En un inocente capricho, Belle ha desobedecido las órdenes de su empleador y amo, Rumplestiltskin. Y con ello, las manecillas del amor y la pasión han comenzado a moverse en un peligroso hechizo, del cuál sólo tienen tres noches para romperlo. Sin e...
DISCLAIMER: ninguno de los personajes ni la serie me pertenece. Rumplestiltskin x Belle. Contiene escenas fuertes, estás advertido dearie.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Hechizo de tres noches"
Arte por themightyrumbeller
Capítulo 20.
El sol se coló entre las cortinas de la habitación. Rumplestiltskin fue el primero en abrir los ojos. Por un momento se sintió en un lugar extraño y ajeno al Castillo Oscuro, como cualquier otro día de su vida pasada, con el cuerpo descansado, la guardia baja y la mente ensoñada en fantasías de hombre. Le llevó un momento volver a sentir los poderes de la magia negra y sentir el control sobre su cuerpo y entorno. Se sintió como si despertase de una droga, una potente que le había bloqueado la sensación de magia sobre su cuerpo, haciéndolo sentir ordinario. Un hueco de pánico se hizo en su estómago pero una calidez le hizo detenerse. Desubicado y confundido por la cálida sensación del cuerpo de mujer sobre él, rodeó con su mano los hombros de la doncella. Despojó los rizos de la cabellera cobriza que le impedían observar el pasible semblante, con el miedo de que fuera cualquier otra mujer la que yaciera en su cama. El golpe de realidad le recordó lo que sucedió la noche anterior al observar el rostro de su doncella de servicio.
En verdad se había acostado con Belle.
Por un breve momento, dudó en sentirse aliviado o angustiado al saber que fue ella con quién había compartido la cama. Aunque en el fondo, supo que había sido una de las mejores noches de su vida y que era prácticamente imposible arrepentirse de lo sucedido. Despacio, intentó reincorporarse sin despertar a la joven y se llevó una mano a la frente. ¿Qué estaba pensando?
Recordó las palabras suplicantes de Belle y el juicio del día anterior. Los ojos azules de la joven volvieron a su mente como hermosas perlas de sincero anhelo y devoción cuando decidió entregarse a él. Todo aquello pareció tan genuino y real.
Ajeno a la verdad y engañado por el juego de la reina, Rumplestiltskin pensaba que Gastón le arrebató la virtud a la doncella por la fuerza. Se recordó a sí mismo que la reina le prometió que la semiente de Gastón no rendiría fruto si él ponía la suya, pero decidió que él mismo se encargaría por medios propios de que ella no cargara con otra vida en su vientre mientras no lo deseara. Era lo menos que podía hacer por ella, pero Belle se encontraba ignorante a ello. Ella ya no tenía a dónde regresar, el acostarse con él bien había sido lo mejor, si no es que su única opción para asegurar su lugar en el castillo. Ambos se estaban dejando llevar por la pasión por culpa del hechizo pues dudaba de qué otra manera su fina doncella encontrara satisfactorio y placentero estar con él. Y en cuanto terminaran los efectos, el arrepentimiento, el desagrado o la repulsión original que sentía hacia su persona o hacia el acto tomarían cuerpo sobre ella.
