36. Pastel. (parte 2)

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-¡Me da muchísimo gusto de que estés así de animado! Me dijo Julia.

-Todo es gracias a ti, de no ser por ti, me hubiera quedado más días aquí y me hubiera perdido la fiesta de mi hija. Le respondí sincero.

-No tienes nada que agradecer, sería una pena que no pudieras ir a la fiesta de Abby.

-Me gustaría agradecerte de alguna forma todas tus atenciones.

-No tienes porque, es mi trabajo hacerlo.

-Pero es que de no ser por ti, estar aquí hubiera sido aburridísimo y la verdad, tu compañía me ha agradado mucho. No sé porque le digo todo esto, las palabras salen solas de mi boca, como si no fuera yo él que hablara, sino una parte de mí, aunque debo admitir que todo es verdad. La enfermera me vio con sus ojos asombrados y con sus mejillas rosadas, ¡Otra vez la incomode! ¡Vaya torpe el que soy!

-Lamento haberte incomodado- Le dije.

-Descuida, es bueno saber que mi trabajo y mi tiempo te han ayudado. Una sonrisa borró su sonrojo y me dejo ver unos labios entre rojos y rosados tan bonitos de los que no me había percatado tanto antes, de seguro por tanto medicamento, pero son labios muy bonitos. ¡Basta Liam! Debes estar aún muy medicado y muy confundido, recién te enteras de lo de Lilly y ya vez bonita a otra mujer, aunque no es cualquier mujer, ella es diferente a Brenda o a Lilly, es de una forma que no puedo describir, un ser nuevo con el que no había tratado, y eso es lo que me resulta tan fascinante de ella.

-¡Ya sé! Exclamé de pronto en cuanto llegó a mi cabeza una idea. Julia dio un sobresalto del asombro.

-Te invitare a la fiesta que le hare a Abby ¿Te gustaría venir? Le pregunte.

-¿Yo? ¿A la fiesta de tu hija?

-¡Claro! Bueno eso sería si tú así lo deseas. Espero que acepte.

-Me gustaría en verdad, poder verla a ella de nuevo, pero es que no sé, no conozco...

-Me conoces a mí, y vaya que me conoces, uy disculpa, pero bueno, me conoces a mí, y Abby, también conoces a mis padres, entonces no habrá ningún problema.

-No lo sé, no sé si pueda.

-Puedes llevar a tu novio el Doctor, ¿cómo era su nombre?

-¿Scott? ¿El Dr. Albert Scott? No, él no es mi novio, es un amigo de papá, y bueno, es una larga historia, pero no, no es mi novio.

-Pensé que lo era.

-No. Me dijo sonriente -Sólo es un amigo.

-¿Entonces si puedes venir a la fiesta? Así de paso ves si no cumplo con las indicaciones que me den y estás ahí por cualquier cosa que me suceda.

-No digas eso Liam, nada malo te pasará, yo me encargaré de eso. Me respondió enseguida de lo que le dije, muy segura de ello.

-Entonces ya está dicho, vienes a la fiesta. Ella abrió la boca como para decirme algo, pero no lo hizo. Me siento bien de haberla invitado, ella ha sido muy amable y gentil conmigo que en verdad quiero devolverle un poco de lo que ha hecho, y sé que en verdad le dará mucho gusto ver a Abby y que vea lo grande y bonita que se ha hecho mi hija. Julia fue quién la cuidó durante que estuvo en el hospital y le tomo cariño, y en verdad le agradezco eso, que cuidara tanto a mi hija con el amor y el cariño que lo hizo, amor y cariño que ni la propia madre de mi hija supo darle.

Finalmente, ya llegaron mis padres y están tan emocionados como yo de que ya me pueda ir a mi casa con mi hija y mi familia, en verdad extraño enormemente a esa bodoquita, me parece asombrosa la forma en que un ser tan pequeñito y frágil, se vuelva lo más grande e importante en tu vida que te hace ser más fuerte. Eso lo hace mi pequeña hija, es pequeñita, pero nos hace tan felices a todos.

La Princesita de Papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora