madre falleció ....—Empieza a decir y suelta un largo suspiro. Mi cara se sonroja por la vergüenza de haber metido la pata hasta el fondo–.

—Ohh Scott—Susurro—Cuanto lo siento -Empiezo a decir mientras que él me regala una linda, pero triste sonrisa.

—No es tu culpa—Dice y me atrae más a su cuerpo—.

—¿Cuando murió?—Pregunta y el se mueve incómodo—Bueno, si te resulta incómodo hablar de eso, no hablemos.—Dije lo más cariñosa posible.

—No —Me interrumpió—Ella murió hace 5 años, pero he aprendido a vivir con eso.

—Estoy orgullosa de ti—Digo besando su mejilla y de inmediato se sonroja. Que adorable, pero no podía perder esta oportunidad de hacerle una bromita— ¿Acaso Scott Jonhso se ha sonrojado?

—¿¡Como crees?!—Dice un poco nervioso—Es solo el frío—Qué patética mentira.

—Si, como no—Empiezo a reír y este me sigue liberando un poco la incomodidad—.

Pasamos la mañana entre risas y besos constantes en la mejilla aunque me daba tanta ternura el cuidado que tuvo al darme el beso en el lado en donde me ardía, me hizo muchos piropos haciendo que mi cara ardiera, como si fuese aun más posible, y varios insultos por parte de pandilleros que me empezaron a chiflar y Scott se enojó bien feo, pero al final ellos se fueron y no pasó a peor. Decidimos ir a casa y mamá no estaba, suspiré aliviada, gracias a Dios no estaba porque no quería verle. Scott se fue a su recamara y yo a la mía, me acosté en la cama y recibo un mensaje.

El Príncipe Secreto .

No pude evitar sonreír como una boba.

Chatt con un desconocido ✔️ (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora