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No quiero hablar con él. Aunque me muero de gana de hacerlo y abrazarlo con todas mis fuerzas, pero me obliga a mi misma a recordar lo que hizo. Por lo menos por hoy no voy a hablarle, ni pienso dirigirle la palabra, pero....

Estoy dolida. Me siento bastante mal. Me duele el pecho y siento el maldito nudo en mi garganta avisándome que si sigo ante su presencia voy a terminar llorando como una maldita tonta.

No quiero verlo. Me repito a mi misma.

Si quieres.

Estúpida conciencia. Tiene toda la razón y me duele saberlo.

—Leila...—Me Susurra. Escuchar mi nombre en su voz, me causa un escalofrío en toda mi piel. Me giré y sus ojos se posaron en los míos, el me mira con tristeza y yo con todo mi orgullo tratando de mirarle con odio, aunque eso fue casi imposible.—Tenemos que...

—¿Tenemos qué?—Lo he interrumpido poniendo una mano en alto—No tenemos absolutamente nada—Apesté con furia. El sollozo se iba a escapar de mis labios y tuve que morderme la lengua evitándolo. Necesito estar firme aunque por dentro esté destruida.

—Por favor Leila—Me ruega acercándose, pero yo me alejo. Él suspira—Solo déjame explicarte—Está desesperado, lo puedo ver en su mirada. Mis ojos se empiezan a cristalizar y el llanto lo siento venir. Niego levemente.

Ni una lágrima más. No pienso llorar más.

—Por favor, Scott —Dije suplicante y me muerdo el labio inferior evitando el maldito sollozo—Solo... Aléjate de mi—Una lágrima sale de mis ojos sin poder retenerla, Scott se acercó y no me dio tiempo de alejarme, con sus dedos limpia las lagrimas. Siento una corriente en todo mi cuerpo al sentir su tacto—No te quiero ver.... —Empecé a sollozar. Creo que al final terminaré llorando— Me duele demasiado verte ... — Agacho mi cabeza. La verdad me estaba matando esto—.

—Yo-yo... Pensé que me querías... — Y la fuente salió. Empecé a llorar sin control mientras me limpiaba con brusquedad las malditas lágrimas.— Como pudiste... ilusionarme...Y...y... — Me abraza sin decirme nada —¡Aléjate!—Empujé su pecho y este no cedía, era como mover un muro de concreto—Te odio tanto—Aspiro su aroma.

—Yo también me odio, Leila.—Me susurra al oído y yo hundo mi cabeza en su pecho— Estás sufriendo por mi culpa y eso me está volviendo loco.

¡Deja de llorar!

Pareces una niña débil. Aunque en parte lo soy, pero no debería de estar demostrándole que lo soy.

Él me engañó y no fue con cualquier persona.

Me mintió. Pensé que me quería, pero no fue así, solo estaba jugando conmigo. Todos esos besos no significaron nada para él.

—¡Basta!—Lo empuje con todas mis fuerzas, él cede mirándome fijamente a los ojos. Me limpio las lágrimas bruscamente y lo miro desafiante. Parezco una total estúpida—¡Te odio, maldición!—Le grito—.

—Leila si me dejarás explicarte—Sigue desesperado. Elevo una ceja con ironía—Lo que viste aquella noche —Suspiro y él guarda silencio. Siento un pequeño dolor de cabeza, de esos que te dan cuando ya has llorado demasiado.— No estaba en mi control de si.

No lo estaba comprendiendo, pero en verdad. Me dolió algo más fuerte—No fue tanto lo que hiciste, mas bien lo que dijiste o bueno, lo que me dijiste—Digo esto y empiezo a caminar lejos de él dando por terminada la conversación, pero obviamente él no iba a darla por terminada. Me sostiene del brazo y me giro con brusquedad.—¿Qué ?

—¿Qué fue lo que dije?—Me pregunta Scott. Estaba a punto de soltarle una tremenda cachetada con todo el maldito dolor que estaba sintiendo en estos momentos

¿Acaso me estaba tomando del pelo?

Chatt con un desconocido ✔️ (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora