Capítulo 1 "Innocent whim"

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DISCLAIMER: ninguno de los personajes ni la serie me pertenece. Rumplestiltskin x Belle. NO contiene escenas fuertes (pero Rumplestiltskin no puede asegurarles lo mismo en capítulos posteriores, dearies).

 NO contiene escenas fuertes (pero Rumplestiltskin no puede asegurarles lo mismo en capítulos posteriores, dearies)

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"Three night spell: Hechizo de tres noches"

Arte por themightyrumbeller

Capítulo 1

Belle estaba cansada de limpiar, sacudir, barrer y ordenar. El castillo se encontraba impecable y aun así su amo le ordenaba repetir la misma rutina diario. Tomó el trapo con el que limpiaba uno de los grandes muebles del recibidor principal, sacudiendo el poco polvo que se impregnaba. Miró hacia la ventana. Faltaba poco más de una hora para que el sol se metiera y la oscuridad reinara en su lugar. Dio un rápido vistazo en los alrededores en busca de su empleador. Rumplestiltskin no se había dejado ver en todo el día. Posiblemente estuviera fuera haciendo "negocios" pues era a lo que se dedicaba su amo. Sin embargo, siempre le anunciaba cuando salía fuera. Quizás solo estuviera ocupado en el sótano trabajando en algún hechizo como en ocasiones hacía.

Abrió una de las ventanas principales, permitiéndose tomar un poco de aire y apreciar el paisaje. El bosque se veía verde y frondoso, contrastado con el naranja y violeta del cielo. La quietud de la tarde se hacía presente en todo el recinto, interrumpida sólo por el cántico de las aves que anunciaban el caer de la tarde. Por un momento se sintió en casa. Cuando Rumplestiltskin no la observaba, era lo que le gustaba hacer, su pequeño confort y momento personal. Había olvidado lo bien que se sentía. Cerró los ojos y se imaginó en su castillo, sentada a la orilla de la ventana de su habitación, leyendo algún libro mientras dejaba que el atardecer la envolviera. ¡Cómo extrañaba y anhelaba estar de nuevo ahí! Pero ahora era una prisionera de El Oscuro. Meses atrás había hecho trato con el hechicero para mantener su pueblo a salvo del ataque de los ogros a cambio de sus servicios en el castillo. Por más que intentara arrepentirse, se recordaba a sí misma que había hecho lo correcto

Miró de nuevo en busca de la presencia de su amo, sin éxito alguno. Sabía que faltaba limpiar una de las habitaciones aunque ésta seguramente estaría limpia. Se levantó y decidida a permitirse uno de esos momentos personales, dejó el recinto y subió a la biblioteca. Mañana podría -y tendría que volver a limpiar de todas maneras.

La biblioteca no era un cuarto muy grande, pero las vastas paredes se encontraban rodeadas de libros, haciendo que el espacio tan pequeño pareciera lo suficiente grande para ella. Y era su habitación. Rumplestiltskin le permitió quedarse en ese lugar a cambio de mantenerlo limpio, pero sabía que había sido una excusa para no verse tan generoso. Tomó el libro que se encontraba sobre su mueble de noche. Solía leer por las noches a la luz de las velas cuándo era su único momento de descanso, pero esta tarde quería leer a la luz del atardecer y a lado de la ventana. Si su amo la encontraba desde temprano en su habitación le reprocharía y la enviaría al calabozo de nuevo, y ella no quería eso. No después de todo el trabajo y tiempo que le había costado deshacerse de aquél frío, húmedo y espantoso lugar en el sótano. En cambio, si la encontraba en el recinto principal podría inventarse alguna excusa.

Bajó, acomodó el sillón enfrente de la ventana, disponiéndose a leer y dejarse llevar. Coloco su vista sobre las palabras que describían un mundo imaginario. Se relajó por un momento, olvidándose de su miseria por primera vez en mucho tiempo.

Y las horas pasaron.

—Belle... ¡Belle!

Belle se despertó sobresaltada a punto de caerse del sillón. Miró a su alrededor, el recinto se encontraba oscuro, apenas iluminado por la luz de la luna que entraba por la ventana. Se había quedado dormida ¿pero por cuánto tiempo?

—¡¿Se puede saber qué haces aquí?! —Rumplestiltskin se encontraba cerca de ella y estaba furioso. Le jaloneó del brazo, obligándola a que se incorporarse bruscamente.

—¡P-perdón! Me quedé dormida, yo solo... —la joven intentó evocar una de las excusas que había planeado, pero su mente se encontró demasiado adormilada para reaccionar.

—¡Sí, sí! ¡Eso es más que obvio, dearie! Para eso tienes tu habitación, ¡para dormir! El resto de la mansión es para trabajar ¿o acaso tampoco estás conforme con la biblioteca?

—¡No es eso! Sólo... —Belle miró sobre su regazo, intentando buscar el libro que estaba leyendo para explicarle y ser sincera. Pero el libro no estaba. En lugar del libro, recayó en la manta que tenía encima.

—¿Buscas esto? —Rumplestiltskin señaló el libro que la joven buscaba, alzándolo firmemente sobre su mano—. Que romántico, una lectura a la luz de la luna —dijo esto último con su típico voz aguda y sarcástica.

—Espera, ¿tú me pusiste esto? —Belle levantó la manta que se encontraba sobre su regazo.

—¿Es lo que estas buscando? ¡¿o no?! —Rumplestiltskin levantó más la voz señalando el libro, intentando intimidarla y evitar el cambió de conversación. Belle, en cambio sonrío, dirigiéndole una de esas cálidas miradas a su amo cada que éste realizaba un acto humano.

—¿Te preocupaste por mí, no es así?

La mirada de él se inmutó momentáneamente. Era el efecto que la sonrisa de ella siempre causaba en él desde que la vio por primera vez, como si hubiera sucumbido lentamente a un hechizo. Había algo en ella que impedía realizar sus planes como él deseaba. Y eso le frustraba.

—De nada me sirve tener a mi empleada enferma. —se acercó a ella, dirigiéndole una mirada amenazadora—. Sólo estorbarías y relentecerías mi trabajo.

—¿Entonces por qué no me despertaste antes? —Belle le correspondió con unos ojos intrépidos, a sabiendas de que había descubierto la verdad ante su empleador.

—Recién te he encontrado.

—Mientes.

—¿Crees que te permitiría holgazanear a tu antojo dentro de mi palacio?

—Lo acabas de hacer. —Belle se encogió ligeramente de hombros, dirigiéndola una mirada triunfante—. La manta se encuentra lo suficientemente cálida como para que recién la hubieras colocado sobre mí. No la podría haber calentado tan pronto con mi cuerpo y el frío me hubiera despertado antes.

—No te hagas falsas ideas. Fue tu cuerpo el que calentó la manta. —Ambos sostuvieron las miradas, indispuestos a ceder. Rumplestiltskin bajó la mirada por su cuerpo, tornándose en una mirada lasciva—. Aunque pensándolo bien... —La mirada de triunfo de Belle se tornó por una de sincera consternación cuando sintió que le recorría el contorno de su cuerpo con la mirada. —yo no estaría tan seguro, dearie.

La joven se ruborizó por el comentario atrevido. Rumplestiltskin aprovechó el momento de debilidad de Belle, regresándole la sonrisa triunfante. No podía permitir que su empleada empezara a tomarse más libertades de las ya permitidas. No flanquearía ante sus encantos y recobraría el control sobre ella. Y ahora sabía cómo. Porque él era El oscuro y nadie, nadie, podría sobrepasar sus órdenes.

—Puesto que has perdido suficiente tiempo y has desobedecido mis órdenes, te duplicaré el trabajo. Oh, y me servirás también durante la noche. Te encargarás de mis necesidades personales de antes de ir a dormir. —Belle intentó decir algo, pero el hechicero la calló levantado la mano en un ademán, acercando su dedo índice hacia sus carnosos y rojos labios—. Ah ah, sin reproche alguno. Desobedeciste. Y ahora debes pagar el precio.

—Y será durante todo un mes.

Comentarios:

¡Al fin! Mi primer fic Rumbelle. No sé qué tan largo será, ni los capítulos ni la historia en sí. Pero lo que sí les puedo asegurar dearies, es que habrá más. La historia apenas comienza y tengo muchas ideas en mente. Actualizaré conforme vaya escribiendo, que sospecho, será seguido.

No coman ansias, y recuerden...

All magic, comes with a Price!

Sialia A. Muñoz

Hechizo de tres noches (OUAT Rumbelle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora